Culpan al iPod por vida asocial
El iPod ya cumplió sus primeros 10 años en el mercado, un período que además de significar la casi extinción del 'walkman' y del 'cd player', parece haber sido el tiempo de una transformación de los seres humanos a un comportamiento asocial generalizado.
Al andar por las calles, en la guagua pública, mientras se espera por el médico, en el gimnasio, en la mesa de comer y hasta en el salón de clases, la gente, con los audífonos puestos, tiene la excusa idónea para no tener que hablar ni escuchar más allá de su selección personal de sonidos.
Como destaca BBC Mundo, hace tres décadas que existen los estéreos personales, pero el iPod, el reproductor de mp3 más vendido, con su portabilidad y capacidad de almacenamiento, ha superado limitaciones de sus predecesores, como el Walkman.
Desde que Apple lanzó su primer iPod en octubre del 2001, prometiendo 'mil canciones en tu bolsillo', la compañía ha vendido más de 300 millones.
Fue una noticia en el 2005 que el presidente George W. Bush tuviera uno de estos aparatos. Incluso, en Puerto Rico, se regaron con sensación las expresiones del gobernador para aquel entonces, Aníbal Acevedo Vilá, con las que afirmaba que en su iPod él tenía hasta la música de Calle 13.
Ahora, el iPod, en todas sus versiones, ha proliferado.
Dice BBC Mundo que hoy en día está tan generalizada la cultura de los audífonos, que se ha marcado una generación egoísta sin valores cívicos.
Resulta, entonces, una preocupación creciente que el iPod haya convertido a la gente en asocial. Se trata de una barrera levantada entre las persona, pues quién le pide direcciones a alguien que va enchufado a los audífonos, en su mundo?
Además, andar por ahí con los audífonos blancos puestos es la manera idónea de escapar de situaciones incómodas en las que una persona no quiere verse involucrada.
Sin embargo, según contó el profesor Michael Bull, autor de Sound Moves: iPod culture and urban experience (La cultura del iPod y la experiencia urbana), a BBC, el iPod no es la causa del cambio del espacio público al personal, sino un reflejo de la tendencia.
El estudioso opina que el que la gente escuche la música de su preferencia en el gimnasio no quiere decir que sea antisocial, pues 'la presencia de gente a tu lado en la calle ya no es algo social. Nuestra intimidad es con nuestros seres queridos o gente que está ausente en chats y redes sociales'.
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