Jueves 21 de noviembre de 2011 – Unión familiar previo a Acción de Gracias: Medidas extremas trascienden restricciones extremas

‘Sólo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas.’ -Hodding Carter

Un día como hoy, hace 43 años, los ciento tres pasajeros del Vuelo Pan American 281 abordaron su avión que los llevaría desde el Aéropuerto JFK de Nueva York rumbo a San Juan de Puerto Rico, un domingo previo al Día de Acción de Gracias de 1968.

Lo que se anticipaba sería un vuelo normal y corriente se convirtió en uno muy distinto cuando sobrevolando Las Bahamas, tres pasajeros puertorriqueños, entre éstos, Luis Armando Peña Soltren (de padre cubano y madre puertorriqueña), forzaron su entrada a la cabina de mando e iniciaron un secuestro aéreo que condujo el avión hacia La Habana, Cuba.

Luis Armando afirmó que participó en el secuestro aéreo para poder ingresar a Cuba con el propósito de poder ver a su padre. En aquel entonces, Estados Unidos mantenía una prohibición prácticamente absoluta a los viajes a Cuba. La misma resultaba ser aun más severa que la restrictiva política que persiste hasta nuestros días.

Por más escepticismo que sus alegados motivos pudieran haber generado, lo cierto es que más de cuarenta años después, Luis Armando mostró las medidas extremas a las cuales estaba dispuesto a llegar por reunificarse con su familia. A pocas semanas del Día de Acción de Gracias de 2009, el deseo de Luis Armando por ver a la esposa e hija que había dejado atrás en la comunidad latinoamericana en Estados Unidos, lo condujeron a negociar con el Departamento de Estado y con el Departamento de Justicia de EE.UU. y entregarse para enfrentar la sentencia que inevitablemente recibiría luego de haber vivido en Cuba durante los pasados 41 años.

Efectivamente, un 11 de octubre de 2009, Peña Soltren se entregó al salir del vuelo que lo trajo de regreso desde Cuba. El Sistema Judicial de EE.UU. lo mantuvo sumariado sin posibilidad de prestar fianza y luego de que Luis Armando formalizó su alegación de culpabilidad en el 2010, el Juez federal Alvin Hellerstein lo sentenció a cumplir un término de 15 años de prisión. Interesantemente, el Juez Hellerstein le preguntó a Luis Armando, ‘Por qué no viajaste a Cuba a través de Canadá u otro país?’ a pesar de que eso también hubiera constituido una violación de ley federal.

A diferencia de Peña Soltren, sus otros dos compañeros fueron detenidos en 1970 sin que mediara una entrega negociada. Ambos, al igual que Luis Armando Peña Soltren, pertenecían a una organización del movimiento de liberación nacional de Puerto Rico constituida desde la Diáspora boricua en Estados Unidos.

El Juez Hellerstein estaba consciente de que Peña Soltren no fue el líder ni la persona que planificó el secuestro del vuelo Pan American 281. Además, dicho juez reconoció que el motivo principal de Luis Armando era reunirse con su padre al borde de la muerte, según la información que Peña Soltren había recibido. No obstante, resulta interesante que a pesar de que los dos compañeros de Luis Armando no se entregaron voluntariamente y, por tanto, solo se declararon culpables luego de ser capturados, éstos extinguieron términos de reclusión cuya duración resultó ser menos de la mitad que la sentencia de 15 años que recibió Luis Armando Peña Soltren. El contraste resulta dramático puesto que uno de éstos extinguió una sentencia de siete años y otro una sentencia mucho menor de cuatro años de prisión. Sus sentencias iniciales fueron de 15 y 12 años, respectivamente, pero éstos fueron elegibles para libertad bajo palabra (‘parole’), opción que fue excluida de la sentencia que recibió Luis Armando, según reportó la BBC de Londres a principio de este año.

Mientras lo conducían encadenado hacia el presidio, previo a un emotivo intercambio de ajoradas expresiones de amor y apoyo con su esposa e hija, la familia por la cual Luis Armando decidió enfrentar las acusasiones que tenía pendiente, el Juez Hallerstein dijo escuetamente:

‘A pesar de que usted (Luis Armando Peña Soltren) ha expresado su arrepentimiento, aun en los momentos privados que tiene con Dios, me pregunto si puede haber suficiente arrepentimiento de su parte. … El perdón es un tema que le corresponde a Dios.’

No debemos olvidar que para aquel entonces, el secuestro de pasajeros en aviones comerciales se había convertido en una práctica frecuente. A manera de ejemplo, el mismo día de los sucesos que protagonizó Peña Soltren, precisamente un 24 de noviembre de 1968, se llevó a cabo un intento infructuoso de secuestro aéreo. En enero de 1969, se efectuaron 48 secuestros aéreos, promediando 12 cada semana. En fin, entre 1968 y 1977, se reportó un promedio de un secuestro aéreo cada 9 días. No obstante lo anterior, la abrumadora mayoría de los participantes en este tipo de acción no se entregaron voluntariamente y, los que sí negociaron su entrega e hicieron alegación de culpabilidad, no recibieron sentencias de 15 años en prisión a los 67 años de edad, como fue el caso de Luis Armando, quien saldría de prisión a los 82 años si permaneciera vivo para extinguir la totalidad de su sentencia.z

Hoy, en el día de Acción de Gracias, tomamos esta oportunidad para exprsarles a todas y a todos nuestros lectores un muy feliz Día de Acción de Gracias y nuestro deseo que lo pasen junto a sus seres queridos. Además, para aquéllas y aquéllos que por cualquier razón no puedan celebrarlo junto a las personas que más quieren, deseamos que pronto puedan unirse en comunión familiar.

Feliz Día de Acción de Gracias 2011!

‘Cómo hacen y guardan los cemíes de madera o de piedra (los taínos)’

‘En las raíces de los ajes se venera… es decir, la clase de alimento de que antes hablamos (yuca). Dicen que estos zemes (Divinidad) se ocupan de que se forme aquel pan…

Y el señor de ellos ese el primero que comienza a hacer la cahoba y toca un instrumento; y mientras hace la cahoba, ninguno de los que están en su compañía habla hasta que el señor ha concluido. Después que ha terminado su oración, está un rato con la cabeza baja y los brazos sobre las rodillas; luego alza la cabeza, mirando al cielo, y habla. Entonces todos le responden a un (mismo) tiempo en alta voz; y habiendo hablado todos, dan gracias, y él narra la visión que ha tenido…’

-Fray Ramón Pané, cronista que acompañó a Cristóbal Colón hasta Boriquén, durante su Segunda Viaje de Expedición a América

–Para más información histórica, sigue a Hans Perl Matanzo y a Ana Gabriela González Oliva en Rico Puerto Rico.