Aunque muchos aseguran que están listos para el paso de la tormenta Irene por la Isla, el movimiento que hubo desde tempranas horas de la tarde en las gasolineras, farmacias, supermercados y ferreterías pareció indicar lo contrario.

En un recorrido que hiciera NotiCel por el área metropolitana tras el aviso de huracán del Servicio Nacional de Metereología se apreciaron largas filas y muchos consumidores en los diferentes establecimientos en horas de la tarde. Después, las carreteras comenzaron a quedar casi desiertas aunque aún había comercios abiertos en la noche.

Así lucía Piñones a las 6:30 p.m.

‘Estuvo bastante fuertecito desde que abrimos hasta las cuatro’, aseguró el gerente de la ferretería National en Río Piedras Juan Carlos Ramírez sobre la clientela.

Según detalló Ramírez hubo un flujo mucho mayor al de cualquier domingo para comprar artículos como: estufas pequeñas, sogas, gas propano, baterías y materiales para tormenteras.

‘A esta hora usualmente han venido entre 75 y 100 personas. Hoy han venido más de 200 personas. Contrario a otras ocasiones, la gente esté relax y muy pocos han entrado en caos’, dijo.

Así mismo ocurrió en la farmacia Walgreens, según confirmó el asistente de gerente de la farmacia Walgreens en la PR-177, Wagner Ayala.

‘Los domingos suelen ser moviditos pero hoy ha sido más complicado. A esta hora usualmente han venido unos 300 clientes, hoy han venido ya más de mil’, sostuvo.

Ayala explicó que los artículos que han ido a buscar los consumidores son los de primera necesidad como: agua, baterías, alimentos enlatados, fósforos y velas.

Sin embargo, los encuestados aseguraron a NotiCel que visitaron los múltiples establecimientos como cualquier otro domingo porque ya estaban preparados para una tormenta.

‘Yo siempre estoy preparada y voy sustituyendo las cosas según voy úsandolas. Hoy fui a comprar a agua y ya no había donde fui’, indicó la sicóloga Alicia Rodríguez mientras llenaba el tanque de su auto en puesto de gasolina en Cupey.

Por otra parte, Domingo Campos detalló que durante la tarde solo fue a echar gasolina porque su auto no tenía nada pero que desde el aviso de la pasada tormenta Emily había dejado todo listo.

Mientras que Carmen Ramos indicó que solo acudió a la ferretería aprovechando su único día libre para hacer mejoras al hogar.

Por otra parte, contrario al continuo movimiento que acostumbra verse los domingos en el Viejo San Juan, la ciudad amurallada estaba bastante vacía. Excepto por los turistas que aparentemente se bajaron de dos cruceros que se ubicaban en los muelles.

Entrada la tarde, el flujo en las carreteras y los comercios era mucho menor y los cruceros abandonaban el puerto de San Juan.