En una esquina de la calle San Sebastián se posó la tan aclamada estatua viviente del Viejo San Juan, Johan Figueroa. Aunque la costumbre es verlo camuflajeado entre las estatuas de la Plaza de Armas, en estas Fiestas de la Calle San Sebastián el municipio acorraló la fuente con vallas impidiendole el espacio al artista.

'Se supone que cuando se acaben las Fiestas de la Calle abran la fuente. Yo trate de negociarlo para que pudiera estar en la plaza para la SanSe pero no se pudo. Lleve hasta documentación de años anteriores donde yo sí había podido usar la fuente en la SanSe…Yo quería sacarle partido a mi arte durante las Fiestas de la Calle para que la gente se confundiera y preguntase cuál estatua es de verdad y cuáles no', dijo Johan a NotiCel.

Frente a todos los que lo miraban, admiraban y aplaudían, Johan confesó su desilusión de no poder estar en la Plaza de Armas y recalcó la importancia de que el municipio viera el arte y la música como un incentivo turístico para la zona.

'Imaginen todo un muelle de estatuas vivientes en el Paseo la Princesa. Imaginen cada calle con un músico o un malabarista. Que agradable sería para el visitante caminar las calles del Viejo San Juan para consumir la experiencia de ver un artista callejero. Es inconcebible que yo como artista despues de tantos años tenga que pelear para ganar un espacio en la plaza que vengo ocupando por más de 9 años', aseguró el artista durante un breve discurso que ofreció en la calle San Sebastián.

Johan solo lleva un mes en Puerto Rico tras su dramática partida al estado de Nueva York luego de ser arrestado el pasado año durante una demostración artística que realizó en la Plaza de Armas. La ola de frío que arropó los Estados Unidos fue la razón de su regreso a la Isla. Mientras tanto, permanecerá en la calle San Sebastián durante las fiestas aunque 'he pensado mil veces brincar la fuente, pero quiero evitarme un arresto'. Una vez culminen las fiestas, Johan regresará a la Plaza de Armas hasta el mes de mayo donde partirá nuevamente a Nueva York.

'Si me hubieran cedido la fuente quizás la gente iba a estar en la Plaza de Armas para estar relax y escapar del ruido. Si vas ahora a la Plaza de Armas puedes ver que está rodeada por verjas. No puedes disfrutar del espacio abierto de la ciudad. Con mi contribución la gente puede aprovechar este tipo de evento para sentarse a contemplar una fuente. Yo entiendo que quieren evitar un problema, accidente o demanda, pero uno no puede pensar que toda la gente que viene, viene a beber. Si alguien se cae dentro de la fuente es por su propio riesgo. No podemos estar poniendo vallas en donde quiera', concluyó el artista y teatrero.

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