Cuba se prepara para el próximo azote del gran huracán Matthew
Cuba afina hoy las medidas preventivas para minimizar los efectos derivados del azote del gran huracán Matthew, que se acerca lenta y peligrosamente a la zona este de la isla, donde se han evacuado ya más de 200,000 personas de comunidades costeras y áreas con riesgo de inundaciones.
El deterioro gradual del tiempo en la parte sur de las provincias más orientales de Cuba se comenzará a percibir desde primeras horas de la noche de este lunes ante la proximidad de Matthew, según el pronóstico más reciente del Instituto Nacional de Meteorología.
Este mediodía el huracán de categoría 4 se encontraba posicionado 455 kilómetros al sur de la provincia de Guantánamo, situada en el extremo oriental, y a 475 kilómetros de Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país caribeño.
Los análisis de los meteorólogos sobre su trayectoria por el Mar Caribe central apuntan a que luego de permanecer casi estacionario y afectar a Jamaica y Haití, el huracán tiene ahora vientos de 220 kilómetros por hora y velocidad de 9 kms/h, y se ha abierto camino rumbo al norte para llegar mañana martes a las costas de Cuba.
Será entonces cuando Matthew comenzará a descargar la furia de los vientos, las torrenciales lluvias que le acompañan, y a levantar fuertes marejadas con trenes de olas que podrían llegar hasta diez metros de altura.
Ante el panorama que se vislumbra en las próximas 24 a 48 horas, el meteorólogo José Rubiera, el experimentado 'gurú' que ha lidiado con los muchos huracanes a su paso por la isla en las últimas décadas, se mostró '99,9' por ciento convencido de que esta vez Cuba sufrirá una 'fuerte afectación'.
Sus evaluaciones acerca de Matthew lo describen como un ciclón 'peligrosísimo' y de 'gran intensidad' que en este momento sigue ganando en 'estructura' alrededor de su 'ojo' central que está rodeado de las bandas de vientos más fuertes.
A partir de esos elementos advirtió que hay condiciones en la atmósfera para que este evento 'no se debilite' y antes de llegar a las costas cubanas se encontrará temperaturas que oscilan entre 29.5 y 30.5 grados en el mar que le prodigarán 'suficiente energía' para mantener su categoría 4 e incluso aumentarla.
Con semejantes probabilidades y la experiencia que acumulan las autoridades de la Defensa Civil de la isla para estos casos, las medidas para reducir el previsible impacto de Matthew ya están en marcha en las provincias orientales declaradas en 'alarma ciclónica' y las centrales que están en 'fase informativa'.
Para supervisar las medidas adoptadas, el presidente Raúl Castro se encuentra desde el sábado pasado en la región amenazada y ha recorrido zonas de Guantánamo y Santiago de Cuba, incluidas unidades militares destinadas para acciones de rescate y salvamento en casos de desastres naturales.
El proceso de evacuación de 179,000 personas que habitan en zonas bajas o en comunidades cercanas a ríos y el mar centros habilitados o casas de familiares en las provincias como Guantánamo y Santiago está a punto de concluir, mientras que en Las Tunas son unas 31,000 trasladadas a lugares seguros, según reportó la televisión estatal.
En Camagüey, otra de las provincias en 'alarma' hay más de 23,700 evacuados en previsión de inundaciones debido a lluvias estimadas por encima de los 100 milímetros en las próximas 24 horas.
Más de 1,200 turistas extranjeros que pernoctaban en hoteles de la región oriental también fueron reinstalados en el polo vacacional Jardines del Rey, en el centro del país, según informó el Ministerio del Turismo.
Las precauciones ante un evento meteorológico de tal magnitud también recomendaron detener la producción de las plantas productoras de níquel de Moa, en la provincia oriental de Holguín, en las que se concentra la mayor producción del níquel cubano.
Entre las medidas adoptadas también figura la suspensión del transporte ferroviario, por autobuses y aéreo desde La Habana hasta el territorio oriental, donde además se han paralizado las ventas de bebidas alcohólicas y las actividades recreativas.
Matthew, el quinto huracán de la temporada ciclónica en el Océano Atlántico, ha traído a la memoria el amargo recuerdo de Sandy, un devastador huracán categoría 2, que en octubre de 2012 cruzó de sur a norte por Santiago y Holguín, con saldo final de 11 muertos, y pérdidas cuantificadas en unos 4,000 millones de dólares.