China investiga tecnología para que sus submarinos sean 'invisibles' al sónar
Un equipo de científicos chinos ha desarrollado una tecnología para evitar que los submarinos sean detectados por las ondas acústicas de un sónar, lo que podría revolucionar estos vehículos esenciales para las Armadas de muchas potencias navales, informó hoy el diario 'South China Morning Post'.
El hallazgo, logrado por investigadores de la Academia de Ciencias Sociales y de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong (de la ciudad central china de Wuhan), se ha publicado en el número de este mes de la revista especializada 'Nature Communications'.
Los expertos descubrieron que unos anillos elaborados en una aleación de aluminio consiguen que las ondas sonoras emitidas por el sónar se transmitan a través de ellos, en lugar de rebotar, que es lo que permite identificar la presencia de un submarino.
Además, varios anillos alineados y marcados con muescas consiguen no sólo dejar pasar esas ondas sino redirigirlas en una dirección establecida, lo que aumenta el camuflaje del submarino.
El descubrimiento se consiguió cuando los expertos trabajaban en otro campo, ya que buscaban un sistema que controlara el movimiento de electrones para reducir el calentamiento de los chips en ordenadores.
Este avance se asemeja al logrado en años pasados por la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, en el que se lograba un resultado similar a través de cilindros que giraban a 400 revoluciones por segundo.
Sin embargo, el sistema desarrollado en China es de mucha más sencilla construcción en submarinos convencionales, ya que no implica la complicada colocación de piezas en movimiento en el exterior de estos vehículos subacuáticos.
Los expertos chinos advierten que la tecnología aún está en su fase preliminar y todavía no ha logrado resolver algunos problemas, como el de poder 'engañar' al mismo tiempo a sónares que emiten ondas desde diferentes partes y llegan a un mismo submarino desde distintos ángulos.
Las tecnologías de camuflaje de submarinos se han estudiado desde la Segunda Guerra Mundial, y actualmente la más utilizada son capas externas de caucho o plástico, pero éstas han probado ser insuficientes contra los sónares más potentes.