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Economía

LUMA dice que estamos mejor que con la AEE porque han instalado 12,000 postes

A tres años de que LUMA asumiera formalmente la operación de la red eléctrica, la lista de logros que puede demostrar se queda corta.

Juan Saca, presidente de LUMA Energy.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

El consorcio LUMA Energy cumple este verano tres años de haber asumido la operación del sistema de transmisión y distribución de la red eléctrica, cuatro si se cuenta el año que pasaron en “transición” y por el que cobraron unos $160 millones en fondos públicos, pero la lista de razones que pueden ofrecer para asegurar que el sistema está mejor en sus manos que en las de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) es bien corta.

El consorcio integrado por la empresa tejana Quanta Services y la canadiense ATCO Ltd. enfrentó ayer al público después de un fin de semana en el que los apagones marcaron la celebración de las primarias y en el que decenas de miles de abonados en los pueblos de Santa Isabel, Coamo y Aibonito quedaran sometidos a interrupciones intermitentes de servicio para las que el operador inicialmente ofreció una solución que tardaría dos meses.

La aparición de la plana mayor del operador, menos su vicepresidenta de ingeniería, Shay Bahramirad, quien renunció el día antes para aprovechar otra oportunidad laboral, fue un eco de la conferencia que realizó el jefe de Quantas, Duke Austin, hace casi dos años para, también, apaciguar la indignación pública tras un periodo de apagones.

En aquel agosto de 2022, Austin dijo que establecería un equipo para reducir interrupciones de servicio, que aumentaría brigadas, que mejorarían el manejo de la vegetación, que instalarían 100 aparatos automatizados nuevos para reducir los clientes afectados por las interrupciones, aumentarían las inspecciones de subestaciones y líneas, expandirían el patrullaje aéreo y aceleraría las inspecciones de las subestaciones.

Esa visita de Austin desembocó también en la salida del primer jefe del operador en la isla, Wayne Stensby, y el nombramiento de Juan Saca. Ayer, igual que Austin, Saca repitió que el manejo de vegetación y la instalación de contadores automatizados como dos de los planes que reducirían los apagones en una ventana de los próximos dos a cinco años.

El tercero es instalar más postes resistentes a huracanes. De hecho, instalar postes es lo único “palpable” que mencionó Saca a la pregunta de por qué Puerto Rico está hoy mejor con LUMA que lo que estaba antes con la AEE, si el operador lleva dos directores en tres años y sus métricas de cantidad de apagones son mayores que las que había antes de que llegaran.

“Número uno, tenemos, en realidad, varias cosas y en el progreso que se ha hecho en Puerto Rico en los últimos tres años y que es información bien concreta. Hemos instalado 12,000 postes, de los cuales van a ser resistentes a 165 millas por hora y nos faltan 100,000 más por hacer y ese progreso es palpable y se está dando. En el tema de las subestaciones, una de las razones por las fluctuaciones de voltaje, por ejemplo, es la vegetación, pero también está el tema de las subestaciones en donde estamos en este momento preparando 22 subestaciones en las cuales va a mejorar ese tema de la métrica. El sistema estaba en mucho peor condición de lo que nosotros entendíamos que estaba y no lo sabíamos hasta que entramos a verlo. En el corto plazo, en el mediano plazo y en el largo plazo se va a seguir viendo un mejor performance en todas las métricas nuestras”, contestó.

Vea: LUMA baja a un mes el tiempo para reparar avería en Santa Isabel, Coamo y Aibonito

Al recordársele que estuvieron un año evaluando el sistema antes de entrar a operarlo formalmente, ripostó que “una cosa es hacer una evaluación, otra cosa es entrar ya a operar y entender bien lo que está pasando”.

“Después de comenzar a operar, LUMA se dio cuenta que la situación era peor de lo que nosotros pensábamos”, afirmó.

Saca aseguró que el 58.24% de las interrupciones del fin de semana pasado se atribuyen a problemas de vegetación (3.13% a “contacto animal” como los “pajaritos” que llegó a mencionar en el fin de semana) y que esos problemas de vegetación se agravan con la lluvia porque el agua que cae en las plantas las hace más pesadas y provoca contactos con las líneas.

“Cuando me preguntan si LUMA está preparada para la temporada de huracanes, absolutamente sí, lo que no está preparada es la vegetación cuando le cae encima el agua, y eso es una cruda realidad que hay que entender”, subrayó al apuntar también que la salida de Bahramirad justo al inicio de la temporada de huracanes no le preocupa porque quedan “seis a ocho personas (en la oficina de ella) que saben lo que están haciendo”.

El operador atiende la vegetación de dos maneras, mediante la partida de mantenimiento en su presupuesto operacional, que suma $50 millones anuales, y mediante $1,200 millones en fondos federales que ya están asignados y que empiezan a desembolsarse este mes con un proyecto en San Juan.

Los $50 millones “no dan”, pero si piden más el Negociado de Energía tendría que conseguirlo aumentando cargos en la factura, planteó. Con esta partida, han atendido unas 4,500 millas de líneas usando 486 contratistas (una cantidad que varía). Con los $1,200 millones, harían un “despeje” que el ejecutivo describe como un “reset” de los niveles de vegetación en 16,000 millas de líneas.

Saca prometió que atender la vegetación de estas maneras reducirá las interrupciones de servicio en 75% dentro de cinco años, pero la vegetación es responsable de solo la mitad de los apagones, así que es 75% de la mitad, no 75% de todas las causas que hay para las interrupciones.

La crisis de apagones en Coamo, Santa Isabel y Aibonito es una respuesta alterna a la pregunta de si estamos mejor con el operador. El alcalde de Coamo, Juan Carlos García Padilla, explicó, y LUMA aceptó, que antes del huracán María la zona tenía cinco líneas que le daban electricidad, por lo que tenían redundancia para atender fallas sin que hubiera interrupción de servicio. Pero, después del huracán, nunca se restablecieron y las últimas dos alternativas de energización que quedaban colapsaron en el fin de semana. El alcalde pidió que se levantaran 35 postes para una solución de emergencia, pero Saca dijo que eso tomaría dos meses y comentó también que los trabajos necesarios en esa zona compiten en la lista de prioridades con otros trabajos de recuperación que el operador realiza con fondos federales en el resto de la isla.

El ingeniero Hedzon I. Martínez, director de operaciones, indicó que tienen entre 900 y 1,000 celadores y que están abiertos a que exempleados de la AEE que el gobierno reasignó a otras agencias cuando la operación de la red pasó a manos de LUMA se les integren. Pero el obstáculo para la integración de esos trabajadores sigue siendo el mismo desde el día uno: tendrían que renunciar a sus beneficios de antigüedad y otros acumulados en su carrera pública para empezar en cero con el operador privado. Además, estarían sujetos a exámenes para determinar si se pueden ajustar a los métodos nuevos que instauró LUMA y para verificar cómo siguen sus destrezas después de años de inactividad.

El proceso para desarrollar nuevos celadores tampoco es rápido. El operador inauguró la primera escuela profesional de celadores en el Caribe, pero su programa de adiestramiento es de cuatro años, por lo que todavía no han graduado la primera clase. Unos 300 estudiantes están tomando cursos, y estos se pueden integrar a hacer algunas labores a las 13 semanas de adiestramiento, pero no son celadores completos hasta los cuatro años.

Saca dijo que el plan de LUMA es de 10 años y $16,000 millones.

Vea:

¿Cuál es el plan que LUMA Energy dice tener para frenar las interrupciones eléctricas?

Las incongruencias de LUMA tras el remezón

Periodista y abogado con 25 años de experiencia. Cofundador, o miembro de los equipos fundadores, de NotiCel, el Centro de Periodismo Investigativo, Red 96, Primera Hora y El Nuevo Día Interactivo.