Incredulos. Así reaccionaron cientos de residentes de la urbanización Villa del Carmen en Ponce ante la noticia de que el área fue incluida en la lista de comunidades en riesgo de inundación. Esto, debido a la marejada ciclónica que pudiera producirse con el paso del huracán María.

Y es que estos ciudadanos que viven cerca del Complejo Turístico La Guancha y el Hotel Ponce Hilton, llevan decadas residiendo en ese sector y aseguran que han sobrevivido sistemas atmosfericos como David y Federico, Hugo y George.

'Yo no me voy. Llevo más de 38 años viviendo aquí y este es el lugar más seguro para pasar este huracán, ni se inunda. Además, estas casas son fuertes', dijo un sexagenario que declinó identificarse al expresar suspicacia ante la notificación recibida.

De igual manera se expresaron otros residentes, incluso más jóvenes que insistieron en permanecer en la urbanización que alberga a unas 1,500 familias.

'Los que insistan en quedarse tienen que firmar un documento de relevo de responsabilidad porque se quedan bajo su propio riesgo. Es zona de tsunami y por eso es que se incluyeron entre las comunidades a desalojar, por la marejada ciclónica', expresó más temprano la alcaldesa de Ponce, María Melendez Altieri al destacar que estos ciudadanos podían moverse al refugio establecido en el Complejo Ferial.

Otra de las zonas con orden de desalojo fue la Playa de Ponce y sus respectivos sectores como Amalia Marín, Los Potes, Puerto Viejo, Salistral, Residencial Caribe, entre otros.

'En Puerto Viejo solo se quedó un matrimonio porque dice que su casa es segura y es alta. Los demás nos movimos a casas de familiares, amigos y refugios como la (escuela) Lila Mayoral en El Tuque y los que tienen carro al Complejo Ferial', dijo por su parte la líder comunitaria de Puerto Viejo, Miriam Robles.

De hecho, los encargados del Complejo Ferial denegaron el albergue a las personas que llevaron mascotas, quienes luego de llegar hasta el lugar tuvieron que marcharse a otros refugios como la Escuela Herminia García en Glenview. Esto, a pesar de las expresiones del gobernador Ricardo Roselló que instó a los ciudadanos a llevar sus mascotas al refugio, en sus respectivos 'kennels' y con evidencia de vacunas.

En nuestro recorrido por la Ciudad Señorial, llegamos hasta la Escuela Lila Mayoral. El lugar está habilitado para recibir hasta 220 personas y ya había alcanzado su máxima ocupación antes de las 7:00 de la noche.

'Mi casa no va a tolerar los vientos porque está bien deteriorada, pegado a la casa tengo un palo de aguacate. Cuando vino el huracán Irma se cayó un gancho y con suerte no cayó en la cocina porque la cocina se me está cayendo', resaltó entre sollozos Iraida Marucci, residente del sector Brisas del Caribe en Ponce quien llegó con su hijo de 17 años de edad y uno de sus siete perros.

Para Jeniska Feliciano De Jesús es su primera experiencia en un refugio. La joven de unos 24 años de edad no lo pensó dos veces para moverse con sus hijos de tres y un año de edad, respectivamente, y sus padres.

'Se que mi casa no es segura, como es de madera y tiene tantos años, no aguanta un huracán. La experiencia aquí ha sido buena, hasta ahora, pero estoy preocupada por mi casita', sostuvo Marcucci, residente del sector La Cotorra, una comunidad pobre a la entrada del vertedero ponceño que acudió temprano a refugiarse en el plantel escolar.

Sin embargo, ante el llamamiento hecho por las autoridades gubernamentales y el fortalecimiento del ciclón, continuaba la movilización espontánea de varias familias que se encontraron con el espacio repleto. Tal como es el caso de una familia con ocho integrantes que a las 8:00 de la noche aguardaba por la confirmación de otro refugio.

Otro de los refugios visitados fue la Escuela Joaquín Ferrán que fue abierta a las comunidades Ferrán, Clausells, Los Chinos y Tamarindo desde el mediodía de hoy. Esta zona, especialmente la barriada Ferrán, es vulnerable a deslizamientos y gran parte de sus residencias están construidas en madera y zinc.

'La gente ha respondido bien, al momento hay más de 53 personas en la escuela principalmente de Ferrán. Nos fuimos por ahí para arriba diciendole a la gente que tenían que moverse pero hubo algunos que prefirieron quedarse en sus casas. Otros se movieron a casas de familiares', manifestó la líder comunitaria de Clausells, Carmen Pacheco.

En la legendaria zona de Tibes, el panorama era similar a otras áreas de la montaña en las cuales sus residentes no acudieron a refugios y se albergaron en estructuras de cemento que pertenecen a otros vecinos de los sectores Aguacate, Burene, Pastillo Tibes, Pandura, entre otros. Esto, de acuerdo al líder comunitario Ernie Xavier Rivera Collazo, quien aseguró que los residentes de esta histórica zona estaban ya en lugares más seguros.

NotiCel dio una ronda por algunos pueblos del sur entre Guayanilla, Peñuelas y Ponce. A nuestro paso observamos una tensa calma dominada por escasa actividad vehicular.

Nos detuvimos frente al Campamento contra las cenizas en Peñuelas, lugar que por meses ha sido escenario de fuertes encontronazos entre la Policía y ciudadanos, y hasta allí se respiraba un ambiente distinto.