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Controlado el fentanilo en las cárceles, asegura el secretario de Corrección

Los casos de suicidio, sin embargo, han ido en ascenso, según Francisco Quiñones.

El secretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), Francisco Quiñones
Foto: Suministrada

El aumento exponencial en los últimos años de la droga del fentanilo en las instituciones penales en Puerto Rico, ha sido una preocupación latente para el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DRC), debido a que la mayoría de las muertes de confinados por sobredosis es producto del consumo de ese medicamento adulterado. Sin embargo, el nuevo secretario, Francisco Quiñones, informó que lo ha podido controlar maximizando la seguridad correccional.

Según reveló el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) entre el 2020 y la primera parte del 2022 se registraron 70 muertes por sobredosis en las que las autopsias realizadas a las víctimas revelaron un alto contenido de fentanilo en el sistema.

El ICF también había informado que las pruebas realizadas por el Laboratorio de Toxicología el pasado octubre de 2024 después de que 14 reos murieran de sobredosis, reveló que la mayoría de esas muertes reportadas en la correccional de Arecibo arrojó resultados positivos a fentanilo en combinación con cocaína.

Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), definen al fentanilo como un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Además, es un importante factor contribuyente a las sobredosis mortales en Estados Unidos.

“Sí, ciertamente (ha controlado la propagación del fentanilo)”, aseguró Quiñones en una entrevista radial en el programa de Primer Round por Magic 97.3fm.

Desde mediados de la década pasada, ha comenzado a proliferar su uso en Puerto Rico. Se cree que los primeros casos de uso de fentanilo en la Isla datan del 2014, números que se ha disparado.

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“Lo primero es intervenciones rutinarias, que eso es físico, más allá de los canes, registrando las celdas, en ocasiones registrando también a los confinados. Así que, es el aumento de la supervisión, supervisando mejor la entrada. Hay otros asuntos que no puedo divulgar, pero que también estamos trabajando la gama de posibilidades de la entrada de contrabando en las instituciones”, explicó el secretario del DCR.

A pesar de que hay un control de la sustancia en fentanilo según Quiñones, los casos de suicidio han ido en ascenso.

Por ejemplo, el pasado 21 de marzo, se reportó la muerte de un confinado a eso de las 7:40 de la mañana, ocurrido en el Complejo Correccional Las Cucharas en Ponce.

Según las autoridades, el confinado Sixto Armando Escobales Ramos, de 39 años y residente de Adjuntas, se privó de la vida en su celda del anexo 676.

Escobales Ramos se encontraba sumariado por incumplimiento a una orden de protección bajo la Ley 54 de Violencia Doméstica.

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Otro caso reciente fue ayer lunes, cuando agentes de la Policía, adscritos al precinto de Bayamón Centro, investigaron un suicidio reportado a las 8:48 de la mañana, en una celda del Edificio 5 del Anexo 705 de la Institución Correccional de Bayamón.

Según la información preliminar, fue encontrado muerto el confinado Miguel A. Rivera Colón, de 32 años.

El confinado se encontraba sumariado por un caso de robo de auto mediante “carjacking”, en el que murió un hombre de 79 años.

Curiosamente, se ha reflejado una cantidad de suicidios de confinados con casos por Ley 54. Sin embargo, Quiñones no suministró el total de muertes por suicidio en lo que va de año.

“El número es parecido a años anteriores, pero ciertamente eso no nos satisface. Cada vez que ocurre una muerte sea por la razón que sea, suicidio, tan pronto soy notificado, he llegado a instituciones…", indicó Quiñones.

Una de las instituciones con más reportes de suicidios es en la 705 de Bayamón.

“Ciertamente, en efecto, no lo voy a ocultar. Esa es una de las instituciones que nos preocupa por la alta incidencia de ese asunto y otros más. Eso es un centro de ingreso, donde están en un proceso de adaptación, personas que entran allí, muchos por primera vez y ese proceso de adaptación es fuerte. Así que, hay situaciones de conducta que las tenemos que manejar y lo que hemos hecho es aumentar la supervisión, no solo de oficiales correccionales, sino de supervisores para asegurarnos que tenemos el ojo puesto", sostuvo.

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El secretario del DCR mencionó que, además de aumentar la seguridad en la institución de Bayamón, se han instalado cámaras de seguridad.

“Me preocupa y me ocupa. No voy a dormir tranquilo hasta que la situación mejore. Ciertamente hemos movido confinados que sabemos que son líderes en esos grupos, hemos hecho movimientos, hemos identificado líderes que nos pueden traer conflictos, los hemos movido de institución”, insistió.

Quiñones explicó que los últimos reportes de muertes de confinados coinciden con suicidios.

“He estado en casi todas las ocasiones. Mi observación con 10 años como fiscal lo que pude apreciar es que son suicidios, mayormente en los centros de ingresos… Ciertamente lo que hemos observado es cónsono con suicidio”, apuntó.

Cambio de filosofías

No todos los funcionarios que han sido secretarios de Corrección en el pasado, han creído en la filosofía o aceptan que en las cárceles de Puerto Rico comandan grupos o "gangas" de confinados, que en la gran mayoría de las ocasiones, son el principal componente de pleitos internos y contrabando.

Sin embargo, Quiñones reconoce que existen los grupos y que ha logrado hacer acuerdos con los que se denominan como "portavoces" para mantener el control en las instituciones.

“Reconocemos que hay grupos organizados. Reconozco que existen esas agrupaciones. Lo he hecho son Sabana Hoyos con Álamo. Tuvimos una situación en Sabana Hoyos donde habían unos reclamos de ambas partes, de la oficialidad, de que ambas partes fueron agredidas. Esa investigación está a punto de culminar y, de igual manera, habían unas alegaciones de la población sobre uso excesivo de fuerza”, comentó Quiñones.

“Así que yo sí comparecí altas horas de la noche, pregunté quién era el portavoz de ese módulo, me dijeron que era Álamo y hablé con él en la cancha esa madrugada. El asunto está bajo control”, agregó.

Algunos de los retos adicionales que tiene la población correccional es la asistencia concurrida de confinados trasladados al Centro Médico por instrucciones de un médico correccional de turno.

Según se denunció en la entrevista, el fin de semana pasado ascendieron a 95 oficiales penales en el Centro Médico. Por cada reo, se asignan dos oficiales.

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Ahora se evalúa la posibilidad de aumentar la plantilla de oficiales o reestructurar el mecanismo que se utiliza cuando los reos necesitan asistencia médica.

“Es un asunto que ya se me habían traído a la atención y es un asunto que estamos mirando, pero si el médico de nuestra institución recomienda el traslado, es lo que se debe hacer”, puntualizó Quiñones.

Periodista con más de ocho años de experiencia en los medios de comunicación de Puerto Rico, enfocada en los temas legislativos y políticos.