Llegó la reina o la periodista?
¿Vino como reina o trajo con ella su 'chip' de periodista? Esa chispa que una vez tuvo la hoy Doña Letizia, no se va. La curiosidad innata, el olfato capcioso y ágil para ver más allá de las fachadas y las sonrisas falsas. Ese ojo crítico sólo lo posee quien ha sido periodista y no se borra fácilmente.
Sólo quien ha sido periodista lleva consigo a través de sus múltiples transmutaciones en la vida hacia carreras o posiciones después del periodismo, esa pasión insaciable por conocer, esa habilidad innata de saber leer personas, esa confrontación descarnada que siempre busca la verdad. Son esas características apéndices invisibles en la vida de todo el que ha sido periodista, y sin duda, son elementos que trajo consigo doña Letizia, porque no se los puede borrar del sistema. Es imposible.
El rey de España don Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, y Doña Letizia Ortiza Roscalsolano, su reina consorte, arribaron el lunes a San Juan para romper un poco el estancamiento y la monotonía habitual isleña, y participar en el VII Congreso Internacional de la Lengua Español, una cita trianual de los hispanohablantes y en la que se le rinde tributo a tres figuras cimeras de las letras: Cervantes, el Inca Garcilaso y Rubén Darío.
La verdad es que el viaje de Felipe y Letizia le alegra la vida a muchos que aún no forman parte de la revolución Jet Blue y no se han ido, pero están hastiados del pesimismo colectivo, la crisis económica que ha tocado a todos y el eterno dilema del estatus colonial. Los que saben que en cuestión de semanas el americano nos impondrá su poder con una junta de control fiscal.
Pero más que un evento de las letras y la consabida oportunidad para los políticos del patio de todos los partidos en intentar verse gente, el viaje oficial trae consigo muchas interrogantes y curiosidades, especialmente sobre la reina, soberana conocida por su turbulento pasado. Habría que preguntarse si más allá de su rol de regente, Doña Letizia viene con su ojo de periodista. Ese ojo que le dice que lo que ve en Puerto Rico no necesariamente es real. Es más bien, una fachada.
En innegable que ella, como periodista que fue, se da cuenta. Sabe que detrás de las sonrisas tipo anuncio de pasta dental de un guapo Gobernador al que le ha quedado grande el puesto, se esconden múltiples problemas. Detrás de la elegancia, el protocolo y las sonrisas de los legisladores, los funcionarios del gobierno y de los líderes de otros partidos, yace la fuerza de los acreedores, con su inexorable paso hacia los tribunales en las demandas por los impagos de las deudas del ELA.
Letizia, como periodista que fue, sabe bien dónde mirar, qué observar y qué preguntar. En España hay quienes dicen que maneja a Felipe a su antojo, aunque aparente aceptar el rol secundario que le otorga la monarquía. Aunque lleve más de diez años junto al rey, ella, como periodista que fue, observa con tenacidad y agudeza, y recomienda. Esa experiencia y esa sabiduría la dan haber sido periodista.
Periodista y plebeya, pero no cualquier plebeya que logra el reinado. Con un máster en periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, la hoy reina de España tuvo una carrera importante como reportera. Según la biografía oficial de la Casa Real, trabajó en los diarios La Nueva España y ABC, y en la Agencia de noticias EFE. Empezó sus estudios de Doctorado en México, donde colaboró en el periódico Siglo 21. En la televisión laboró en Madrid para la cadena estadounidense Bloomberg, y luego fue reportera y presentadora para el canal CNN+ hasta el año 2000 cuando se convirtió en presentadora del Telediario de Televisión Española. Era intrépida como reportera y cubrió los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la invasión de Irak. De hecho, cubrió este último evento manteniendo ya una relación en secreto con el Príncipe de Asturias.
En fin, fue una buena periodista, en esa época de principios del siglo, en la que todavía existía el periodismo. Al menos ese que se enseña en las escuelas de periodismo y en las universidades, no el de curador de informaciones, redactor de tuits y atento sólo al seguimiento de notas superficiales, como se impone ahora en tantos lugares.
Esa periodista autóctona, plebeya y divorciada, militante republicana de la izquierda, tiene un pasado oscuro que la monarquía trata de ocultar bajo mantos de secretividad. Es en ese pasado en donde habitó la Letizia rebelde y liberada. La que viviendo en México posó desnuda para el pintor cubano Waldo Saavedra, quien la pintó en varios cuadros incluyendo uno que fue usado por la banda de rock Maná para ilustrar su disco 'Sueños Líquidos'.
Especulo que esa Letizia libre de sueños líquidos e imágenes topless no se ha extraviado en los laberintos de la monarquía. Por eso es que no creo que pueda obviar la innegable realidad isleña.
Especulo que si usa su chip de periodista, sabrá las farsas que recibirá a su arribo a Puerto Rico. Las falsas pretensiones de los que aspiran ser del jet set criollo con el sueño de ser algo parecido a la nobleza, pero en realidad son unos coprófagos muertos de hambre e incultos. Esos mismos puertorriqueños que dicen ser de alta alcurnia y sueñan con las monarquías y la Madre Patria, con el español como único idioma, y que viven vicariamente a través de las páginas de la revista Hola. Son esos que salen en fotos de las páginas sociales en revistas o periódicos pero están endeudados hasta las teleras, y como dice mi amigo, Luis Rafael Sánchez, sólo son meros clasemedieros con complejos de superioridad y aires de grandeza.
Así son muchos de los que estarán junto a ella, pero ella lo sabe. Los lee. Sabe también que el Gobernador tiene los índices de popularidad por el subsuelo, provocado por el mal gobierno y los impuestos. Que sus contrincantes estadistas están en babia. Uno, que dice que inventa medicamentos en China, el epicentro de la piratería y las copias, y el otro, rodeado de una banda de secuaces que una vez defalcaron al país. Y que los demás aspirantes sueñan pero, los sueños, sueños son.
La Letizia rebelde y arrojada sigue ahí. Esa que llamó mierda al periódico español El Mundo hace unas semanas porque criticó a su marido, está clara en lo que piensa. No creo que le pasen gato por liebre. Ella sabe la que hay.
*La autora es relacionista profesional y mantiene el blogEn Blanco y Negro con Sandra.