En el extremo sur de la península del Sinaí en Egipto hace más de una decada se construyó un cine al aire libre en medio del desierto, sin embargo, ninguna película ha sido jamás proyectada en el mismo.

Según reseñara la publicación argentina Página 12, a este cine se llega por una sola carretera, la calle Dusti, y cuenta con 150 asientos maltratados por el tiempo, un pie de pantalla roto y un generador en ruinas.

Recientemente, el fotógrafo estonio Kaupo Kikkas descubrió la oculta maravilla, la retrató, y pasó la buena nueva sobre su historia.

Según Kikkas, un millonario francés cuya identidad no ha sido precisada decidió invertir en el cine, pero al parecer no averiguó de antemano que las autoridades locales prohiben ir al desierto a menos de no sea en tours o viajes oficialmente organizados.