Tormenta solar podría afectar a aviones, satélites y comunicaciones
Berlín - La Tierra está siendo alcanzada hoy por una de las más fuertes tormentas solares de los últimos años, que puede llegar a afectar al tráfico aéreo y el funcionamiento de los satélites orbitales, advirtieron astrónomos alemanes del Instituto Max Planck de Investigaciones Solares (MPS). La NASA advirtió de que las comunicaciones en la Tierra pueden verse afectadas hoy por la tormenta solar que se espera llegue al planeta.
La tormenta solar durará toda la jornada, es más fuerte que la que alcanzó la Tierra a finales de enero y puede dar lugar a luces polares en el norte de Europa, señaló Werner Curdt, portavoz del MPS desde su sede en Katlenburg-Lindau, en el norteño estado alemán de la Baja Sajonia.
Los astrónomos germanos señalaron que los primeros efectos de la tormenta solar, cuya erupción se produjo en la mitad izquierda del astro rey, pudieron apreciarse ya a última hora de ayer y que se espera para esta noche su máxima potencia.
'No nos dará de lleno', dijo Curdt, quien comentó que la tormenta solar rozará la Tierra por la izquierda, pero advirtió de que se esperan para el fin de semana erupciones más fuertes que podrían dar de lleno a nuestro planeta.
En ese sentido destacó que la mayor intensidad de las erupciones solares podrían conducir a la suspensión de vuelos, cortes eléctricos y fallos en el control de los satélites que orbitan en torno a la Tierra.
Sobre este último problema explicó que muchos satélites se orientan y dirigen por el posicionamiento de las estrellas y que se quedan 'ciegos' cuando se producen tormentas solares con emisiones fuertes de partículas.
Este es el caso actualmente de la sonda 'Venus Express' que orbita en torno al planeta mas cercano al Sol y cuyo control se está viendo dificultado por las tormentas solares.
Los astrónomos alemanes esperan que las tormentas solares se intensifiquen mas aun a mediados de 2013 debido a una fuerte actividad cíclica del astro rey, que oscila en un ritmo de unos 11 años y que se encuentra en aumento desde 2010.
Por su parte,la NASA advirtió de que las comunicaciones en la Tierra pueden verse afectadas hoy por la tormenta solar que se espera llegue al planeta.
Dos enormes llamaradas solares prorrumpieron en el espacio el pasado martes, según detectaron el Observatorio de Relaciones Terrestres (STEREO) y el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), las dos principales misiones de la NASA que estudian el Sol.
La primera, que ha sido catalogada como la mayor de este ciclo de actividad solar y la segunda más grande detectada desde 2006, viaja a más de 2.000 kilómetros por segundo mientras que la segunda, un poco más lenta, a unos 1.770 kilómetros por segundo.
La NASA espera que la tormenta electromagnética originada por la actividad solar alcance este jueves la Tierra y Marte sobre las 18.25 GMT, y en su recorrido pasará cerca de varias naves de la NASA como Messenger, que estudia Mercurio, el telescopio Spitzer y STEREO-B.
El Sol pasa por ciclos regulares de actividad y cada once años aproximadamente se produce un pico máximo en la actividad en el que suelen producirse tormentas que a veces deforman e incluso atraviesan el campo magnético de la Tierra. Este es uno de esos años.
La agencia espacial ha advertido que si bien no teme por sus naves, como consecuencia del aumento de los niveles de radiación recibidos se pueden registrar problemas en la red de suministro eléctrico en las radios de alta frecuencia y en los dispositivos GPS.
Los expertos calculan que el efecto de la tormenta solar podría extenderse durante tres días, aunque tendrá especial impacto en las próximas 24 horas.
Las llamaradas se originaron en una región activa llamada AR 1429, que ha incrementado su actividad en los últimos días, y donde además se produjeron dos eyecciones de masa solar, que viajan a 482 kilómetros por segundo y podrían alcanzar la tierra en los próximos días.
El plasma de la eyección solar creará una severa tormenta geomagnética que también puede afectar a las comunicaciones y se espera que cause auroras que podrán verse en latitudes bajas.