Coronavirus en Puerto Rico: Vacío de contenido
Uno siente la ola venir. Cierra los ojos, y sabe que está por llegar ese momento en que se nos diga que de la noche a la mañana en Puerto Rico ya hay que hay 20, 60, 100 contagiados por el coronavirus Covid-19. Es cuestión de tiempo, porque sabemos que así está pasando en otras partes del mundo, y aquí hubo muchos que no prestaron atención a lo que se alertaba en las noticias. Todavía hoy, con cuarentena impuesta por el gobierno para evitar que este virus se siga regando, hay gente en las calles que se niegan a entender la magnitud de esta pandemia.
La gran paradora es que en esta era de la información instantánea, hay un vacío de contenido informativo en los medios de comunicación en Puerto Rico.
Tenemos la información en las manos, pero no importa. Muchos no le hacen caso. Unos nos cargamos al ver vídeos de médicos sufriendo en España o Italia, o nos da pavor ver cómo Trump ha ido cambiado de versiones, o nos cansamos de escuchar noticias de cómo tenemos que lavarnos las manos para evitar el contagio. Sin embargo, todo es repetitivo y a veces, hasta hueco. Esto se debe a que, en el fondo, hay una falta de credibilidad en el receptor del mensaje. Es decir, se ve la noticia, se sabe, pero muchos no les creen al que da la noticia, o simplemente, no les importa lo que dicen porque siguen living la vida loca.
Hay un vacío de contenido mediático en los medios en Puerto Rico por varias razones:
1. No hay periódicos. Los periódicos impresos no se están distribuyendo o la circulación es mínima. No se permiten porteadores en la calle y la gente no quiere coger el periódico y pasar las páginas pensando en que se les puede pegar el coronavirus que alguien lo haya contagiado allí. Esto significa que seguirá bajando o hasta desaparecerá la circulación. En el 2013 un 33% de los puertorriqueños leían periódicos, en el 2016 un 23% y en el 2019 un 16% según el estudio Media Brand Profile que realiza Gaither International, y que publicamos en este espacio en noviembre. Ahora debe estar prácticamente en cero.
2. Cero medios externos. Como no puede haber gente en la calle, no ha atención a los “billboards” ni a los anuncios en vayas, postes o en las carreteras.
3. Proliferación de “fake news”. Casi siempre por vídeos que se comparten en redes sociales, las noticias falsas confunden y atemorizan a la gente.
4. Entretenimiento vs. Noticias. Las audiencias están más concentradas en buscar entretenimiento que mirar a los medios noticiosos porque se cansaron del mismo contenido, que es la política.
5. No hay política y esto deja a la radio sin contenido. En estos días hubo sesión en la que se vieron a los legisladores con guantes y mascarillas, pero el pueblo lo que hizo fue burlarse y hacer meses con la foto. No les importó el contenido. La realidad es que no hay la actividad política normal, y esto provoca que las emisoras de radio de noticias no tengan contenido. Como la inmensa mayoría (no todas), se concentran en leer lo que dicen los periódicos o entrevistar al político de turno para tener titulares, ahora están huecas. El contenido es una búsqueda desesperada por decir cosas distintas a lo que se puede encontrar en la Internet.
6. Sobredosis de analistas y “todólogos”. En los últimos más de 10 años las gerencias en los medios han despedido periodistas y reporteros o los desplazan para poner en esos espacios a expolíticos, exconvictos y abogados que dicen llamarse analistas, pero se proyectan como expertos en todos los temas sin serlo. En esta emergencia, el ver a los que único hablan de estatus o de tribunales tratar de explicar la pandemia, es algo que va contra natura. Por lo tanto, estos comentaristas recurren a leer lo que sale en Internet y no son creíbles. El medio pierde la audiencia por falta de credibilidad.
7. Desesperación de gerencias. El coronavirus nos ha demostrado la agenda mediática de empujar e insistir en el tema electorero y la política cuando no es lo que les interesa a las audiencias. Al no tener suficientes reporteros para cubrir la noticia y haberse acostumbrado a lo fácil, la gente les cambia el canal por Netflix, apaga la radio por irse a Facebook o mira vídeos en YouTube por no leer periódicos.
8. Ausencia de salubristas. Como la mayoría que hay en los medios son políticos que lo único que saben hablar es de elecciones, estatus o legislación, no son creíbles al abordar un tema de salud. Hacen falta salubristas que estén en los medios a diario explicándole al público la pandemia. El reto es que ahora los médicos y salubristas no tienen el tiempo, precisamente por la magnitud de la emergencia que se avecina.
9. Proliferación de chayoteros. Se refiere a los entes en los medios que reciben paga de anunciantes y políticos para anunciarlos, para representarlos o para influenciar lo que difunden al público. Ya están leídos por las audiencias y todo esto abona a la falta de credibilidad en los medios.
10. Hace falta periodismo de verdad. Por miedo a perder anuncios o porque ciertos sectores económicos e ideológicos dominan la opinión pública, la cobertura noticiosa se limita. Los reporteros no hacen las preguntas de rigor por inexperiencia, por cansancio al estar sobrecargados de trabajo, por miedo a perder los pocos trabajos que hay, o porque las gerencias en los medios se lo impiden para no perder anunciantes. Esto lo hemos venido analizando en esta columna y blog por más de 10 años.
11. Importancia de la radio. Es el medio de más impacto, sobre todo en las audiencias mayores y fuera de la zona metro, y se comprobó su importancia tras el paso del huracán María. El reto es el contenido que ofrecen ahora. Si insisten en política y no servicios u orientación, alejan audiencias.
12. Se consolidan los medios digitales. Es a donde las audiencias se están moviendo por la accesibilidad. Al no haber los demás medios en la calle, y por tener que estar encerrados en toque de queda, las personas están optando por medios digitales. Todos han experimentado crecimientos vertiginosos en sus audiencias. Pero no se puede sobresaturar al medio con anuncios tipo pop-ups, porque molestan, y más que nada, proveer buen contenido. No se puede repetir lo que se hacía en medios tradicionales. El gran reto y peligro que enfrentan es que haya un colapso de las telecomunicaciones o de Internet por las grandes cantidades de audiencias conectadas. Veremos qué sucede.
Y como las personas no deben estar en la calle, la realidad es que se pasan el día pegados a Internet. Unos viendo comedias o memes, otros leyendo teorías de conspiración de cómo se creó el virus, y otros buscando noticias para tratar de asimilar lo que nunca nos imaginamos vivir en esta generación. Porque no es fácil entenderlo. Después de una recesión y la imposición de una junta de control fiscal, de sobrevivir los huracanes Irma y María, de ver el pueblo tirarse a las calles para sacar a un gobernador corrupto, de sentir horrorizados los terremotos y hasta de ver un meteoro caer en Puerto Rico, ahora estamos en pandemia. En todo este proceso inverosímil de golpes que nos ha tocado vivir, los puertorriqueños buscamos cómo llenar ese vacío de contenido.