Sin poder cantar victoria, gobierno toma medidas ante repunte en contagios por covid-19
Vuelve la mascarilla a ser obligatoria y la vacuna también podría serlo
Desde hoy, regresa el uso obligatorio de la mascarilla para entrar a lugares cerrados, mientras el gobernador Pedro Pierluisi Urrutia pondera la vacunación obligatoria como medida para contener el repunte del covid-19.
Ayer, tres semanas después de eximir a las personas vacunadas del cubrebocas, el secretario de Salud, Carlos Mellado López, anunció el retorno de las mascarillas para todas las personas, independientemente de su estatus de vacunación, poco después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ajustó sus guías para volver a requerir el uso de las mascarillas entre las personas vacunas en un intento por romper la cadena de transmisión del virus.
La semana pasada la Coalición Científica, que asesora al Gobernador durante la pandemia, también recomendó restituir el uso de las mascarillas en escenarios cerrados donde se mezclaban personas vacunadas y no vacunadas.
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Ante el aumento sostenido de personas contagiadas del último mes, el grupo de científicos y investigadores propuso requerir evidencia de vacunación contra el novel coronavirus para acceder a lugares cerrados. Específicamente, recomendó el pinchazo para los empleados y las personas que visiten barras y restaurantes, los empleados públicos y del sector de la salud.
Previamente, Mellado López promulgó una orden administrativa que impone un mandato de vacunación para los estudiantes de 12 años en adelante que regresan a las aulas de las escuelas y universidades públicas y privadas en tres semanas. Las guías para la prevención del covid-19 en las escuelas también requieren el uso de las mascarillas. Las vacunas no están autorizadas para los menores de 12 años.
Hace un mes comenzaron a aumentar los contagios debido a la presencia de la variante delta. Esta mutación del virus -con una mayor capacidad de propagación- constituye la variante dominante en el País y de transmite de forma comunitaria. La estadísticas que recopila el Departamento de Salud revelan que la mayoría de los contagios se concentra entre personas de 20 a 29 años, el grupo poblacional que tiene uno de los índices menores de vacunación. Pese a que las tres vacunas disponibles en la Isla -Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson- ofrecen protección contra el virus, el proceso de inoculación perdió impulso en las pasadas semanas.
“Se cae de la mata que estos contagios son causados principalmente por personas que rehúsan vacunarse. Es importante que se protejan, es importante que se vacuna. Yo puedo entender que el que tiene una condición médica particular o tiene una convicción religiosa particular no lo haga, pero eso son excepciones”, apuntó Pierluisi Urrutia tras participar en la conmemoración del natalicio de José Celso Barbosa.
“La inmensa mayoría de las hospitalizaciones y fallecimientos son precisamente de personas que no están vacunadas. Cuando una persona vacunada se contagia los síntomas son menores a menos que no tenga unas condiciones preexistentes que causen que su vida pueda estar en peligro y hasta fallecer”, agregó.
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En su informe de recomendaciones, la Coalición Científica consignó que más del 90% de las muertes reportadas desde que se comenzó a vacunar la población el 15 de diciembre pasado se han reportado entre personas no vacunadas. También estimó que de continuar el ritmo de crecimiento de los contagios, la Isla podría exceder los 1,500 casos diarios para el comienzo de clases en agosto, “lo cual sería un nuevo récord para Puerto Rico”.
Hasta el momento el 57% de la población está vacunada. De continuar el bajo nivel de vacunación, la meta del 70% y la codiciada inmunidad colectiva se alcanzarían a finales de octubre, según cálculos de la Coalición Científica. Pierluisi Urrutia había anticipado que la inmunidad comunitaria se lograría a finales del verano.
Ante este escenario, han comenzado a surgir diversas voces reclamando que se adopte una política de vacunación mandataria o que se impongan mayores restricciones a las personas no vacunadas en la Isla, como ha ocurrido en Nueva York y California, que exigieron la vacunación a los empleados municipales.
La resistencia a vacunarse no es exclusiva de Puerto Rico. En Francia, el presidente Emmanuel Macron adoptó una política pública que exige que los empleados del sector de la salud se vacunen. De incumplir, no podrán trabajar y dejarán de recibir su salario. Actualmente es requisito tener el pasaporte sanitario o la evidencia de vacunación para acceder a todo evento, que reúna a más de 50 personas. Desde el 1 de agosto, se exigirá la evidencia de vacunación para entrar a los centros comerciales, bares, cafés y restaurantes, así como a las residencias de ancianos, clínicas y hospitales. Ese pasaporte también será requerido para subirse a los trenes, guaguas y aviones.
El anuncio provocó una estampida de citas. Menos de 48 horas después del anuncio de Macron, 2.2 millones de franceses ya habían procurado una cita para inocularse. El gobierno alemán también pondera medidas restrictivas para las personas no vacunados debido al incremento en contagios.
“El pueblo que no se desenfoque. Yo voy a estar tomando en consideración posibles medidas adicionales, pero eso no conlleva otra vez la imposición de un toque de queda o nada por el estilo pero sí voy a buscar la forma y manera de propiciar que todos se vacunen salvo los que tengan una justificación razonable”, apuntó Pierluisi Urrutia.
“No es necesario un proyecto de ley. Estamos todavía en un estado de emergencia que está debidamente declarada así que por vía de una orden ejecutiva se puede establecer cualquier otro requerimiento. Como dije, todo está bajo evaluación. Cuando yo tome alguna decisión, es por el bien del pueblo”, agregó.
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El Gobernador, sin embargo, no indicó cuándo divulgará esa nueva política pública de vacunación.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden reconoció que evalúa requerir que todos los empleados federales se vacunen ante el incremento en casos de la variante delta, que mantiene al mundo en vilo.