A tres semanas del paso de Fiona, el consorcio que opera la red eléctrica ha ofrecido datos mínimos sobre los daños que causó en la red el huracán. Te detallamos aquí.

La capacidad para medir la efectividad de la respuesta del consorcio LUMA Energy LLC al huracán Fiona se imposibilita por la poca información que han ofrecido sobre los daños que realmente provocó el sistema atmosférico en la red eléctrica y sobre los recursos que han desplegado para las reparaciones.

LUMA tiene pendientes peticiones de información de la Cámara de Representantes de Puerto Rico y de la Cámara de Representantes federal y tampoco ha contestado requerimientos de prensa sobre el detalle de su preparación para la tormenta, y los datos precisos de los daños que encontraron después del paso del fenómeno, así como la información sobre la cantidad de personal que tienen atendiendo la reenergización y el método para distribuir los mismos alrededor de la isla.

De esta manera, los reclamos la semana pasada ante una comisión cameral del jefe de LUMA en la isla, Wayne Stensby, de que su respuesta había sido "eficiente", se convierte en una aseveración que no se puede evaluar objetivamente porque, como no hay detalle de los daños, no hay forma de medir la respuesta.

Una de las innovaciones que el consorcio resaltó cuando tomaron control de la red el verano pasado fue una sección de su portal de internet que mostraba en tiempo real las averías en un mapa de la isla. Pero la misma fue desactivada por la empresa después de que Fiona entró por Punta Tocón, en el suroeste, el 18 de septiembre pasado como un huracán categoría 1.

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Poco después, el exoficial principal de Informática del gobierno, Giancarlo González, expuso que los datos que LUMA publicada en esa página arrojaban errores de duplicidad, de identificación precisa del lugar de la avería y de información errónea sobre las interrupciones de servicio. El viernes pasado, el director de Proyectos Renovables de LUMA, Daniel Hernández, admitió a una comisión cameral que sesionó en Ponce que, al menos en lo que respecta a la información de averías posthuracán, las mismas se mantienen a mano y se nutren de los reportes de campo que hacen sus empleados. No tienen forma de detectar "bolsillos" de abonados que están sin energía a pesar de que el resto de su comunidad o lugares aledaños sí la tienen.

Según un documento sometido al Negociado de Energía (NE), el consorcio comenzó su evaluación de daños el martes, 20 de septiembre a las 7:00 am. Lo único concreto que reportaron al NE en cuanto al efecto fue que "la evaluación aérea inicial de las líneas de 115 y 230 kilovatios", que son las que cruzan la isla para llevar energía del sur al norte, reflejaban "daño catastrófico limitado". En el documento, sometido el 23 de septiembre, dijeron que tendrían más datos para el 26, pero no sometieron nada más. El representante del interés público en la Junta de Gobierno de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), Tomás Torres Placa, confirmó que LUMA no ha sometido ningún otro informe posterior al del 23 y que el 30 hubo una reunión de la Junta, pero se ausentaron. El ingeniero recordó que el diseño del contrato dice que quien supervisa a LUMA en el gobierno es la Autoridad de las Alianzas Público Privadas y no la AEE, por lo que la Junta de la AEE no tiene poder para hacerle requerimientos u obligarlos a informar.

Sin embargo, en una comunicación a los medios el 1 de octubre, LUMA dice que "50% de las líneas de transmisión sufrieron daños". Esas son las mismas líneas que, una semana antes, dijeron que tenían "daño catastrófico limitado". La comunicación a los medios no tiene detalles de nada de lo que presenta y los otros dos datos que provee que se puede considerar como un reporte de daños, además del de las líneas de transmisión, son "50% de los alimentadores de distribución sufrieron daños" y "7 de las subestaciones sumergidas". No se dice la ubicación de estos equipos afectados ni cuántos estaban arreglados al momento de la comunicación. NotiCel pidió a Hugo Sorrentini, gerente de medios u de marca digital de LUMA, más informes de daños, pero no hubo respuesta.

La comunicación está llena de supuestos logros, incluyendo que desde el día siguiente a la tormenta, el 19, ya tenían a 207,000 clientes con servicio y que el 1 de octubre tenían a 90% de los clientes con servicio, pero poco desglose de daños.

En cuanto a personal, LUMA no ha precisado cuántos celadores y brigadas tiene en total trabajando la emergencia. Solo han dicho, el 1 de octubre, que movilizaron 221 trabajadores, 56 camiones canastos y 22 excavadoras de su socio, Quanta Services. A razón de un mínimo de tres empleados por brigada, se trata de unas 73 brigadas cuya movilización se cobra como gastos de emergencia a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), que reembolsa los mismos. Lo que implica una ganancia directa para Quanta por decisión de ellos mismos a través de LUMA. El consorcio que opera la red está compuesto por Quanta y por ATCO. Inicialmente, una de las razones para otorgar el contrato de operación era que en el consorcio estaba también Innovative Emergency Management, Inc. (IEM), quienes se promocionan como especialistas en asesorar gobiernos y entidades para la "preparación, respuesta, recuperación y fortalecimiento de la defensa, contraterrorismo, salud pública, ciberseguridad, y desempeño de las agencias públicas". Pero ahora IEM está reducido a ser contratista de LUMA y no se sabe exactamente qué aporta en esa operación.

Durante la actividad del presidente Joseph Biden en Ponce, preguntamos al vicepresidente de operaciones del consorcio, Lawrence Kazmierski, si la capacidad de contratar a las mismas empresas que son sus socias fue clave para que accedieran al contrato de operación de la red y no contestó directamente. "Te puedo decir que tener a Quanta y ATCO como matrices, ATCO conoce el negocio de energía y Quanta conoce el negocio de la contratación, Quanta tiene compañías numerosas en los Estados Unidos que pueden proveer recursos de inmediato, así que es útil poder tener esa flexibilidad y usar esos recursos como lo hicimos el fin de semana de la tormenta", dijo.

LUMA no solamente no ha dicho exactamente cuántas brigadas tiene trabajando la recuperación, sino que no han compartido sus planes de trabajo diario, lo que es una de las quejas más repetidas de los alcaldes, especialmente de las áreas que se siguen quedando oscuras, mientras otras van recuperando el servicio.

El exdirector ejecutivo de la AEE, Héctor Rosario, indicó que un número apropiado de brigadas para atender la emergencia de un huracán es entre 300 y 350 y que la AEE tenía 80 a 100 celadores élite que hacían reparaciones aéreas a las líneas, pero no se sabe cuántos, si alguno, tiene LUMA ahora.

El actual presidente del Colegio de Ingenieros y Agrimensores (CIAPR), ingeniero Faustino González Quiles, trabajó 30 años, hasta su jubilación en 2017, en la AEE precisamente con el sistema de transmisión y distribución que ahora opera LUMA. Dijo que, cuando se jubiló, habían entre 2,500 a 3,000 empleados "y nos sentíamos cortos" porque era un número que ya había bajado y que siguió bajando tras su salida.

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González Quiles mencionó que hay un detalle de daños que se supone LUMA tenga y pueda divulgar a este momento "porque en la Autoridad lo teníamos" y que incluye: cantidad de segmentos de líneas dañadas, postes partidos, cantidad de líneas en el piso, crucetas, subestaciones, transformadores, e impacto de deslizamiento de terreno en postes, entre otros.

"La operación de este contratista es un 'black box' (sistema hermético)", afirmó Torres Placa, quien responsabilizó al gobernador Pedro Pierluisi Urrutia por no ejercer los poderes de supervisión del gobierno para fiscalizar al operador. Recordó que, antes del huracán, las estadísticas de rendimiento que LUMA tiene que someter al NE demostraban que era 32% peor que la AEE en cuanto a cantidad y duración de apagones. "32% peor que la peor compañía de energía en todo Estados Unidos, que era la AEE", enfatizó.

Otro de los aspectos que se desconoce, y uno en la que la AEE y LUMA tienen responsabilidad compartida, es exactamente qué trabajos se hicieron desde María para fortalecer el sistema eléctrico ante el impacto de un huracán. La corporación pública es responsable de eso entre 2017 y 2020, y el consorcio privado lo es entre 2020 y 2022.

Pero ya en una orden emitida el viernes pasado por el NE, se anticipa que LUMA atacará la capacidad de generación de la AEE como la causante de cualquier apagón que surja ahora en las postrimerías del huracán. El documento dice que el jueves LUMA sometió al NE una carta argumentando que la generación no cumple con los estándares mínimos y que hay "riesgo significativo" de interrupciones de servicio por relevos de carga. El NE ordenó a LUMA a comparecer a una vista técnica para discutir esto el martes, 11 de octubre.

Entre distintas fuentes de fondos, el gobierno federal tiene asignados unos $13,000 millones para la reparación y modernización de la red pero el paso que lleva esa gestión hizo necesario que el presidente Biden anunciara el lunes que le pidió a la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, que liderara un esfuerzo "sobrecargado" (super-charged) del gobierno federal para acelerar ese proceso llamado Puerto Rico Grid Modernization Team.

Una semana después del anuncio, ni Casa Blanca ni el propio Departamento de Energía (DOE) han hecho expresiones oficiales para explicar exactamente qué significa ese esfuerzo "sobrecargado". El DOE solo dijo, a través de un portavoz que no puede ser nombrado, que el "rol consultativo" que habían tenido las agencias federales en el proceso ahora será una "colaboración más robusta", que conlleva "coordinar recursos y mejorar acceso a financiamiento federal de una manera expedita y estratégica" y también implica que Granholm consultará con Pierluisi Urrutia para "ayudar a identificar y sobrellevar impedimentos a un despliegue rápido de infraestructura" para que Puerto Rico cumpla su meta de 100% energía renovable para el 2050.

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Esto es distinto al esfuerzo PR 100, que era el que había salido de un memorando de entendimiento de febrero pasado y que solo significaba un análisis científico que haría recomendaciones sobre cómo alcanzar la meta de energía renovable. El esfuerzo de dos años sigue, pero esas recomendaciones no son vinculantes para ninguna autoridad gubernamental.

En la actividad de Biden en Ponce, la congresista puertorriqueña por Nueva York, Nydia Velázquez, dijo que había pedido a Casa Blanca que FEMA y Energía se involucraran más en el proceso de reconstrucción de la red. La congresista, quien es una crítica del desempeño de LUMA, dijo que tanto ella como el senador por Nueva York, Chuck Schumer, continuarían presionando a FEMA y Energía para "mayor fiscalización" de la reconstrucción de la red.

A la pregunta de NotiCel de si parte de la solución es tanto simplificar la burocracia federal como aumentar la capacidad del Gobierno de Puerto Rico para manejar los fondos, contestó que "puede ser una combinación de ambas".

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