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Inteligencia Social

Encerrada, pero no enzorrada

Maia Sherwood Droz. (Suministrada)
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El martes 17 de marzo, el segundo día de confinamiento, se fue la luz en Río Piedras, donde vivo. Ahora sí –pensé–, además de encerrados, terminaremos enzorrados… Afortunadamente, las palabras nos permiten escapar a un sitio curioso y sutil –y libre de contagio–, donde podemos distraernos un rato de esta infecciosa realidad.

Empecemos por el “enzorramiento”. Esta peculiar palabra es de origen puertorriqueño. La documenta Tesoro.pr desde 1937, con el sentido de ‘aburrirse, hastiarse una persona de alguien o algo’. Confieso que pensaba que se escribía con “s”, “ensorrarse”, y que significaba ‘estar aburrido y hastiado de estar en la casa’… Tal vez la crucé en mi mente con “encerrarse” o, bien, asocié los peores enzorramientos con la casa, cuando no encontramos qué hacer ni podemos salir.

Según el diccionarista Augusto Malaret (1937), “enzorrarse” viene de “azorrarse”. Esta palabra aparece en muy pocos diccionarios o corpus del español (y casi ninguno de la Academia). Significa, primero, ‘cargar demasiado un buque, provocando que quede hundido o ahocicado’, y luego, ‘quedarse como adormecido, por tener la cabeza muy cargada’, a causa de vapores, cigarros, bebidas u otras cosas. De ahí a nuestro enzorramiento, un paso hay.

Otra palabra del léxico boricua para expresar aburrimiento es “aburrición” (para no aburrirnos diciéndolo de una sola manera). Según las fuentes, esta forma puede ser de uso más rural que urbano y aportar un matiz adicional de antipatía, fastidio y hasta cierto odio. Claro, el próximo nivel sería estar “aborrecido”, que ya raya en la amargura.

El Diccionario de la jerga del estudiante universitario puertorriqueño, de Josefina Claudio de la Torre, de 1989, incluye la hiperbólica “cortarse las venas”, que ‘se dice cuando se está enzorrado, aburrido’. Ahora que tenemos tiempo, podemos consultar a la juventud actual sobre cómo nombran su aburrimiento.

Una frase imprescindible para referirse al tedio en Puerto Rico es “comerse un cable”. Esa se usa típicamente en el contexto de un evento (“En la fiesta de Jorge, me comí un cable”), pero creo que aplica a estos tiempos (“–Oye, ¿cómo llevas la cuarentena? –Pues, ya tú sabes, comiéndome tremendo cable”).

Otras palabras del campo léxico del aburrimiento son: fastidio, hastío, monotonía, sopor, pesadez, languidez… Pero cuando salgamos de esta, entraremos nuevamente en el campo de la emoción, ilusión, interés y diversión (¡con cercanía social!). Y para nombrar eso no faltan palabras en Puerto Rico: gozadera, jarana, jolgorio, jangueo, pachanga, party, relajo, rumba, sandungueo, vacilón...

*La autora es linguista y directora de Tesoro.pr.