Mientras muchedumbres a traves de todo Puerto Rico, y del exterior, ansían allegarse a las tradicionales Fiestas de la Calle San Sebastián, por otro lado hay cantidad de residentes del Casco Antiguo que desean escapar del frenesí que cada año se apodera de la ciudad amurallada.

Según informes periodísticos, este año la Autoridad de Puertos informó que durante este fin de semana recibirán 27,850 visitantes de cruceros procedentes de 10 barcos. A esto se suman las 800,000 asistentes que se esperan durante el jolgorio.

Una de las residentes que procura fugarse durante los días de Fiestas es la norteamericana Steff Schiel, que a pesar de llevar 7 años residiendo en el Casco Antiguo, y quien con su español fluido pertenece a la creciente comunidad angloparlante, espera poder salir hacia ‘lejos’ lo más pronto posible. Y esa lejanía la dice con énfasis pues, de oficio, es azafata.

Buena parte de los residentes que huyen de las Fiestas lo hacen para evitar las multitudes que se congregan en casi todas partes, desde la farmacia hasta el supermercado, que hasta regula el acceso al establecimiento debido a la gran cantidad de personas que acuden no en búsqueda de comida, sino mayormente por las bebidas embriagantes a precios mucho más bajos que en la calle.

Solo hay que darse una vuelta por los principales establecimientos de la Plaza de Armas para notar que la promoción principal durante estos días no es el codiciado souvenirturístico sino los envases de bebidas alcohólicas que provienen mayormente del patio, unos en forma de cajitas y otros en forma de ‘pouches’.

Por otro lado, si bien el bullicio parece traer la esperada bonanza a los comerciantes, hay varios que incluso tienen pérdidas durante estos días. Por ejemplo, el Café Poético, ubicado en la Plaza de Armas. Durante los últimos años ha permanecido cerrado durante las Fiestas. Algunos dependientes consultados indican que no vale la pena el desorden que se genera ya que hay mucha ‘bebelata’, mientras que el estado frágil y antiguo de los servicios sanitarios viejosanjuaneros, les ocasiona problemas a los negocios que se ven inundados de gente en búsqueda de un alivio corporal.

De otra parte, un residente y comerciante que solicitó no ser identificado, indicó que mientras el año pasado las Fiestas le representaron una bonanza en su negocio relacionado a las hospederías, este año con los horarios restringidos únicamente hasta las 12am, conllevó que quizás alguna gente decidiera no pernoctar en el Viejo San Juan, implicando que al momento incluso le quedaban habitaciones sin alquilar.

No hay duda que las Fiestas de la Calle San Sebastián se han convertido desde hace tiempo en nuestro esperado, y hasta necesario, carnaval de fin navideño y de principios de año. Si bien el Municipio de San Juan se ha enfrentado con valentía a un reducido grupo constituido durante muchos años como el tal ‘Comité Organizador’, que estaba compuesto por pocos residentes y varios no-residentes, y que en los últimos años particularmente desoyeron los reclamos vecinales, es importante que residentes y comerciantes bona-fide del Casco se reconstituyan en una base sólida organizativa. De esta manera, en lugar de tener dos bien merecidos homenajes a figuras nacionales, que este año recayeron en Luisito Vigoreaux y la teatrera Maritza Pérez Otero, rendiríamos una sola dedicatoria, al unísono.