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Estados Unidos

La campaña demócrata matiza a Walz y niega querer un cambio del sistema electoral

El aspirante demócrata a vicepresidente dijo el martes durante un evento de recaudación de fondos en California que el sistema del Colegio Electoral debe terminar.
Imagen de archivo del gobernador de Minnesota y candidato demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos.
Foto: EFE

WASHINGTON. - La campaña de la candidata demócrata a la Casa Blanca, la vicepresidenta Kamala Harris, matizó este miércoles unos comentarios de su 'número dos', Tim Walz, y aclaró que no está dentro de sus planes eliminar el actual sistema electoral para las presidenciales, conocido como Colegio Electoral.

Bajo el sistema vigente, el presidente electo no es necesariamente el que mayor número de votos gana a nivel nacional, sino el que consigue hacerse con al menos 270 delegados de los diferentes estados.

"Creo que todos sabemos que el Colegio Electoral tiene que desaparecer. Necesitamos que se aplique el voto popular a nivel nacional, pero ese no es el mundo en el que estamos ahora", dijo en la residencia privada del gobernador californiano, el demócrata Gavin Newsom, en Sacramento.

Teddy Tschann, un portavoz de la campaña de Harris, aclaró este miércoles que Walz "cree que cada voto importa en el Colegio Electoral" y subrayó que "es un honor para él viajar por los estados en disputa en todo el país para ganar apoyos".

Mediante el Colegio Electoral, el ganador en cada estado se lleva todos los delegados en juego y eso obliga a los candidatos presidenciales a centrar su campaña en aquellos donde los comicios están más ajustados, conocidos como estados bisagra.

Según los sondeos, las elecciones del 5 de noviembre entre Harris y su rival republicano, el expresidente Donald Trump, se decidirán en siete estados: Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.

Con ese sistema, el candidato con más votos a nivel nacional no necesariamente se convierte en presidente. Los demócratas Al Gore y Hillary Clinton ganaron más votos que sus rivales republicanos en las elecciones del 2000 y 2016, pero no lograron llegar a la Casa Blanca.