Con el escrutinio finalmente completado, surge con claridad el efecto que tuvo este tipo de voto que ha cultivado principalmente el Partido Nuevo Progresista.

La finalización del escrutinio arrojó que las modalidades de voto adelantado o por correo fueron el 17% del total de votos emitidos y no cambiaron la gobernación, pero sí múltiples carreras legislativas y municipales.

Este tipo de voto, que la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) ha ampliado más allá de lo que permite el Código Electoral, marcó el ciclo electoral en 2020 y, otra vez, en 2024, siendo el mecanismo que ha usado el Partido Nuevo Progresista (PNP) en el escrutinio para ‘virar’ carreras que sus contrincantes habían ganado la noche del evento con el voto presencial en colegios. Todos los partidos tienen posibilidad de cultivar este tipo de voto, que está disponible principalmente para electores mayores de 60 años, pero ha sido el PNP el que más lo ha desarrollado.

El perito electoral Manuel Álvarez Rivera analizó los datos del escrutinio después de que cerró en la madrugada del 31 de diciembre y precisó que 83% del voto fue emitido presencialmente en colegios el 5 de noviembre. Esto deja 17% en otras modalidades de votos, que pueden seguir llegando a la CEE días después de la noche del evento y que provocó controversias por la forma en que el PNP lo tramitó y por la forma en que votantes lo emitieron. Por ejemplo, de direcciones distintas a las que tenían en el registro electoral y con decenas de votos originando en una sola dirección.

La comparación entre los votos íntegros que registró el PNP la noche del evento y los que registró en el escrutinio ilustran el impulso que recibe con los votos no presenciales.

El 5, el PNP acumuló 338,653 votos íntegros, pero eso llegó a 407,257 en el escrutinio, un incremento de 20%. Todos los partidos aumentaron voto íntegro durante el escrutinio, pero ninguno como el PNP. Relacionado a eso, según Álvarez Rivera, el voto íntegro ya es menos que el voto emitido mixto o por candidatura, pero en la ley sigue siendo el tipo de voto que determina qué partidos se quedan con representación en la CEE. Las modalidades mixta y de candidatura fueron las que beneficiaron al segundo lugar de la gobernación, el candidato por la alianza entre el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Juan Dalmau Ramírez, y al comisionado residente, Pablo Hernández Rivera, por el Partido Popular Democrático (PPD).

Aún con el empuje que el voto adelantado o por correo le dio al PNP, Hernández Rivera permaneció como el candidato que más votos recibió en cualquiera de las carreras, con 530,540 frente a los 526,020 que acabó teniendo la gobernadora Jenniffer González Colón. El número de la gobernadora es 133,835 votos más que Dalmau Ramírez y 252,371 más que el tercer lugar en que quedó Jesús Ortiz González, del PPD. La mandataria puede reclamar el favor del 41% de los votantes, de acuerdo al escrutinio.

Entre la noche del evento y el escrutinio, el candidato a la gobernación del PPD siguió sin ganar uno solo de los 41 municipios que tenía ese partido el cuatrienio pasado, aunque quedó segundo en 32 pueblos. Entre el escrutinio, Dalmau Ramírez perdió pueblos en los que salió primero. Antes registraba 13 y ahora 11, pero siguen siendo pueblos de mayor población, en comparación con los pueblos del centro y más pequeños en los que los candidatos del PNP y el PPD quedaron, respectivamente, primero y segundo. El distrito senatorial de San Juan permaneció como el único que favoreció a Dalmau Ramírez sobre González Colón.

Uno de los cambios notables que trajo el escrutinio es que el PNP le quitó al PPD cuatro pueblos que habían ganado la noche del evento: Cidra, Maunabo, Peñuelas y Santa Isabel. Esto volvió a dejar al PPD con la misma cantidad de 41 pueblos que tuvieron el cuatrienio pasado.

En la Legislatura, las modalidades de voto ausente, y otros fenómenos como maletines de voto presencial que aparecían durante el escrutinio sin haber sido contabilizados, facultaron al PNP para dar golpes al PPD, el PIP y MVC. Pero recibieron uno, histórico, de parte de Eliezer Molina Pérez.

En la Cámara de Representantes, el PNP viró ocho distritos con relación a la noche de las elecciones. Le quitaron el tres al MVC, el cuatro al PIP y el 11, 20, 22, 30, 31 y 34 al PPD. Esto provocó la activación de la cláusula constitucional de representación de las minorías viabilizando que entraran la candidata perdedora en el cuatro, Adriana Gutiérrez Colón, y la del 40, Nelie Lebrón Robles. Junto con el representante por acumulación, Denis Márquez Lebrón, estas conforman una delegación cameral del PIP con tres miembros.

En el Senado, durante el escrutinio el PNP le quitó al PPD dos senadores de distrito, Migdalia González y Ramón Ruiz Nieves, provocando que entrara del PIP Adrián González Costa, también por disposición constitucional, para una delegación de dos, junto a la senadora por acumulación María de Lourdes Santiago.

El PNP también fortaleció a sus candidatos a senadores por acumulación, Ángel Toledo López y Gregorio Matías Rosario. Pero Molina Pérez logró entrar por nominación directa en la posición nueve (de 11 senadores por acumulación) con 71,254 votos por nominación directa, la primera vez que un legislador es electo mediante ese mecanismo en la historia de la isla.

Hay pocos datos sobre el desglose de los votos emitidos a favor de Molina Pérez, pero se puede concluir que fueron al menos 84% de los 84,649 que bajo nominación directa en el Senado. La otra persona que hizo campaña por esa modalidad, que requiere que el elector escriba el nombre de la persona porque es una columna en blanco sin nombre ni foto, fue el senador Rafael Bernabe Riefkohl, del MVC. Entre la noche de la elección y el escrutinio, se añadieron unos 2,000 votos al conteo de nominación directa. Estos pudieron salir de voto ausente o por correo, de voto añadido a mano o de papeletas protestadas.

En cuatro años, Molina Pérez fue de recibir 8,751 votos como candidato independiente a la gobernación con su foto y nombre en la papeleta, así como participación en debates, a 71,254 votos sin su foto ni nombre en la papeleta y sin participación en debates oficiales. Si se hace comparación directa, es un crecimiento de 714% en su favor electoral.

Molina Pérez no juramentó el jueves en la ceremonia en la que lo hicieron los demás legisladores electos porque la presidenta alterna de la CEE, Jessika Padilla Rivera, aseguró que no había presentado documentos. Los demás comisionados, excepto el PNP, se expresaron en contra de ese atraso en la certificación que, a su vez, es un segundo atraso porque los votos de Molina Pérez no fueron adjudicados hasta el 31 de diciembre y solo después de que una sentencia judicial lo ordenara. La CEE no contestó preguntas de NotiCel para aclarar el status de la certificación, pero los candidatos que entraron por disposición constitucional dijeron que recibieron su certificación, a pesar de que también sus escaños fueron adjudicados a última hora.

Molina Pérez entiende que la persona que gana un escaño por nominación directa solo tiene que cumplir con los requisitos constitucionales que tiene el cargo correspondiente, ya que no existe un esquema de requisitos porque no es un “candidato” oficial, sino que sale electo por la voluntad de los votantes. Pero el PNP apunta a que en febrero pasado, en la misma sentencia en la que lo descalificó como candidato, el juez Raúl Candelario López había advertido que de ser electo por nominación directa tenía que cumplir con requisitos de la CEE, incluyendo prueba de dopaje. Molina Pérez no apeló esa sentencia, optando por hacer campaña por nominación directa.

Como legislador, una vez su elección es certificada, Molina Pérez quedaría sujeto a cualquier regla que tenga el cuerpo, en este caso el Senado, sobre su probidad para servir. Pero eso sería un proceso de expulsión que requiere el voto afirmativo de tres cuartas partes de los senadores, un número mayor al que tiene la delegación del PNP.

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