¿Le parece irrespetuoso cuando en algún restaurante o cafetería le insisten si ya terminó o quiere la cuenta con el claro propósito de desocupar su mesa? Para muchos, es un comportamiento habitual que un cliente pueda quedarse horas en el mismo lugar con un cafe frío sin terminar. Sin embargo, en un cafe en Londres, mientras más se demore, más le cobran.

Una cafetería rusa reseñada por CNN funciona de esta manera. Cobran por su tiempo, no por lo que consuma. Todo es gratis, nada más llegar, verifica el reloj y anota su hora.

¿El precio? Tres peniques el minuto, el equivalente a unos cinco centavos de dólar. Si permanece una hora, pagará 1.80 libras, o sea, unos tres dólares. Eso sí, puede tomar todo el té y galletas libre de costo.

Además, en el café Ziferblat debe prepararse sus bebidas, y hasta limpiar lo que ensucie. Aunque se sospeche que puede ser un disuasivo para los clientes, pero el modelo de negocio ha funcionado, ya que según su propietario y varios clientes, otorga cierto grado de pertenencia.

El café Ziferblat, que significa "reloj analógico" en ruso, también tiene un piano, libros, conexión a Internet y hasta un tocadiscos, por si se aburre. En Rusia, cuenta con 10 sucursales.