Familia, en 10 años, ha atendido 20 entregas voluntarias de menores para adopción
La entrega voluntaria es un acto en el que la madre y padre biológicos acuerdan renunciar a la patria potestad y transferir la custodia de un infante, de hasta tres años, para ser adoptado.
En una década, los profesionales de trabajo social del Departamento de la Familia han atendido cerca de 20 entregas voluntarias o acuerdos de adopción en Puerto Rico.
La información se dio a conocer durante un conversatorio en el que profesionales del trabajo social, personal de la agencia, legisladores y especialistas discutieron los mitos relacionados a la entrega voluntaria, una de las alternativas de adopción que existen en la isla.
La secretaria de Familia, Carmen Ana González Magaz, indicó que la actividad fue como preparación, en noviembre, del Mes de la Adopción.
“Como parte de los esfuerzos para la creación de nuevas familias, acercamos este tema, que es una alternativa real y que algunos desconocen, y lo dialogamos con los profesionales de distintas agencias y entidades insertadas en el proceso. En el Departamento de la Familia continuamos impulsando, mediante la adopción, las nuevas oportunidades para nuestros menores. Estas iniciativas son desarrolladas por los profesionales de trabajo social y lo hacen con amor, compromiso y proveyéndole los servicios y herramientas a las madres y padres involucrados”, explicó secretaria de la agencia.
La entrega voluntaria es un acto en el que la madre y padres biológicos acuerdan renunciar a la patria potestad y transferir la custodia de un menor, de hasta tres años, para ser adoptado.
La alternativa se realiza mediante un acuerdo con el Departamento de la Familia o agencia de adopción, según establece la Ley 61 de 2018 (“Ley de Adopción de Puerto Rico”).
Además, por más de una década, la legislatura ha presentado proyectos que incluyen esta opción, lo que ha permitido cerca de 20 entregas voluntarias o acuerdos de adopción durante ese periodo.
Según datos la Administración de Familias y Niños (ADFAN), adscrita al Departamento de la Familia, el último caso bajo esta modalidad se realizó en 2021.
Con relación a esto, la administradora de ADFAN, Glenda Gerena Ríos, destacó la trascendencia de esta opción para las familias: “Este es un tema que no se discute abiertamente en Puerto Rico por distintas situaciones culturales y sociales. Es importante destacar que, contrario a lo que culturalmente se pueda pensar, la entrega voluntaria es el acto de amor más grande que una madre o padres biológicos pueden hacer, independientemente de las circunstancias que los obliguen a tomar esa decisión. Este acto significa darle a ese menor una oportunidad de crecer en una familia que pueda proveerle el amor, la seguridad y bienestar que necesita para su desarrollo”, sostuvo.
Opinó que “es un acto desprendido, que no es punitivo y en el que no se señala o juzga a la persona. En Familia trabajamos en ambas direcciones, protegemos al menor y apoyamos a la madre o padres en su decisión. Tenemos un personal especializado y capacitado para discernir y atender estos casos con sensibilidad”.