La lenta reconstrucción de viviendas dañadas por María sigue a casi tres años del huracán
El programa de Reparación, Reconstrucción o Reubicación del Departamento de Vivienda identificó 6,138 solicitudes elegibles, pero solo 123 hogares se encuentran en la etapa de construcción activa.
El programa de Reparación, Reconstrucción o Reubicación (R3), inaugurado en julio de 2019 para atender las viviendas de comunidades de bajos ingresos que resultaron afectadas por el paso del huracán María, ha recibido 26,997 solicitudes de las cuales solo 6,138 han sido catalogadas como elegibles.
De acuerdo al Secretario del Departamento de la Vivienda (DV), Luis Fernández Trinchet, este programa, que cuenta con un presupuesto de $3,025 millones, debió pasar por una fase de estructuración antes de que se comenzara a ofrecer las ayudas a personas que, a casi tres años del paso del huracán María, aún viven bajo toldos azules.
Durante un encuentro virtual con la prensa, Fernández Trinchet detalló que, de las 26,997 solicitudes recibidas, 9,774 se encuentran en revisión de admisión, 8,407 están en revisión de elegibilidad, y 2,678 están inactivas, que son aquellas en la que pudo haber duplicidad al momento de solicitar, no son elegibles, han retirado la solicitud o son personas que solicitaron y ahora no responden.
“Hemos encontrado personas en la etapa de firmar, cuando se les dice el arreglo que conlleva la vivienda, que han dicho, no me interesa, me quedo y rechazan la ayuda. Son pocos, pero hemos tenido la situación. Ya cuando la persona firma, ese candidato sabe en ese momento lo que va a ocurrir y lo que va a pasar en la casa”, dijo Fernández Trinchet.
Añadió que de las 6,138 personas elegibles, 4,133 están en la fase de evaluación inicial, 697 en la etapa de firmar contratos, 112 proyectos están en preconstrucción y 123 están en construcción.
El funcionario señaló que cuando comenzó su función en febrero aún no se había dado ningún paso con este proyecto, por lo que entendió que iban de acuerdo con las expectativas que anunció la gobernadora Wanda Vázquez recientemente, de lograr de 300 a 400 propiedades firmadas todos los meses. Aclaró, luego, que ese número no significaba cantidades de casas ya listas, pues cada construcción conlleva un tiempo distinto, dependiendo de cuánto arreglo requiera cada estructura.
“Una vez firmado, comienza lo que un chivero no va a hacer, que es preparar planos. Un chivero no va a trabajar con permisos, un chivero va allí a tumbar ventanas, no va a mitigar, y si mitiga, sencillamente, no puede remover el material tóxico. Así que comienza todo el proceso que los códigos de construcción exigen en Puerto Rico y el programa está claramente diseñado para cumplir con la construcción de la forma que se supone que ocurra en la Isla y eliminemos este fenómeno de vivienda informal que llevamos aquí en Puerto Rico por décadas”, apuntó.
Fernández Trinchet añadió que el programa es el responsable de los planos, lograr los permisos con las agencias correspondientes y de cumplir con los requisitos federales y locales, así como de demoler la estructura, remover los escombros y llevarlos a un lugar particular.
“Cuando nos empiecen a auditar, el Departamento de Vivienda es el responsable de lo que ocurra con cada uno de los programas… Esto es vivienda a largo plazo. Viene otro María, y esa vivienda no va a tener problema. No es una reparación de cinco mil pesitos, de una ventanilla aquí y sigo caminando. Esto es permanente”, destacó.
Los planos y permisos, dijo, tienen que ser trabajados por arquitectos e ingenieros licenciados, y que se requiere certificación de que las viviendas no tengan asbestos, de cumplimiento ambiental así como todos los permisos tramitados.
Explicó que de los 10 gerentes de construcción que forman parte del programa y que fueron seleccionados mediante subasta pública, lograron 20 diferentes modelos de casas. Apuntó que hay modelos de dos hasta cuatro habitaciones, con la intención de “tener diversidad de la parte de arquitectura y que la gente pueda tener diferentes opciones”.
Indicó que el participante puede escoger de una paleta de colores la pintura de la casa, así como seleccionar de una variedad de losetas y gabinetes de cocina, por lo que “Vivienda no está construyendo meramente una casa, sino un hogar, que cumpla con todos los requisitos y que sea resistente a terremotos y vientos huracanados.
En un desglose de costos, puso como ejemplo una residencia de Bayamón, en la que se pagaron $9,354.07 en patentes y permisos, $40,500.00 en estudios de ingeniería (suelo, diseño, construcción, seguros, etc.), $30,406.12 en demolición y mitigación, y $144,350.00 en el reemplazo de la casa, que pertenece a una señora de 62 años.
“Esto va a darle trabajo a ingenieros licenciados, va a darle trabajo a arquitectos licenciados y les dará un ingreso a los municipios, que típicamente un chivero no va a apagar arbitrios a los municipios”, insistió Fernández Trinchet.
“Estamos ayudando a que todos los códigos de construcción que existen en Puerto Rico definitivamente se cumplan. Esta es la única manera en que vamos a terminar con este tema de vivienda informal en Puerto Rico en donde se construye al garete, la gente hace lo que le da la gana por ahorrarse tres pesos pero entonces nos preocupamos porque las agencias no tienen chavos. Esto genera una fuente de ingreso enorme en distintos sectores económicos”, aseveró.
Al momento, el programa no está aceptando solicitudes, pero hay una lista de espera.
“No se sabe si (el dinero) va a dar para estas personas. Queremos evitar que pierdan el tiempo buscando documentos para que después le digamos que no hay más chavos. En la medida que vemos como progresa el programa, que surjan casos inactivos y que el desglose de fondos permita que abramos el programa, lo vamos a abrir y acepta una cantidad adicional de solicitudes”, concluyó.