Tardó 14 minutos en fallar el megatransformador movido a Santa Isabel
La reconstrucción de las líneas que María dañó y que son la solución permanente para los residentes de Santa Isabel, Coamo y Aibonito tardaría hasta al menos 2027, diez años después del huracán.
LUMA Energy LLC, operador privado de la red eléctrica, realizó una serie de pruebas a un megatransformador antes y después de trasladarlo a un costo de $4 millones entre Caguas y Santa Isabel, pero las pruebas previas no incluyeron energizarlo.
Una vez instalado en Santa Isabel, estuvo energizado, pero sin carga del sistema, por 48 horas. Al aparato se le aplicó carga del sistema de manera incremental y el 5 de julio, 14 minutos después de recibir el 50% de la carga, falló de una manera que lo descarta como solución.
El operador mantuvo la falla oculta hasta seis días después, cuando la admitieron bajo interrogatorio de la Cámara de Representantes.
Esta es parte de la información que LUMA entregó al Negociado de Energía (NE) esta semana, pero que habían pedido se mantuviera confidencial. El oficial examinador del regulador rechazó la petición, por lo que el documento fue publicado anoche.
LUMA proveyó una lista de evaluaciones técnicas que hizo antes y después del traslado, y aseguró que corresponden a las guías de la industria y a protocolos que ellos han aplicado al evaluar transformadores con características comparables. El transformador es de 112 megavatios y había sido adquirido en 2013 por $1,030,000. El operador dijo al NE que todavía no tenía un estimado de costos asociado al operativo del transformador más allá del contrato de $4 millones que se otorgó para el traslado por mar y tierra.
Los residentes de los pueblos afectados tienen servicio otra vez desde el 9 de junio por movimientos de generación temporera y de rehabilitación de líneas que hizo LUMA con los que supuestamente proveen tres fuentes distintas de energía al área. Pero la obra que puede resolver permanentemente el suplido de energía en el área, la reconstrucción de tres líneas (100, 200 y 4,800) que María destruyó, está todavía en la fase de permisos o en la de aprobación por parte de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA). En su informe, LUMA proyecta que los trabajos pueden terminar en 2027, 10 años después del huracán.
El origen de esta controversia, como otros problemas de la red eléctrica, está en el huracán María, que dañó esas líneas que proveían energía a Santa Isabel, Coamo y Aibonito con redundancia, para que no se quedaran a oscuras si una fallaba. Desde el 2017, el parcho fue un transformador de 115 kilovatios ubicado en Santa Isabel y que desde el 2019 no recibía mantenimiento completo porque no se le podían quitar cargas sin afectar el servicio en el área. LUMA aseguró que hasta el 2023, ese equipo no reflejaba fallas, aunque no se le había dado el mantenimiento completo.
Cuando ese transformador de Santa Isabel falla el 2 de junio y deja a oscuras casi a 64,000 abonados, la presión pública obligó a LUMA a ofrecer como opción el de Caguas. Ahora, con la falla del transformador trasladado, el operador recurre a un transformador de 56 megavatios ubicado en Maunabo como segunda opción.
Pero, en el informe al regulador del sector energético, queda claro que el de Maunabo fue una opción desde el principio. Sin embargo, LUMA pensó que el de Caguas era mejor porque con su capacidad de 112 megavatios podía resolver el problema inmediato de la energía en esos pueblos y también el de largo plazo cuando se mejore la red. Ahora, el operador está en negociaciones con el alcalde de Maunabo, Ángel Lafuente, quien se ha negado a permitir que el transformador se mueva a Santa Isabel.
LUMA dijo al NE que las pruebas al megatransformador fueron diferentes en Caguas y en Santa Isabel. Las primeras fueron para verificar si servía, si estaba completo, si las piezas estaban en orden. Las segundas fueron pruebas completas para saber si se podía energizar. Durante el traslado, tenía dos sensores de impacto que no registraron ningún evento significativo y antes del traslado, se le removieron aceite, abánicos, radiadores y el conservador de aceite. Esto se le reinstaló en Santa Isabel.
“Los resultados exitosos obtenidos de las pruebas sugerían que el instalador se podía instalar y poner a operar”, afirmó el operador al NE al describir la falla como una “interna” que requerirá más inspección para precisar, pero que usualmente implica una reparación mucho más larga que simplemente obtener otro transformador.
Para evitar una sorpresa similar con el de Maunabo, LUMA anticipó que se pondrá en contacto con el fabricante para pedirle personal de apoyo durante la inspección del equipo.
Para leer el informe de LUMA al Negociado de Energía, pulse aquí.
Vea:
Un misterio los “protocolos” que usó LUMA para probar transformador