El Código Electoral que aprobó el PNP reserva el poder en el ente electoral al que saque más voto íntegro y no al que saque más votos totales.

Las definiciones del Código Electoral que el Partido Nuevo Progresista (PNP) aprobó unilateralmente en 2020 permitirán que esa colectividad siga dominando la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) este cuatrienio y que, el poco poder que se comparte, sea con el Partido Popular Democrático (PPD), aunque este haya quedado en tercera posición en el voto a la gobernación.

La CEE publicó ayer datos sobre voto íntegro y voto mixto en las elecciones del martes pasado, una estadística que ahora es la más importante para determinar la distribución del poder en el ente electoral en vez de, como era antes, solamente la cantidad total de votos de los candidatos a la gobernación.

Según los datos, y con el 91% de colegios reportados, el PNP tuvo 52.8% del voto íntegro, el PPD 32.5%, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) 7.6%, Proyecto Dignidad (PD) 6.7% y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) 0.1%.

La trayectoria del voto íntegro desde 2016 muestra que el PNP pudo volver a los niveles de 2016 después de que en 2020 tuvieran una sangría y llegaran a 39.5% del voto íntegro. Muestra que el PPD está en descenso (46% en el 2016, 34.6% en el 2020 y 32.5% en el 2024) y que el PIP está en ascenso porque, de perder la franquicia en 2016 al sacar solo 1.97%, pasaron a 6.9% en 2020 y a 7.6% en 2024.

De los dos partidos más nuevos, MVC agotó su voto íntegro, de 12.12% en 2020 a 0.1% en 2024, y PD se mantuvo igual, con 6.6% en 2020 y 6.7% ahora. La extinción de su voto íntegro, y también de su franquicia electoral cuando su candidato sacó menos de 1% del voto para el cargo , fue uno de los resultados que MVC ya había anticipado cuando decidieron unirse al PIP para formar una alianza en la que el primer partido aportaba la candidata a la comisaría residente y el segundo el candidato a gobernador.

Todos estos porcientos se producen calculando el voto íntegro votado por cada partido y el total de voto íntegro para todos los partidos. Pero, en general, cuando se miran los números del voto íntegro en contraste con otras formas de votar, como el voto mixto o el voto por candidatura, “el voto íntegro ya viene en marcada merma en todo Puerto Rico, de 96% en la papeleta estatal de 2012 a 72% en 2016 y 2020, y ahora a 56%”, observó el experto electoral Manuel Álvarez Rivera.

Pero no importa que el electorado deje de favorecer el voto íntegro como una alternativa de sufragio, el Código Electoral garantiza que sigue siendo la forma de distribuir el poder en la comisión. En el código anterior, la forma de distribuirlo era usando el total de votos a la gobernación de cada partido (sumando íntegro, mixto o candidatura). Con esa fórmula anterior, el PNP y el PIP serían los partidos principales en la comisión con el resultado del 2024 que los coloca en primero y segundo para la gobernación. Pero ahora, con el criterio del voto íntegro, seguirán el PNP como “Partido Estatal de Mayoría” y el PPD como “Partido Estatal Principal”.

Además de que cambió la fuente de poder de los partidos en la CEE, el código de 2020 concentró más poder en el partido que más voto íntegro tiene. Antes, tener más voto a la gobernación permitía que un partido tuviera poder de nombrar a los jefes de las distintas áreas de la comisión, pero los demás partidos tenían acceso no solo a tener un vicepresidente (figura que ahora no existe) sino a tener acceso a nombrar a los subdirectores de las áreas. La próxima elección, por tanto, volverá a estar al mando de personas que el PNP recomiende en áreas como la propia presidencia de la CEE, secretaría, tecnología y la Junta Administrativa de Voto Ausente y Adelantado (JAVAA).

Desde que ocurre esta repartición de poder en la CEE, ningún evento electoral ha podido llevarse a cabo sin contratiempos serios.

La primaria de 2020 tuvo que ser dividida en dos días, los resultados finales de la elección 2020 demoraron por el procesamiento del voto por correo (lo que causó también resultados distintos entre la noche de la elección y el escrutinio), y las primarias 2024 tuvieron problemas de accesibilidad en los colegio, de inscripción de electores y de funcionamiento de las máquinas de escrutinio electrónico, según un informe de la misión de observadores de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UIOE).

Ahora, un informe preliminar de observación que emitió ayer la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), hace señalamientos similares a los que hizo la UIOE en las primarias. La ACLU encontró: impedimento a la función de observadores electorales; limitaciones a los electores de diversidad funcional en los colegios que se supone sean de “fácil acceso”; máquinas de escrutinio y computadoras defectuosas; tardanza en los materiales y funcionarios insuficientes; violaciones al derecho al voto secreto por casetas sin cortinas a las que se pegaban los funcionarios mientras el elector manejaba las papeletas; y máquinas de escrutinio que fueron calibradas con el cuadrado ennegrecido, en vez de con solo una cruz, pero la CEE no lo aclaró a los electores sino hasta 48 horas antes del evento. Además de estas observaciones, en este ciclo electoral hubo controversias en los tribunales por cambios de reglamento y directrices cruzadas sobre si un candidato tenía o no tenía que recoger endosos y sobre mantener el registro electoral abierto para acomodar las deficiencias del sistema electrónico de inscripción y la reducción en actividades de inscripción presenciales que realizó la CEE.

Se supone que dentro del año siguiente a la elección la CEE someta a la Legislatura recomendaciones sobre cambios al código, pero el próximo cuatrienio el PNP domina gobernación y legislatura, como era en 2020 cuando derogaron el código anterior e instalaron el actual.

Para leer el informe de ACLU, pulse aquí.

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