Contrario a la creencia popular, los programas federales de Asistencia Nutricional (PAN) y el Seguro Social Suplementario (SSI, por sus siglas en ingles) no disuade a los beneficiarios de trabajar. Sin embargo, las disparidades en Puerto Rico relacionadas a ambos programas son evidentes.

Así lo determinó el reciente estudio 'The impact of disparities in SNAP and SSI on Puerto Rico's poverty and economic growth', realizado por la empresa Econometrika Corp y el economista Jose Caraballo Cueto.

Según el estudio, la posibilidad de salir de la pobreza por medio de un trabajo fijo complementado con uno de esos programas federales, especialmente para aquellos que están en el umbral del nivel de pobreza, fortalece el compromiso de trabajo.

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'Además, este dinero no sólo favorece a los beneficiarios directamente, sino que tambien favorece a los bancos, comercios y la economía por medio de un efecto multiplicador indirecto', dice el estudio.

'Pero si los beneficios de ambos programas se concedieran a Puerto Rico en igualdad, ayudaría a sacar a gente de la pobreza, incrementará las ventas al detal y los depósitos bancarios, entre otras actividades económicas a medida que el dinero circula en la economía local', agrega.

Puerto Rico participó en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementario (SNAP) desde 1975 hasta 1982 cuando se sustituyó por el PAN. Nunca ha participado del SSI, pues le está prohibido a los territorios.

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El SSI es un programa federal que provee un beneficio de asistencia económica a personas de ingresos limitados y de pocos recursos. Pero es una ley y el Congreso tendría que enmendarla para hacerla extensiva a los territorios, como Puerto Rico.

Según la ley vigente, los beneficiarios de este programa deben ser mayores de 65 años de edad, estar total o parcialmente ciego, y tener un padecimiento medico que no le permita trabajar y se espera que le dure por lo menos un año o le cause la muerte.

El beneficio mensual que puede recibir una persona es un máximo de $750 o $1,125 para una pareja. 'Pero la ley dice que debe residir en alguno de los 50 estados o las Islas Marianas del Norte', dijo a NotiCel Víctor Rodríguez, portavoz del Seguro Social en Puerto Rico.

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El estudio resalta tambien las siguientes disparidades:

El beneficio promedio mensual es menor en Puerto Rico que en Estados Unidos. La elegibilidad es 157% mayor en los estados que en la Isla. En 48 estados, la elegibilidad de ingreso en SNAP es de $1,838 mensual para una familia de cuatro en 2011, en contraste con los $713 para Puerto Rico. Como resultado, muchos de los que están en el 63% debajo del nivel de pobreza hubiesen escapado de eso en la Isla si hubiesen podido complementar sus ingresos con el PAN.

Paridad en el PAN con respecto al SNAP hubiese representado $242.7 millones adicionales en el presupuesto del PAN en 2016.

El empleo en Puerto Rico no parece haber sido impactado por la llegada del PAN: el promedio de empleos en relación con la población es más alto despues de la llegada del PAN que antes.

La Oficina de Contabilidad General (GAO) estimó en 2011 que Puerto Rico hubiese recibido casi $1.8 billones si el programa SSI se hubiese extendido a la Isla. De acuerdo con datos recientes, si ese programa se hubiese extendido a Puerto Rico, se hubiese recibido tanto como $2.7 billones en 2016 lo que hubiera reducido la pobreza a 36.4% en 2016, menos que el 43.5% que se registró.

Si se hubiera recibido paridad en el PAN y en el SSI a la vez, la tasa de pobreza en Puerto Rico probablemente se hubiese reducido a 30% en 2016.

Fondos directamente relacionados con esos programas hubiesen representado $3.02 billones adicionales a la economía de Puerto Rico.

Bancos y cooperativas se beneficiarían con dicha paridad en terminos de nuevos depósitos. El total de depósitos directos en el sector financiero sería de aproximadamente $3,802.59 millones.

Puede ver el estudio aquí.