PR está por debajo del promedio de EE UU en dosis administradas, aunque es un problema nacional admitido por las autoridades.

Puerto Rico está por debajo del promedio de los Estados Unidos en cantidad de dosis de vacunas COVID-19 que han sido administradas aunque, de todos los territorios, es el de mayor eficiencia en esa tarea, según datos del Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) actualizados hasta ayer, día en que juramentó al cargo el nuevo gobernador, Pedro Pierluisi.

La logística en la administración de la vacuna es, sin duda, el primer y más inmediato de ejecución y política pública que enfrenta el nuevo mandatario, ya que la vacunación es la base para la reanudación de funciones esenciales como el sistema de educación pública y la flexibilización mayor de la actividad económica. Es el énfasis también a nivel federal.

Además de un reto salubrista, es un reto de confianza ya que el Gobierno de Puerto Rico ha fallado, o se ha mostrado deficiente, en las demás ocasiones en las que se ha necesitado ejecución y logística eficiente a gran escala, incluyendo huracanes, terremotos, manejo de fondos de recuperación, distribución de ayudas económicas, realización de pruebas diagnósticas y rastreo de contactos. En su discurso inaugural de unos 22 minutos, Pierluisi colocó el coronavirus al tope de la lista de enemigos comunes que espera combatir con la ayuda de una legislatura de pluralismo partidista histórico, pero no mencionó elementos específicos de qué haría distinto para atacar a ese “enemigo”.

Según los datos del CDC, la Isla ha recibido 154,525 dosis de la vacuna (4,838 por cada 100,000 habitantes) y ha administrado 42,795, para 1,340 por cada 100,000 habitantes. Esa tasa por cada 100,000 nos coloca en el segundo nivel de mayor efectividad de acuerdo a ese renglón de efectividad. De otro lado, la relación entre cantidad de dosis distribuidas y cantidad de dosis administradas es de 27.7%, según un análisis de Bloomberg. Ese porciento está por debajo del promedio de 32.8% que hay en todo Estados Unidos, pero es un porciento mayor al de otros territorios y estados. Dakota del Sur tiene el promedio más alto entre dosis disponibles y administradas con 69.1%. A nivel global, Estados Unidos es el cuarto país de mayor porciento de vacunación en su población (1.3%), el primer ligar lo ocupa Israel al tope de la lista (10.5%).

A pesar de los problemas de comunicación y orden de turnos que han demostrado los primeros días de administración de vacunas al personal médico esencial, Pierluisi no emitió de inmediato ninguna directriz sobre la vacunación. En vez, su primera orden ejecutiva ayer fue para que el Departamento de Salud realice una “campaña masiva” no para vacunación sino para administrar pruebas diagnósticas de COVID-19, con énfasis en llegar a áreas “remotas o de difícil acceso” de la isla. Las otras cinco órdenes ejecutivas emitidas en su primer día no están relacionadas con el área de salud. El nuevo mandatario dijo que vislumbraba mantener en vigor, sin cambios, la orden ejecutiva de encierro por la pandemia hasta su expiración el 7 de enero y haría cualquier cambio en la orden siguiente.

El laberinto gubernamental en la Administración Pierluisi

Aparte de la emergencia salubrista, Pierluisi enfrenta un cuatrienio con relativamente pocas oportunidades para dejar una imprenta personal en su gestión.

En la estructura formal de gobierno, la 19na. Asamblea Legislativa que también juramentó ayer es la más pluralista de la historia, con seis delegaciones en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes. Además de que, por primera vez, las mujeres son mayoría en un cuerpo legislativo, el Senado en este caso.

El Partido Popular Democrático (PPD) tiene delegación con mayoría simple en la Cámara pero no en el Senado, aunque son la delegación más numérica. El Partido Nuevo Progresista (PNP), que Pierluisi preside, tiene como jefes de sus delegaciones a los mismos que fueron presidentes legislativos el cuatrienio pasado, el leal a Pierluisi, Carlos Méndez Núñez, en la Cámara y el leal solo a sí mismo, Thomas Rivera Schatz, en el Senado. Y aunque Pierluisi diseñe un plan para minimizar la necesidad de aprobación legislativa, en su primer semestre tiene la necesidad de obtener la aprobación de sus nombramientos en el Senado. Las nominaciones no tienen que incluir de inmediato la vacante en el Tribunal Supremo ni la Contraloría, ya que ambas instituciones están preparadas para seguir operando sin necesidad urgente de esas nominaciones.

Le toca a Pierluisi armonizar sus prioridades, y nombramientos, con las de la Asamblea Legislativa, en donde hay una rebelión contra el nuevo Código Electoral que la mayoría del PNP impuso el verano pasado y donde ya, como jefe de partido, tiene la asignación de llenar la vacante que deja el exrepresentante Néstor Alonso Vega, acusado por corrupción a nivel federal.

Hay poco espacio de gestión propia en el presupuesto ya que la autoridad final en el mismo es la Junta de Control Fiscal (JCF) y esa autoridad ha sido reiterada, y ampliada, por la jueza que preside el proceso de quiebras del gobierno, así como por tribunales revisores.

En la prestación de servicios ciudadanos junto a los alcaldes, Pierluisi tampoco tiene terreno naturalmente a su favor ya que el PPD tiene la mayoría de las alcaldías, 42 de las 78. De hecho, ayer mismo Luis Javier Hernández Ortiz, alcalde de Villalba, y presidente de la Asociación de Alcaldes, que agrupa a los ejecutivos municipales del PPD, solicitó al nuevo gobernador priorizar la vacunación y el rastreo de contactos de COVID-19, así como restablecer la normalidad en la educación pública, “especialmente en la zona sur de Puerto Rico que fueron abatidos por los terremotos y perdieron su estructuras escolares”.

El área que más oportunidad le presenta a Pierluisi es la gerencia de los aproximadamente $20,000 millones en fondos que la isla espera recibir finalmente para la reconstrucción tras los huracanes Irma y María en 2017. No hay total libertad, sin embargo, ya que una parte de esos fondos se recibe con proyectos asignados ya durante los pasados tres años. Sin embargo, similar a fondos recibidos para el manejo de la pandemia, sobre la Administración Pierluisi recae la responsabilidad de su manejo legal, eficaz y diestro.

“El destino me puso a mí aquí en medio de estos tiempos turbulentos e históricos, ante gran polarización y con altas expectativas”, dijo Pierluisi en lo que probablemente sea la línea más sobria y preclara de su discurso inaugural.

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