Muchas de las escuelas también tuvieron problemas de limpieza en el plantel.

Tras pasar por el portón de la escuela superior Adela Rolón, en Toa Alta, la falta de mantenimiento en las áreas verdes le hacen pensar que la escuela está vacía, en desuso.

Sin embargo, en esas instalaciones, un grupo de empleados del Departamento de Educación cumple con sus turnos de trabajo, porque, aunque sin estudiantes presentes, hay un trabajo que hacer. Por ejemplo, entregar almuerzos.

“Llevo tiempo pidiendo que vengan y no se hace nada. No hay estudiantes aquí, pero estamos nosotros”, dijo la directora Gloribel Ortiz Aponte a NotiCel.

En la mañana de ayer, el poco personal que había en la escuela no dejó que eso empañara el compromiso que tenían para la entrega de almuerzos. Es así como ellos mismos se encargaron de la limpieza de las áreas verdes, pasando la cortadora de grama y recogiendo con rastrillos, para que el área de entrega estuviera en buenas condiciones.

“Parece que al estar en el hogar, el ejercicio de salir a buscar almuerzo es un poco más complicado que cocinar en la misma casa”, opinó Ortiz Aponte. “Creamos un Google Form y con ese enlace se envió a los padres para que llenaran la información y acá recibimos el detalle de la familia que recibirá el servicio. La hicimos por semana, así que ya sabemos quiénes van a almorzar de lunes a viernes en esta semana”.

A las 11:00 a.m. en punto, hora a la que los padres fueron instruidos a llegar, ya había una fila de unos ocho vehículos listos para recoger entre dos a cuatro servicios de comida. Las empleadas del comedor llevaban un inventario con una lista previamente preparada por la directora de la escuela. La escuela Adela Rolón en Toa Alta recibe una matrícula de 647 estudiantes, sin embargo, solo había 59 almuerzos confirmados para ser recogidos.

En la carpa colocada en el estacionamiento, cuatro empleadas y la encargada del comedor, de manera controlada iban entregando el menú del día: atún con arroz blanco y habichuelas, con ensalada de frutas.

Los padres que recogían alimentos no notaron los inconvenientes que enfrentó el personal y que incluyó limitaciones a las empleadas del comedor escolar.

“Tuvimos unos inconvenientes al principio, pero se han ido corrigiendo. Al principio no teníamos una carpa ni un sitio seguro donde estar, y nos hacía falta las canastas para trasladar los alimentos en temperatura adecuada y repartir a los estudiantes. Pero en colaboración de nosotras mismas conseguimos las canastas porque el DE no las había dado. Hace un rato llegó el camión de la Autoridad de Alimentos a traernos una canasta para no está apta para empacar los alimentos ahí”, dijo Luz Diana Santiago, encargada del comedor escolar de la escuela Adela Rolón de Toa Baja.

La empleada mostró la canasta que les habían enviado y estaba sucia y rota. Las empleadas, sin embargo, llevaron unas por su cuenta para resolver.

Un poco más adelante, en la escuela intermedia Abelardo Díaz Alfaro, el director Antonio Cruz comentó que todo había transcurrido sin inconveniente, pero también fueron pocos los alimentos repartidos. Junto a las empleadas de los comedores escolares, comenzaron la entrega puntual a las 10:30 a.m., y ya a las 11:30 a.m. estaban casi entregados todos los alimentos.

“Tenemos a 96 padres anotados que llenaron la solicitud a través de Google Form y todo ha corrido normal. La escuela se fue supliendo y comedores escolares comenzó a suplir alimentos desde la semana pasada, así que todo tranquilo. A las 10:30 a.m. empezamos y a esta hora, las 11:20, ya han venido cerca de 50 participantes”, expresó.

Situación similar ocurrió en la escuela Cristóbal Santana Melecio de Río Lajas en Dorado. Su director David Rivera contó a NotiCel que solo 45 almuerzos serían repartidos, de acuerdo a la solicitud de sus familias.

“Al inicio, los maestros hicieron el acercamiento y me enviaron la cantidad, y así tener la mayor cantidad posible. Poco a poco se han ido integrando. Tengo casi 20 estudiantes adicionales. Ellos pasan por la rotonda y se les entrega el almuerzo sin la necesidad de salir de los autos. La logística es sencilla”, comentó el director.

“Muchos padres tienen los emails y en los teléfonos se le hace incómodo. Es un poco difícil contactarlos”, añadió el director en relación a la escasa participación de recogido de alimentos en su matrícula de 334 estudiantes.