Procuradora insiste en el empoderamiento mientras persisten los feminicidios
Ante la triste realidad de que muchas mujeres ni siquiera logran sobrevivir las agresiones sufridas para beneficiarse de dicho “poder”.
En momentos en que la violencia de género continúa cobrando vidas en Puerto Rico, la Procuradora de las Mujeres, Astrid Piñeiro, reafirmó que el enfoque de esta administración no se limita a atender la violencia doméstica, sino que busca fomentar el “empoderamiento de la mujer” como eje central de su política pública.
No obstante, la insistencia en este discurso ha planteado interrogantes fundamentales en algunos sectores sobre las prioridades del gobierno.
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En un país donde los feminicidios y las agresiones machistas persisten con frecuencia alarmante, suena paradójico o incluso irónico que la apuesta principal de la administración sea empoderar a una población que sigue siendo asesinada. ¿Cómo se garantiza el fortalecimiento de derechos si no se asegura primero la vida? La retórica del empoderamiento, sin medidas más contundentes para frenar la violencia, se queda corta ante una realidad en la que muchas mujeres ni siquiera logran sobrevivir para beneficiarse de dicho “poder”.
Ante cuestionamientos de NotiCel, Piñeiro insistió y defendió a capa y espada las iniciativas educativas, de desarrollo económico y campañas de concienciación como ejemplos de empoderamiento institucional, sin responder con claridad cómo estas estrategias protegen a corto plazo a quienes enfrentan amenazas reales.
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"Precisamente porque los hay es que tenemos que enfocarnos en el empoderamiento, porque cuando hablamos de mujeres y hombres más seguros de sí, somos capaces entonces de frenar todo aquello que no nos sea saludable en nuestra vida, incluyendo la violencia", sostuvo la procuradora.
Noticel, por tanto, le cuestionó a Piñeiro si al priorizar el discurso del empoderamiento, el Gobierno no corre el riesgo de romantizar un concepto que resulta vacío frente a su incapacidad de proteger la vida de las víctimas. Se le planteó que, si bien se ha insistido en empoderar a las mujeres, la primera condición para poder empoderarse es, sencillamente, estar viva.
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Sin embargo, aunque Piñeiro reconoció la validez de la preocupación, nuevamente defendió la estrategia del gobierno al alegar que se está trabajando de manera integral.
Según Piñeiro, la administración es capaz de actuar tanto en el área educativa y preventiva como en la provisión de servicios cuando ya han ocurrido incidentes de violencia.
Asimismo, se le cuestionó a la funcionaria qué ha hecho ella distinto a sus antecesoras para combatir, mitigar y erradicar la violencia sexual y de género hacia la mujer.
Como parte de su respuesta, la procuradora insistió en que ha comenzado a trabajar “con puertas abiertas” y que ya se están dando pasos distintos. Mencionó como ejemplo una reunión reciente con la secretaria de Vivienda, en la que llevó preocupaciones expresadas por la directora del Hogar Ruth. A su juicio, el simple hecho de escuchar a estas organizaciones representa un cambio y refleja una nueva apertura.
No obstante, la omisión de un abordaje más contundente frente a los casos de feminicidio en la Isla deja una grieta en el discurso oficial: no se puede empoderar a quien ya no está viva.
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