NASA 'mira de cerca' a llamarada solar
La combinación de las observaciones de cuatro telescopios ha permitido a la NASA documentar una llamarada solar con la mayor precisión hasta hora, según informó el miercoles la agencia espacial estadounidense.
Los cuatro telescopios observaron el pasado 29 de marzo la erupción de una llamarada solar de tipo X, que son las más grandes, con capacidad para crear tormentas radiactivas que pueden producir auroras y afectar a los vuelos que pasan por los polos de la Tierra.
'Tener un registro tan intenso de una llamarada desde tantos observatorios no tiene precedentes', manifestó Jonathan Cirtain, científico del proyecto Hinode en el Centro Marshall de la NASA.
Si bien hay varios observatorios espaciales que fijan su atención permanentemente en el sol, nunca se había dado la coincidencia de captar un evento así estando varios apuntando al mismo sitio.
Los datos captados ayudarán a los científicos a un mejor entendimiento del proceso de estas grandes explosiones.
'Quizá seamos algún día capaces de predecir su aparición y advertir de los apagones en las comunicaciones que las llamaradas solares pueden causar cerca de la Tierra', indicó
la NASA en un comunicado.
El sol pasa por ciclos regulares de actividad y cada 11 años aproximadamente se produce un pico máximo en la actividad, en el que suelen producirse tormentas que a veces deforman e incluso atraviesan el campo magnético de la Tierra.
Las observaciones coordinadas son fundamentales para entender la dinámica de estas erupciones que se producen en el sol periódicamente y los efectos que tienen sobre el clima espacial, en particular cerca de la Tierra, ya que pueden afectar a las comunicaciones.
La NASA destacó la importancia de este hallazgo ya que, si bien la predicción meteorología terrestre ha avanzado gracias a la tecnología -actualmente se utilizan sensores y distintos tipos de termómetros-, las observaciones solares todavía dependen de unos cuantos telescopios espaciales y terrestres.
Los instrumentos de estos observatorios miden cada uno un aspecto diferente de la llamarada en sus diferente etapas desde que emerge de la superficie solar a distintas temperaturas y juntos pueden construir una imagen tridimensional de lo que sucede en el sol.
Los artefactos involucrados fueron IRIS (acrónimo para Espectógrafo de Imágenes de la Interfaz Solar), el laboratorio solar SDO (Solar Dynamics Observatory) y el espectroscopio RHESSI (Reuven Ramaty High Energy Solar Spectroscopic Imager) de la NASA.
Además, también participaron el satélite japonés Hinode y el telescopio del observatorio solar Dunn localizado en Sacramento, Nuevo México.