Parece que en el estado de Florida la caridad es un crimen, tomando en cuenta lo que le sucedió a una pareja de retirados que se dedica a repartir alimentos entre indigentes en la isla Manatí del condado de Daytona.

Los Jiménez, junto a otros cuatro voluntarios, fueron multados con $700 entre todos, e indicados de pagar las multas en 10 días, o de lo contrario, comparecer a la corte luego de ser intervenidos por la Policía cuando se aprestaban a repartir comida.

La pareja comenzó esta iniciativa hace un año bajo el lema de 'Repartiendo la palabra sin decir una palabra' ('spreading the word without saying a word'), según reseñara el diario