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SAN JUAN WEATHER
Huracanes

Predomina la fe en refugio de Humacao

Ya a las 4:00 de la tarde el refugio de la escuela Juan Ponce de León en Humacao alcanzó su límite con 110 personas, en su gran mayoría envejecientes de todas partes de la ciudad gris.

Cobijados en los distintos salones de clase, los envejecientes conversaban entre sí mientras los jóvenes que los acompañaban se acostaban en los catres con sus ojos clavados en sus celulares. El sonido de distintos radios sintonizados a emisoras noticiosas llegaba a las esquinas de todos los salones.

Aunque un intenso aguacero caía afuera, adentro imperaba la orden de calma. Entre los refugiados no había duda de que se acercaba un temporal de proporciones nunca antes visto.

Todos allí desarrollaron esa conciencia debido al consumo constante de noticias que se han emitido sobre el paso del huracán María, de categoría 5 y cuya ruta pronosticada parecía empalar a Puerto Rico del sur hacia el norte.

La administración municipal del alcalde Marcelo Trujillo Panisse vio esta ruta como una amenaza directa a los sectores costeros, por lo que procuraron desalojar los sectores de Villa Palmira , Punta Santiago y Verde Mar.

Carmen Melendez y Aníbal Martínez fueron de los vecinos de Verde Mar que desalojaron la zona a pedido de funcionarios municipales. Es el primer huracán para el cual tuvieron que protegerse en un refugio, pues la zona donde viven queda a gran distancia de la costa.

'Yo, por mí, me hubiese quedado en mi casa pero mi esposo, pues se puso nervioso por el huracán', dijo a Carmen a NotiCel , añadiendo que el perro que los acompañaba fue una de las razones que dio para no abandonar su casa. Agraciadamente, lograron encontrar una jaula para albergar a su mascota en el refugio.

Aníbal , por su parte, explicó que la zona donde viven está debajo el nivel del mar, por lo que una marejada ciclónica podría inundar su residencia. 'Yo cuando veo las noticias, con las olas, porque se cómo es eso', dijo.

'Eso no iba a llegar hasta allá', interrumpió Carmen.

'Al viento no le tengo miedo, ni a la lluvia, pero a las olas sí. Y vivimos bien cerca del mar', culminó Aníbal .

Modesta López tambien vivía en una comunidad costera - en Punta Santiago. Lo primero que relató a este medio era que tenía una planta electrica funcional desde el huracán Hugo, la cual usaba para cuidar a sus padres y aún sirve.

Todos los temporales anteriores los pasaba cuidando sus padres, pero ya fallecieron y a sus 77 años no tiene más remedio excepto irse al refugio con su cuñado y sus nietos. 'Antes era por proteger a mi mamá, proteger a mi papá, pero ahora tengo que protegerme yo', dijo sin arrepentimiento alguno sobre su decisión.

'Siempre arrastra uno alguien de la familia porque allá no pueden quedarse cerca de la playa, a pesar de que nosotros estamos del lado de la carretera. Nunca ha entrado el mar, pero ahora no sabemos', dijo, reconociendo la potencia del huracán María.

Muchos de los refugiados buscaron otra capa de refugio en la fe religiosa. Margarita Almodóvar , de la región montañosa de Mariana, estaba en el pasillo conversando con otras dos mujeres e indicó a este medio que estaba organizando un circulo de oración.

'Para que Dios ponga la mano sobre nosotros nuevamente por esa misericordia porque el es el único que puede detener esto', dijo.

Aunque Mariana está en la región montañosa de Humacao , la gran preocupación de Margarita son los deslices de tierra y los derrumbes que puedan ocasionar sobre las casas, construidas precariamente en las bordas montañosas. Para el paso cercano del huracán Irma hizo lo mismo, llegando al mismo refugio donde aseguró continúan tratándola de manera excelente.

Del mismo modo, expresó su satisfacción con el primer mandatario, Ricardo Rosselló Nevares, quien consideró ha manejado la emergencia muy bien. 'Tengo que felicitar al Gobernador, que se ha acordado de los pobres. A aquellos necesitados le ha dado la mano y ha dicho presente. Tengo que felicitarlo', expresó Margarita.

En la tarde los cielos se tornaron gris oscuro, ominoso y precursor a una inclemencia del tiempo. La casa de Jose Antonio Rivera es sencilla, pequeña y de madera, ubicada justo al lado del portón de la escuela Juan Ponce de León. Su falta de audición lo llevó a pararse de su silla en la marquesina y caminar hasta su verja para conversar con este medio.

Jose Antonio no tenía intención de ir al refugio en ese momento. 'Cuando vea la cosa mala, yo estoy ahí, a dos pasos de ahí, y el portón está abierto', dijo. 'Una señora a las 9 de la mañana me dijo 'recoja y vengase'. Yo le dije no. ¿Yo metido desde las 9 de la mañana ahí? A mí no me gusta estar encerrado', explicó.

Aunque Jose Antonio aseguró que la casa, que indicó era de su hija, aguantó los huracanes Hugo y Georges , este medio le urgió a movilizarse al refugio antes que anochezca, pues los pronósticos apuntaban a que el temporal azotaría la Isla más fuertemente en la madrugada. Aun así, rehusó ir al refugio.

'Le doy las gracias que me está atendiendo', dijo al despedirse. Regresó a su marquesina y se sentó en su silla.

José Antonio desde su balcón al lado de la escuela refugio Juan Ponce De León. (Eric De León / NotiCel)

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