Un día familiar de un centenar de simpatizantes del partido Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR) cerró la campaña de su candidato a la gobernación Rogelio Figueroa.

El baile, la música y el discurso sencillo y directo sobre la igualdad entre los puertorriqueños protagonizó la actividad celebrada en el Pabellón de la Paz del Parque Luis Muñoz Rivera.

En contraste con los fanáticos enloquecidos de los otros cierres, en el Muños Rivera lo que se veían eran muchos niños jugueteando con camisas anaranjadas.

‘Esta es la culminación de un proceso de vida en el que he oportunidad de compartir con mucha gente que ha dejado atrás el racismo, el clasismo, el sexismo y han decido formar parte de una nueva fuerza electoral’, abrió Rogelio.

El candidato por el PPR urgió a sus seguidores a darle la lección llamada ‘coquitazo’ a los partidos tradicionales.’El primer coquitazo lo dio mi mamá hace 20 años’ contó el líder del Coquí, aunque primero le dijera ‘ay Rogelio, te quiero mucho pero yo soy popular’.

Las palabra de los miembros de su plantilla de gobierno fueron breves, pero sus candidaturas ejemplificaban las posturas inclusivas del PPR con representaciones de diversas razas y preferencias sexuales.

Como vivo ejemplo de la igualdad que se promueve en el partido, Edwin Meléndez, candidato representante por acumulación, agradeció el respaldo de los presentes más allá de que fuera sordo, homosexual y HIV positivo.

Rogelio combatió la exhortación de lo líderes del Partido Popular Democrático de votar por ellos para derrotar al actual gobierno al asegurar que ‘no vale la pena seguir votando para derrotar a otros, ni estamos hablando se que unos pierdan para que otros ganen, estamos hablando de que aquí ganemos todos’.

Asimismo Rogelio desmintió que votar por el Coquí sea un voto perdido pues ‘cada voto es un triunfo para el partido y para el camino hacia un nuevo Puerto Rico’.

La actividad culminó con las palabras de la madre del candidato, Doña Juanita García, quien exclamó ‘de qué nos vale la lucha si no salimos a votar’.