Acusado montó a hermano de Will Smith y a Mayagüez en sueños de Hollywood
Una película poco vista, anuncios vacíos y dos demandas son el resultado del intento por convertir a la Sultana del Oeste en meca de cine.
En la conferencia de prensa, se dijo que Will Smith vendría a Puerto Rico a filmar y que habían $11.9 millones para construir un estudio que convertiría a Mayagüez en el nuevo destino de Hollywood en el Caribe. Tres años después, solo quedan promesas incumplidas, demandas y la amenaza de ejecución hipotecaria contra el Palacio de Recreación y los Deportes.
La promesa del asesor del Municipio de Mayagúez, Eugenio García Jiménez, de construir un estudio de cine y televisión en la Sultana del Oeste en abril de 2018, se daba a la misma vez que le representaba falsamente al Municipio de Mayagüez que estaba intacta la inversión de $9 millones en fondos para el Centro de Trauma que se le había encomendado invertir, pero que ya había dilapidado según una acusación federal. La promesa incluía la filmación de El Ojo de Dios, ya había filmado Dos Caminos, y un acuerdo de distribución con Smith Global Media, una compañía del hermano del actor Will Smith, Harry Smith. De hecho, el hermano menor del actor estuvo en la conferencia con García Jiménez.
En el anuncio también estuvo el excomisionado del Programa de la Industria Cinematográfica, Pedro Rúa Jovet, quien recordó la ilusión que tenía por la posibilidad de que finalmente los decretos contributivos para construir infraestructura fílmica se convirtieran en instalaciones reales donde se pudiera hacer cine y televisión desde Puerto Rico para el mundo.
García Jiménez se había reunido con el exsecretario del Departamento de Desarrollo Económico (DDEC), Manuel Laboy, quien ahora dirige la Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia (COR3). Laboy se lo asignó a Rúa Jovet, quien no había conocido al empresario antes. "Nosotros estábamos súper esperanzados de que finalmente hicieran un decreto de infraestructura", recordó Rúa Jovet en entrevista con NotiCel. Mencionó que hubo visitas a locales del gobierno de Puerto Rico en el área del Parque del Litoral de Mayagüez para ubicaciones potenciales del estudio.
García Jiménez no tenía experiencia en el cine ni la producción, pero puso en vitrina como carta de presentación la película Dos Caminos, que su empresa M.A.G. Film Studios había coproducido con, entre otros, MEDI Films, una de las subsidiarias de la corporación municipal Mayagüez Economic Development Inc. (MEDI).
Pero, igual que la inversión de $9 millones, el sueño de pantalla grande se esfumó. "No recuerdo que hayan desarrollado ningún proyecto", indicó el exfuncionario.
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Hoy, no hay estudio de producción en Mayagüez, pero García Jiménez y el director ejecutivo de MEDI, Alejandro Riera Fernández, están acusados de fraude a nivel federal por la inversión de $9 millones y el Palacio de Recreación y Deportes de Mayagúez está en riesgo de ejecución porque MEDI lo hipotecó para financiar dos de sus aventuras cinematográficas con M.A.G. Films.
Dos pleitos que sometió la Cooperativa de Ahorro y Crédito Las Piedras en noviembre del año pasado y enero de este año develan la trama del fraude con los créditos contributivos cinematográficos. Y como toda buena película o serie sobre un crimen de cuello blanco, un personaje oculto es el que provoca el giro sorpresivo. En este caso, el Municipio de Mayagüez, que en un escrito que sometió el 22 de febrero pasado le dijo a un tribunal que todo lo que MEDI había hecho con los créditos contributivos y la negociación del Palacio de Recreación y Deportes como garantía hipotecaria era ilegal y nulo.
Esto, a pesar de que el alcalde de Mayagúez, José Guillermo Rodríguez Rodríguez es, además de jefe de la ciudad, presidente de la Junta de Directores de MEDI, un cuerpo cuyos otros miembros son el vicealcalde, Heriberto Acevedo Ruiz, la gerente de Finanzas de la ciudad, Yahaira Valentín y el gerente de Vivienda Pública Municipal, Alfred K. Soto.
Las alegaciones del municipio incluyen decir que es falsa una certificación corporativa que firmó Acevedo Ruiz porque afirma que la Junta de Directores de MEDI se había reunido un día específico, pero ese día supuestamente no hubo reunión del cuerpo. Incluyen también decir que la hipoteca sobre la instalación deportiva del municipio construida en 1981 es nula, aunque hay un tracto de ordenanzas municipales que se hicieron a la medida del negocio que MEDI necesitaba hacer con la propiedad. Las defensas de la ciudad llegan al punto de reclamar que el Registro de la Propiedad fue el que se equivocó cuando autorizó la inscripción de la escritura de hipoteca sobre el Palacio.
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"La Cooperativa sabía o debía saber (que el Palacio no se podía hipotecar)", es una de las defensas del ayuntamiento. La movida con el Palacio es cónsona con otra que MEDI realizó con el hospital municipal San Antonio, que produjo otros dos pleitos distintos. El hospital se llegó a usar como garantía hipotecaria de un pagaré y en aquel pleito el municipio también compareció para desautorizar el negocio de MEDI que se supone supervisara el alcalde como presidente de la Junta.
Hasta ahora, se conocen dos pleitos de hipotecas sobre el Palacio y dos pleitos relacionados con hipotecas o intentos de hipotecar el hospital San Antonio.
Tanto el hospital como el Palacio están en una lista de 58 propiedades que el municipio le transferiría a MEDI para garantizar una línea de crédito de $400 millones que Rodríguez Rodríguez todavía no ha explicado.
A pesar de estos hechos, Acevedo Ruiz sigue siendo vicealcalde de la ciudad y Riera Fernández estuvo en la dirección ejecutiva de MEDI hasta la semana pasada después de su arresto.
En el pleito relacionado con la película Dos Caminos, la cooperativa reclama una deuda total de $617,756.98 y en el pleito por el financiamiento de la película El Ojo de Dios (The Journey Ahead) reclama una deuda de $5,877,083.26. La cooperativa imputa también que ha ocurrido fraude porque los deudores, incluyendo la ciudad, vendieron los créditos contributivos que la Administración García Padilla les había concedido para la realización de las películas a terceros, poniendo en riesgo así la capacidad de la cooperativa para recobrar su dinero.
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