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Economía

El complicado proceso de regresar a la "normalidad"

El debate para reabrir la economía asoma al menos dos semanas antes de registrarse el día “pico” de casos de COVID-19 en la isla.

Desde que inició la cuarentena y el toque de queda, los supermercados operan en un horario limitado.
Foto: Nahira Montcourt

Antes de levantar las restricciones de movimiento y regresar a las actividades diarias, el país tiene que reconocer que ese retorno a una nueva "normalidad" ocurrirá de forma gradual y vendrá acompañado de limitaciones para evitar el riesgo de otra ola del coronavirus, advirtieron expertos en salud pública y economía.

Solo los comercios que ofrecen servicios esenciales permanecen abiertos desde que la gobernadora Wanda Vázquez Garced decretó un toque de queda y una cuarentena el pasado 15 de marzo como medida para evitar la propagación del peligroso virus.

Pero el martes en la mañana, la mandataria aseguró que en días subsiguientes presentaría “un plan responsable para iniciar algunas actividades económicas”, a toda vez que el sector privado acrecentó su presión pública en favor de dicha apertura.

Ambos planteamientos surgieron el mismo día en que se reportaron 64 muertes por COVID-19 en la isla y al menos dos semanas antes de registrarse el día “pico” de casos en la Isla, según proyecciones del Departamento de Salud y del “Task Force” Médico que asesora a la Primera Ejecutiva en esta emergencia.

Según el doctor Juan Alonso-Echanove, la flexibilización de las medidas de confinamiento están estrechamente ligadas a la cantidad de datos con los que se cuenta de la proliferación de esta enfermedad en una comunidad. El doctor es un médico, epidemiólogo y fue Director de Epidemiología en el Departamento de Salud.

El experto recalcó la importancia de hacer pruebas para detectar el COVID-19 para el proceso de identificación y aislamiento de casos, así como el conteo de la cantidad de personas que se han infectado y la cantidad de personas que cuentan con el anticuerpo para batallar este virus.

“Siempre vamos a necesitar el poder identificar pequeños brotes y actuar rápidamente. Para eso vamos a necesitar los ‘tests’ de diagnósticos. En cambio, para tomar medidas de salud pública sobre cuánto liberar el confinamiento, el conocer el grado de inmunidad que existe en la comunidad, lo que se llama la inmunidad de rebaño, la “herd immunity”, nos da una buena indicación de cuánto va a progresar o cuál es el riesgo de que progrese la infección. Para eso sí que necesitamos las pruebas de anticuerpos”, aseguró Alonso-Echanove.

El doctor Alonso-Echanove discutió con el director de investigación del Centro para la Nueva Economía (CNE), Deepak Lamba Nieves, las condiciones generales que deben cumplirse para que se justifique una flexibilización a la cuarentena nacional.

En el contexto de Puerto Rico, en la Isla no se llevan a cabo pruebas suficientes, basado en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a toda vez que se ha admitido por parte de Salud una insuficiencia o un error en el conteo de casos y un rastreo de contactos inexistente o deficiente.

A finales de la semana pasada, se anunció que personal médico del Hospital Municipal de San Juan realizó la primera transfusión de plasma en la Isla, proveniente de un paciente recuperado de COVID-19, a un paciente entubado que padece el virus y que está recluido.

Según Alonso-Echanove, la estrategia cuando no se tiene la capacidad es “matar moscas a cañonazos”, o sea, “aguantar a todo el mundo en casa, esperar a que el virus se contenga en la medida en que el sistema sanitario tenga capacidad de atender a los pacientes graves”.

De acuerdo al director ejecutivo del CNE, Sergio Marxuach, antes de abrirse la economía se deben cumplir con tres factores, cuyo buen funcionamiento depende el uno del otro. El también economista fundamentó su análisis en que la disponibilidad de una vacuna para el COVID-19 determinará de forma gradual la recuperación de algunos sectores y la percepción individual y colectiva. Del mismo modo, partió de la premisa que abogar por un regreso a lo que era antes sería equivalente a no haber aprendido nada de esta pandemia.

En primera instancia, escribió Marxuach, que debe existir la infraestructura de salud pública adecuada para realizar pruebas de COVID-19 a gran escala, un rastreo y monitoreo de contactos y nuevos casos de forma eficiente. También urge contar con suficiente equipo de protección personal para profesionales de la salud.

“En segundo lugar, una vez que los activos de salud pública estén asegurados, será necesario seguir la secuencia correcta para la apertura. Algunos tipos de construcción y manufactura, donde es posible mantener un distanciamiento apropiado, podrían estar entre los primeros. Lo mismo con los proveedores de servicios que puedan modificar sus espacios de oficina. Los espacios de comercio al detal, con las medidas de distanciamiento social adecuadas, podrían ser los siguientes”, explicó Marxuach.

Al igual que Alonso-Echanove, Marxach indicó que las industrias que requieren grandes congregaciones de personas, como lo son conciertos y eventos deportivos, entre otros, serían los últimos en integrarse a la reapertura.

“En tercer lugar, debe existir un alto grado de coordinación y cooperación entre el gobierno, las empresas y la fuerza laboral. Las escuelas, cuidos de niños y hogares de ancianos, entre otros sistemas de apoyo, tendrán que estar funcionando a capacidad para que muchos trabajadores puedan regresar a sus empleos a tiempo completo”, observó el economista.

La OMS ha advertido que retirar las restricciones contra el COVID-19 demasiado pronto podría provocar un rebrote de la enfermedad.

En un escrito de Vox, también reseñado por el CNE, se analizan cuatro propuestas para reabrir la economía que coinciden en la necesidad de apertura de forma gradual. Sin embargo, difieren en las medidas necesarias para evitar otra ola de la enfermedad, tal como advierte la OMS.

Las evaluaciones del Center for American Progress y el Safra Center for Ethics, un equipo de investigación de la Universidad de Harvard, proponen un tipo de panóptico digital mediante un sistema de vigilancia virtual para cada una de las personas que porten un teléfono celular. Este modelo presentaría desafíos políticos, legales y tecnológicos, según el CNE.

Mientras, Paul Romer, economista ganador del Premio Nobel, insiste en hacer más pruebas a una escala masiva ascendente a 22 millones de pruebas por día. Con esto, pretende que todo el país se someta a pruebas cada 14 días y, en el caso de aquellos que arrojen positivo, sean puestos en cuarentena de inmediato.

En Puerto Rico, el gobierno ha justificado su incapacidad de realizar pruebas a una escala mayor en la carencia del equipo necesario, al igual que el resto del mundo.

En el caso del estudio del American Enterprise Institute, “busca una especie de término medio entre estos dos enfoques, sin crear un estado de vigilancia y haciendo más pruebas, pero no en la escala de Romer, y ‘precisamente por eso, lo que realmente describe es un yoyo entre encierre extremo y formas menos estrictas de distanciamiento social, que continuarán hasta que se desarrolle una vacuna’”, citó Marxuach.

Periodista que cubre temas de gobierno, tribunales y política. También le interesan los deportes, las películas y la música. Es exalumna de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.