Las mujeres solo representan el 24% del total de las candidaturas.

Más mujeres aspiran a cargos políticos en estas elecciones que en la pasada contienda electoral, pero todavía falta un largo trecho para alcanzar la equidad electoral o la paridad en la representación política.

Un análisis del Proyecto 85 encontró que las mujeres constituyen el 53.4% del universo de personas hábiles para votar. En las elecciones del 2016, constituyeron el 54.6% del electorado. Este martes, sin embargo, sólo aparecerán 121 rostros de mujeres en las papeletas de votación, que se traduce a un exiguo 24% del total de candidaturas.

Hay otros hallazgos.

Esta organización sin fines de lucro y no partidista, dedicada a la formación política de las mujeres y que lucha por alcanzar la paridad de género, analizó el escenario político desde una perspectiva de género para desmenuzar la situación de las mujeres de cara al próximo ciclo eleccionario.

Según su directora ejecutiva y cofundadora, Natalie Caraballo, hubo un incremento general en la cantidad de mujeres que se lanzarán al ruedo político. El Partido Popular Democrático (PPD) se presentará a las urnas con un equipo de 48 mujeres, que aspiran a los principales puestos desde la gobernación hasta las alcaldías.

“Este partido obtuvo el mayor aumento, con 18 mujeres aspirantes adicionales en comparación con el 2016”, señaló Caraballo.

A pesar de sumar 47 mujeres en esta vuelta, el Partido Nuevo Progresista (PNP) contó con ocho mujeres aspirantes menos en comparación a los datos de participación de las pasadas elecciones. El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) tiene 33 candidatas, cuatro más que en los pasados comicios.

Con 23 candidatas entre sus 52 aspirantes, el partido Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) sobresale con un 44% de participación de mujeres para los principales escaños. La colectividad, que debuta en estas elecciones, ocupa el primer lugar en cuanto a representación de mujeres se refiere. Le siguen -en orden descendente- el PIP con 24%, el PPD con 21% y el PNP con 17%.

El Proyecto Dignidad cuenta con 6 candidatas para puesto en el Senado y la Cámara baja, incluyendo a Ada Norah Henríquez para comisionada residente.

“El PIP presentó 420 candidatas incluyendo las legislaturas municipales pero cuando hablamos de los principales puestos son 33 mujeres”, indicó Caraballo.

El análisis de las candidaturas también encontró que la llamada marea rosa arropó los municipios de Gurabo y Canóvanas. Es decir, que todos los partidos escogieron a una mujer como candidata a la alcaldía.

“Ya sabemos que a lo mínimo van a haber dos alcaldesas”, apuntó la directora de Proyecto 85 en entrevista con NotiCel.

Actualmente ambos ayuntamientos son regentados por mujeres del Partido Nuevo Progresista. Rosachely Rivera Santana es la alcaldesa de Gurabo y Lornna Soto Villanueva es la alcaldesa de Canóvanas.

En Salinas, ocurre otro fenómeno.

Por primera vez en la historia política del país, una candidata presenta una plancha de mujeres. La legisladora municipal Litzy Alvarado Antonetty se presentó como candidata a la alcaldía por el PIP junto a un grupo de 11 mujeres salinenses, que aspiran a puestos de legisladoras municipales

Esto significa que esa papeleta municipal contará con dos mujeres: Karilyn Bonilla Colón del PPD y Alvarado Antonetty. El tercer candidato a la alcaldía es Raúl Zayas Rodríguez del PNP.

“A nivel de las alcaldías, hay 42 mujeres aspirando en 35 municipios”, puntualizó Caraballo.

De 78 municipios que tiene Puerto Rico, solo nueve son liderados por mujeres. Además de Canóvanas, Salinas y Gurabo, hay alcaldesas en Aguadilla (Yanitsia Irizarry Méndez), Morovis (Carmen González González), Barceloneta (Wanda Soler Rosario), Loíza (Julia Nazario Fuentes), Ponce (María Meléndez Altieri) y San Juan (Carmen Yulín Cruz Soto). La alcaldesa de San Juan es la única que no se presentó a la reelección. Cruz Soto perdió la primaria por la candidatura a la gobernación por el PPD.

La Asamblea Legislativa

No solo las alcaldías continuarán en manos de hombres sino que debido a la baja participación de candidatas a puestos electivos, las mujeres todavía no lograrán mayoría, mucho menos paridad en la Cámara de Representantes y el Senado.

“En el Senado, tenemos 36 mujeres buscando un espacio por Acumulación y por Distrito y en la Cámara son 40”, señaló Caraballo.

Ambos cuerpos sufrieron bajas durante el cuatrienio. Empezaron el cuatrienio con 7 mujeres y acabaron con seis. La representante María Milagros Charbonier Laureano renunció al cargo luego de una acusación federal por cargos de corrupción pública. La sustituyó Jorge Emmanuel Báez Pagán, el primer candidato abiertamente gay elegido por el PNP.

En el Senado, las senadoras Zoé Laboy Alvarado y Margarita Nolasco Santiago renunciaron a sus cargos. Fueron sustituidas por Héctor Martínez Maldonado y Gregorio Matías Rosario. Posteriormente, la profesora Keren Riquelme del PNP juramentó para ocupar la vacante que dejó en enero pasado Larry Seilhamer.

La escasa participación de las mujeres en la vida política no solo ocurre en la isla, donde la licenciada Alexandra Lúgaro Aponte es la única mujer en la marea de candidatos a la gobernación. En su historia política, los puertorriqueños y las puertorriqueñas solo han elegido a una mujer gobernadora: Sila María Calderón Serra.

Estadísticas de la organización ONU Mujeres del año pasado revelan que solo un 24.3% de las personas que ocupan puesto en los parlamentos nacionales son mujeres. Esto significa, según enfatizó la organización, que la proporción de mujeres parlamentarias ha crecido lentamente desde 1995, cuando se situaba en un 11.3%. En junio de 2019, sólo 11 mujeres eran Jefas de Estado y 12 eran Jefas de Gobierno.

Esa brecha entre la participación política entre hombres y mujeres responde a diversas razones. Las mujeres se enfrentan a obstáculos estructurales y sociales a la hora de participar en la vida política, según ONU Mujeres. Las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias siguen limitando las opciones que tienen las mujeres para votar o presentarse a elecciones. Además, las brechas relativas a las capacidades, de acuerdo a la organización, implican que las mujeres tienen menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, los contactos y los recursos necesarios para entrar al ruedo político.

En busca de paridad electoral

Reconociendo esta realidad, Proyecto 85 adoptó como misión cerrar esa brecha y lograr equidad electoral ofreciendo talleres de formación política para mujeres. Precisamente, el nombre de la organización sin fines de lucro recoge el número de mujeres que aspira a ver en puestos políticos. Por eso, primero se enfocaron en los puestos principales: gobernación, comisaría residente, legislatura y alcaldías. La segunda fase incorporará estrategias dirigidas a las legislaturas municipales.

“Habían mujeres que llegaban a nuestros talleres porque les picaba la curiosidad, querían conocer más sobre eso de correr para un puesto electivo. Al final, algunas se paraban y expresan que no estaban listas para todo lo que acarrea esto, pero que estaban listas para ayudar a otra mujer para que emprendiera su carrera política”, explicó Caraballo sobre los talleres que procuran organizar y crear una red de apoyo para las mujeres.

Aclaró también los supuestos teóricos y la visión no partidista de la organización, que apuesta a la diversas de voces y visiones políticas de las mujeres.

“La equidad de género no le puede pertenecer a un lado político”, acentuó.

Proyecto 85 tampoco tiene la intención de empoderar a las mujeres porque parte de la premisa que las mujeres cuentan con poder político, después de todo representan a más de la mitad de la población de la isla y son la mayoría de los votantes.

“No se trata de ser consideradas a la hora de tomar decisiones sino de que las mujeres seamos parte intrínseca en la formulación de política pública”, concluyó Caraballo.