José ‘Piculín’ Ortiz regresó, de forma parcial, a su trabajo como instructor en la academia de baloncesto que pilotea en Cayey, como parte de las concesiones que existen dentro de la libertad bajo palabra que recibió hace unos días.

Ortiz, acusado de poseer varias matas de marihuana en una residencia registrada a su nombre en Cayey, dijo a la prensa nacional en la tarde del jueves que ya tocó fondo en su vida y que se siente positivo ante lo que el futuro pueda depararle.

‘Me siento muy bien. Reivindicado en muchas de las cosas que quiero hacer y bien optimista en la parte del momento, con mucha fe’, dijo Ortiz a El Nuevo Día.

Según indicó el ex pívot de la selección nacional, recibió autorización por parte de las autoridades para continuar con su trabajo en el Instituto de Baloncesto ‘Piculín’ Ortiz que estableciera un año antes de ser arrestado. Además, dijo, debe reportarse continuamente también al Hogar Santísima Trinidad de toa Alta, donde estuvo dos meses en un programa de rehabilitación.

Esta situación, indicó, fue ‘un tropiezo, un resbalón en mi vida’. Ortiz apuesta ahora a su completa recuperación y ha dejado en las manos de los tribunales federales su destino.

Según reportes del diario Primera Hora, alrededor de 80 niños se nutrieron hoy del conocimiento deportivo del astro nacional, quien durante dos décadas sudó la monoestrellada en su uniforme.

‘Toqué fondo’, dijo Ortiz al medio. ‘Ahora estamos en otro tipo de mentalidad’.