Jamás se dirigieron formalmente al país.

El nombre más mencionado durante el fallido proceso de primarias de este domingo fue el de Juan Ernesto Dávila Rivera, presidente de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE).

Sin embargo, también fue la persona que más brilló por su ausencia.

Puerto Rico se levantó en su día de primarias con la noticia de que muchos colegios no habían recibido las papeletas para que los ciudadanos pudiesen ejercer su derecho al voto. Y durante todo el día, la principal pregunta fue, ¿dónde está el presidente de la CEE?

El podio que se ubicó en el Coliseo Roberto Clemente de Hato Rey, en donde se debía realizar el escrutinio, siempre permaneció vacío pues, cual papeleta de colegio fallido, el presidente tampoco apareció.

En horas de la mañana, tal cual hizo cuando ocurrió el voto adelantado del PNP, emitió expresiones pero sólo por comunicado de prensa, uno que estaba plagado de imprecisiones y que todo el mundo interpretó como quiso.

Los presidentes del Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular Democrático tomaron acción y detuvieron la primaria para aquellos colegios que no habían recibido sus materiales, y señalaron como único responsable a Dávila Rivera, quien continuaba escondiéndose.

Ni Dávila, ni sus comisionados electorales aparecían.

Durante varias horas, la prensa esperó por el anuncio de una rueda de prensa oficial de parte del presidente de la CEE pero, pasadas las 5:00 de la tarde, se informó que no se darían expresiones “adicionales” durante el día.

“Adicionales” se refería a que ya había decidido, desde su escondite, ofrecer entrevistas telefónicas a los periodistas Rubén Sánchez, para WKAQ, Jay Fonseca y NotiUno. El rigor del resto del país y de la prensa no pudo ser ejercido.

Inicialmente, aseguró que no renunciaría a su cargo. Sin embargo, luego de escuchar la petición de la gobernadora Wanda Vázquez Garced de que dimitiera, y sabiendo que la petición era un consenso generalizado, expuso, también a medios seleccionados, que lo haría una vez concluyera la primaria.

“Lo sencillo es renunciar, pero hay un evento", había dicho en un principio.

Se trata de la primera vez que ocurre una primaria de manera segmentada, que hizo titulares en Estados Unidos y otras partes del mundo, pero la CEE decidió enfrentar la crítica de manera informal.

La incertidumbre de lo que ocurrirá con los resultados ha recordado a muchos la elección de 1980, cuando un apagón detuvo abruptamente el escrutinio en el Edificio Valencia de la entonces Comisión Estatal Electoral. Pese a las serias acusaciones, el Presidente de la CEE, no apareció.