Participantes advierten que no hay nada más peligroso que un ser humano en "reconstrucción"

La Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras, celebró la culminación exitosa del curso de Mejoramiento Profesional para 13 confinados y la admisión a la maestría en Gestión y Administración Cultural de la Facultad de Humanidades para el próximo semestre.

Este proyecto piloto logró incluir a los estudiantes regulares y los estudiantes privados de la libertad en un mismo curso para fomentar la inclusión.

"Este es un proyecto que se inicia hace más de 20 años, por el padre Fernando Picó en el anexo 292 de la correccional de Bayamón. Picó desarrolló la idea de ofrecer cursos universitarios a los confinados especialmente a los clasificados en custodia máxima, que no tenían otra oportunidad de salir o de participar de otro tipo de actividades como lo hacen lo que están clasificados en otros niveles", contó la secretaria del Departamento de Corrección y Rehabilitación, Ana Escobar Pabón a NotiCel.

"Tuve la oportunidad de participar como secretaria en la última graduación de bachillerato de los confinados y allí mismo aceptamos el reto de ayudarlos a llegar hasta la maestría. Así que, la Universidad de Puerto Rico y nosotros, nos dimos la tarea de desarrollar este proyecto a nivel de maestría y lo hemos logrado. Ahora, estos 13 han sido admitidos. Esto es bien emocionante, de tan solo poder presenciar el logro de cada uno de ellos. No hay excusa para no estudiar ni educarse", continuó.

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Los 13 confinados admitidos se enteraron en medio de la actividad de cierre de curso que habían pasado los requisitos para la nueva encomienda a nivel de maestría. Estos estudiantes, actualmente son de custodia mínima o mediana.

El ambiente que se le ofreció en la UPR, según la secretaria, fue propicio para sentirse cómodos y libres.

"Nos aprobaron unos brazaletes electrónicos para que ellos pudieran moverse dentro de la universidad en un perímetro restringido, con un calendario de actividades desde que llegan hasta que termina el curso durante la tarde. Incluso, conversamos con estudiantes que participaron con ellos en estos cursos y la comunidad universitaria los ha aceptado sin reparo", sostuvo Escobar Pabón.

En el curso otorgado, los confinados lograron desarrollar su proyecto de Gestión Cultural con la meta de convertirlo en una realidad tan pronto culpan sus años de sentencia.

Por ejemplo: la joven Omayra Torres presentó un proyecto enfocado en el Alfabetismo Jurídico para aquellos que están privados de la libertad, así como la joven Sheila Figueroa desarrolló un plan para educar a las mujeres confinadas.

Por otro lado, Javier Santos García, desarrolló una propuesta para combatir el machismo y el feminicidio y así como otros confinados que desearon fomentar programas de relaciones filiales con familiares a los confinados, proyectos para la protección de la naturaleza, entre otras propuestas.

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En la actividad, también recibieron un certificado de participación por ser parte de la organización estudiantil de gestores culturales.

Sus familiares dijeron presentes en la actividad para celebrarles.

"Después de 36 años enseñando, tener la oportunidad de trabajar con un grupo de personas privadas de la libertad, fue todo un privilegio.Yo dije que sí a este reto sin pensarlo mucho. Poco a poco me di cuenta que el proyecto era mucho más grande de lo que yo me imaginaba. Esta era la primera vez que los estudiantes iban a llegar al recinto y que iban a venir sin estar esposados ni encadenados.Así que, verlos llegar solo con su brazalete electrónico, un mahón y camiseta roja común fue una sorpresa grata", contó a NotiCel el profesor del curso de Modalidades en Gestión Cultural, Pedro Reina.

"La dinámica incluso de estar en la universidad miércoles tras miércoles, produjo la oportunidad de hacer comunidad. Hay una dimensión humana y una obligación social de la universidad pública tan cuestionada, cuando esa misma universidad termina transformada por la visita de estas personas; cuando a veces pensamos que sería al revés. Así que, yo como educador, siento que me hicieron un regalo", puntualizó entre emociones el profesor.

Los 13 confinados se comprometieron a dar la milla extra en esta nueva encomienda y aseguraron que completarán su curso de maestría.

"Dicen que no hay nada más peligroso que un ser humano en reconstrucción y nosotros somos muy peligrosos, extremadamente peligrosos (refiriéndose al poder de educarse). Hay mucha gente que no confía en nosotros pero estamos agradecidos de los que sí nos apoyan...", concluyó uno de los confinados, Raúl Reyes Chalas.

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