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Instan a que no se normalicen métodos disciplinarios y se evite el maltrato infantil

Colegio de Profesionales del Trabajo Social hace un llamado en el marco del “Mes de la Prevención del Maltrato hacia la Niñez y Juventud”.
De acuerdo con el Perfil de Maltrato de Menores – Informe Interactivo 2018-2022 del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, más de 5 mil menores son maltratados anualmente en Puerto Rico.
Foto: CyberNews

SAN JUAN – La presidenta del Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico (CPTSPR), Krystal Pérez Martínez, hizo un llamado que no se normalicen métodos disciplinarios que todavía se utilizan con la población de niños, niñas y jóvenes y a visibilizar el maltrato infantil como problema social en el país, lo cual ha sido un problema de décadas.

La exhortación se dio en el marco del mes de abril, “Mes de la Prevención del Maltrato hacia la Niñez y Juventud”.

“Hacemos un llamado de visibilizar este problema social presente por décadas y a instruirnos sobre las dinámicas de poder que inciden en las distintas modalidades del maltrato. Se debe tener en cuenta que para la disminución de esta grave situación se necesitan enfoques y medidas estructurales que configuren la manera que observamos y ejercemos la crianza, la enseñanza y el crecimiento de niñez y juventud”, indicó Pérez Martínez.

Como ejemplo de métodos disciplinarios normalizados, mencionó los casos donde todavía se usa agresiones físicas y verbalizaciones degradantes como método para disciplinar.

“Estos métodos disciplinarios se dan bajo la justificación de que preparará a la niñez a enfrentar interacciones sociales difíciles en su adultez o como una solución de alivio para los cuidadores que intentan cambiar alguna conducta, cuando eso no es la realidad. Le estamos haciendo daño a esos niños y niñas, desarrollando personas que pueden luego presentar dificultades en el área social, emocional, mental, académica y laboral, entre otras”, subrayó.

Múltiples investigaciones del trabajo social, la psicología y la psiquiatría lo han corroborado.

“Por lo tanto, es imprescindible la responsabilidad que tienen las agencias, tanto públicas como privadas, en educar a nuestros distintos profesionales que proveen servicios a familias (cuidadores, niños, niñas, jóvenes, parejas, mujeres embarazadas, etc.) sobre las dinámicas de violencia intrafamiliar y no continuar perpetuando las nociones falsas que hemos creado sobre el maltrato”.

De acuerdo con el Perfil de Maltrato de Menores – Informe Interactivo 2018-2022 del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, más de 5 mil menores son maltratados anualmente en Puerto Rico. Se estima que la tasa de maltrato es de 10 menores por cada 1,000 menores de 18 años en Puerto Rico.

En dicho informe se estableció que, “los tres tipos de maltrato más predominantes son negligencia (32.5%), negligencia emocional (32.3%) y negligencia educativa (14.8%). En términos generales, tanto los niños como las niñas son maltratados en igual proporciones, aunque en cuanto al abuso sexual, las niñas son abusadas en mayor proporción (masculino, 18.4% y femenino, 81.6%). En cuanto a la relación del o la menor con los perpetradores, en la mayor parte de los casos la madre o el padre biológico son quienes cometen el maltrato”.

La gran cantidad de casos de maltrato infantil en Puerto Rico representa un reto enorme para el sistema y para los trabajadores sociales que no dan abasto y que carecen de los recursos necesarios de apoyo para el manejo de estas situaciones.

“Se conoce y se ha establecido que la agencia que se encarga para asumir estos casos es el Departamento de la Familia (DF). Una agencia que ha demostrado no tener los recursos suficientes para los profesionales a quienes se les asigna estos casos”, agregó Pérez Martínez. Para enero de este año todavía se registra una cifra de menor de la requerida de trabajadores sociales laborando en el DF para la atención de miles de casos. Estos carecen de recursos como transporte, turnos dilatados o alargados, sin protección o medidas de seguridad para moverse a lugares que se han destacado por su peligrosidad. “Sus condiciones laborales no les permiten abordar con la atención que se amerita a todos estos casos”, precisó Pérez Martínez.