Exagente del FBI confirma que supremacistas blancos se infiltran en la policía de EE.UU
Publicó un informe en el que documentó la actividad en al menos 12 estados.
El informe de un exagente del Negociado Especial de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) asegura que hay grupos de supremacistas blancos que se han infiltrado entre las autoridades policíacas alrededor de todo el país durante los pasados 20 años.
Según el exagente del FBI, Michael German, esto incluye conocimientos del propio FBI y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), quienes ya hasta han identificado directamente a los supremacistas blancos como la amenaza terrorista doméstica más letal del país, pero no cuentan con una estrategia nacional para hacer frente a esto.
German, según publicara el medio británico The Guardian, incluye en su texto varios análisis sobre los cuerpos del orden, actividades de cientos de agentes, como publicaciones en sus redes sociales, y cómo han fallado en responder a las amenazas de terrorismo que corresponden a la extrema derecha, estimando que sus vínculos han estado vigentes durante actividades abiertamente racistas en al menos 12 estados desde el año 2000.
Entre los estados con grupos de supremacía blanca aparecen Alabama, California, Connecticut, Florida, Illinois, Louisiana, Michigan, Nebraska, Oklahoma, Oregón, Texas, Virginia, Washington y Virginia Occidental.
Solo por mencionar algunos eventos recientes, según explicado en el diario, en California, se supo que, tan reciente como en 2018, la policía de Sacramento, trabajó con neonazis para presentar cargos contra varios activistas antirracistas. En Chicago se dio una situación similar, cuando agentes policíacos fueron descubiertos llevando logos supremacistas.
Asimismo, German indicó que es difícil estimar con exactitud hasta dónde se extienden estos lazos porque "nadie está buscando estos datos".
Aseguró también que estas actividades, aunque pueden ser técnicamente ilegales, a menudo son conocidas dentro de los departamentos policiales, pero que solo tienen consecuencias cuando se convierten en escándalos públicos. Otras razones que mencionó para que las autoridades no tomaran acción tras conocer estas actividades es que los litigios en tribunales toman demasiado tiempo, y también porque hay reglamentos que no son lo suficientemente explícitos para procesarlos por su rol en complicidad con la extrema derecha.
Los más recientes eventos de violencia racial, particularmente el asesinato de George Floyd a manos de un policía, y los reclamos de movimientos como Black Lives Matter, han incrementado el interés y la preocupación por las relaciones entre las agencias de ley y orden y los grupos supremacistas de Estados Unidos.
El hecho más reciente se remonta a esta semana, cuando grupos policíacos de la ciudad de Kenosha, en Washington, fueron cuestionados por su respuesta a las manifestaciones de activistas antioviolencia racial luego del incidente contra Jacob Blake, un hombre negro tiroteado por la espalda en 7 ocasiones, y delante de sus hijos. Blake milagrosamente sobrevivió el ataque, pero se ha reportado que podría quedar inmovilizado como producto de los impactos de bala.
En las protestas tras la agresión contra Blake, un joven de 17 años, Kyle Rittenhouse, y quien parecía identificarse como simpatizante de "Blue Lives Matter", protagonizó un tiroteo mortal que acabó con la vida de dos manifestantes.
No obstante, varios medios lograron capturar momentos en que la policía dejó transitar libremente a Rittenhouse, aún cuando estaba armado y varios manifestantes clamaban por su arresto.
Mientras tanto, continúa creciendo el llamado a quitarle fondos a la policía, lo que, según German, solo "añade más combustible" al movimiento supremacista.
Mire el reportaje original aquí, y también el informe de la autoría de German.