Contradicciones en la nueva Orden Ejecutiva que entra en vigor el martes
Permite la aglomeración de personas en ciertas circunstancias pero en otras no, y requiere la desinfección de algunas instalaciones con más regularidad que otras.
La nueva Orden Ejecutiva (OE) de la gobernadora Wanda Vázquez Garced permite la apertura de más comercios en medio de la pandemia del coronavirus COVID-19, pero presenta disposiciones que se interpretan de modo que la prohibición de aglomeración de personas es selectiva y que la bases que sustentan estas nuevas determinaciones fueron tomadas con el aspecto económico como norte.
Una lectura del documento también demuestra que la selectividad no se limita al requisito de distanciamiento social, sino que se extiende a las peticiones de mantener las instalaciones públicas y privadas limpias para disminuir el contagio con el COVID-19.
De acuerdo a la OE, toda iglesia, templo, mezquita y/o sinagoga podrá realizar servicios presenciales los sábados y domingos, dentro del horario de cinco de la madrugada a las siete de la noche, con el llamado a que observen los protocolos de higiene, pero su lenguaje no es tan estricto como para otras áreas.
De hecho, la OE permite que líderes religiosos puedan salir de sus residencias si no manifiestan síntomas del COVID-19, pese a que en páginas anteriores el documento reconoce la posibilidad de contagio mediante personas asintomáticas y ordena un aislamiento mandatorio de 14 días a todos los que pudieron haber estado expuestos al virus.
Todos los servicios a ser ofrecidos a la ciudadanía, como los médicos, y los comercios abiertos deben atender un cliente a la vez y por cita o tomar mayores precauciones para salvaguardar la salud de las personas, salvo los restaurantes de comida rápida y las iglesias.
Del documento se desprende que la ciudadanía puede volver a comer en colectivo, pues los restaurantes (por cita previa) y restaurantes de comida rápida (libre entrada) están autorizados a reabrir sus salas para el uso de los comensales.
Ante esta inevitable aglomeración de personas, el documento solo establece que se debe mantener una distancia de seis pies como mínimo entre personas, especialmente cuando hagan una fila para ordenar sus alimentos.
En cambio, bajo el pretexto de evitar la aglomeración de personas continúa prohibida la apertura de parques, pistas al aire libre o gimnasios para que las personas se ejerciten, aunque estas personas pueden acudir a una playa para hacerlo.
Más allá de permitir una sobre la otra o abogar por ambas, los números con los que cuenta el Departamento de Salud respecto al manejo de esta emergencia no son suficientes para cumplir con los requisitos impuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el propio “Task Force” Médico de la Gobernadora para autorizar una apertura mayor de espacios.
En esa línea, a las iglesias, armerías y otros lugares como los centros de llamadas no se les ordena a cerrar los domingos para realizar trabajos de desinfección y limpieza, contrario a los supermercados, negocios dedicados a la agricultura ornamental, salones de belleza, barberías, lavanderías, comercios de venta al detal y al por mayor, centros comerciales, concesionarios de ventas de autos, agencias de viajes y establecimientos del sector de la informática.
Aunque Vázquez Garced aseguró en conferencia de prensa el pasado jueves que las determinaciones establecidas en la OE fueron tomadas en consenso entre sus asesores médicos y económicos, el grupo médico desmintió esa información al día siguiente. El anuncio de la Gobernadora no incluyó representación científica ni salubrista.
La OE esboza que esta nueva reapertura se delegó más en el “Task Force” Económico. En su análisis, ese grupo de trabajo se dejó llevar por el índice de riesgo de contagio elaborado por la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, la cantidad de empleados en cada sector y la participación en el Producto Interno Bruto.
El “Task Force” Médico, por su parte, fue quien recomendó que esta “nueva fase”, o extensión del toque de queda, sea por 21 días adicionales (tres semanas), debido a que el virus tiene un periodo de incubación de hasta 14 días y los expertos requieren una semana para analizar su comportamiento.
Según la OE, la apertura fue permitida porque el uso de recursos hospitalarios está muy por debajo de su límite, a lo que se atribuye a un alegado control de la propagación del virus.
“Aunque el nivel de ocupación en los hospitales evidentemente demuestra que se ha logrado satisfactoriamente la contención en la propagación del COVID-19, Puerto Rico continúa en riesgo de contagio”, dicta el documento, aunque, de nuevo, en otras secciones se reconoce que hay personas que ni han mostrado síntomas, pero portan el virus, además de que no todos los contagiados con este virus en la Isla han requerido asistencia médica en un hospital.
Para la apertura se tomó en consideración la ocupación de hospitales como criterio principal, pero para ordenar un cierre de comercios a ese criterio se le suma un aumento notable en el riesgo de infección. O sea, para la apertura no pareció tomarse en consideración el total de casos y el riesgo de infección en ese momento.
El riesgo de infección aumenta de persona a persona, por ciudadanos expuestos al virus y al ignorar los requerimientos de protección, como el distanciamiento y el uso de mascarillas. Sin embargo, no se conoce con exactitud el número real o la prevalencia del virus en la Isla, debido a problemas con la base de datos de Salud y un programa de rastreo deficiente.
Por un lado la Gobernadora ha afirmado que la “curva se está aplanando”, en cuanto a la cantidad de casos, pero por otro, a diario se reportan incrementos de casos confirmados. El día después del anuncio de reapertura de Vázquez Garced, se reportaron 117 casos nuevos, la segunda cantidad más alta en un periodo de 15 días.
La OE ordena a toda persona contagiada, con o sin síntomas, que se aísle por 14 días. Este mandato también le aplica a las personas que no tengan confirmado un contagio, pero que tengan la sospecha de que estuvieron expuestos al COVID-19. Empero, la Gobernadora parece estar exenta de esa disposición, ya que participó de una conferencia de prensa y la entrega de artículos de higiene a residentes de San Juan el día después de hacerse la prueba molecular para detectar el virus.
A Vázquez Garced le administraron la prueba porque estuvo en contacto ese mismo día con el secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, aunque se ha reiterado que el virus tiene un periodo de incubación de hasta 14 días. Ambos resultaron negativo. González Feliciano estuvo expuesto al virus por un tercero con quien tuvo contacto.
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