Sobre 100,000 abonados ya tienen conexión a energía solar
La capacidad de generación acumulada que tienen los sistemas instalados en hogares es mayor que la de la planta de combustible fósil que más energía genera.
La cantidad de abonados de LUMA Energy que cuentan con sistemas de placas solares y baterías en sus hogares rebasó los 100,000 a fines de 2023, según un informe del operador privado de la red de transmisión y distribución.
El documento sometido a Negociado de Energía (NE) consigna que habían 110,490 con sistema de generación distribuida (nombre técnico para esos sistemas individuales de generación con energía renovable) a diciembre de 2023. Cuando se compara con que a enero de 2023 habían 71,485, el resultado es un crecimiento de 55% en la instalación de estos sistemas durante 2023.
LUMA informó también que la capacidad de generación acumulada de los sistemas instalados es 766 megavatios. Eso es como si se hubiera construido una nueva planta de generación en la isla que tuviera más capacidad que cualquiera de las plantas en operación hoy. Para comparación, la planta con mayor capacidad de generación en la isla la tiene EcoEléctrica y produce 535 megavatios con gas natural.
Los 766 megavatios que pueden acumular estos sistemas son también mayores a los 402.9 megavatios que actualmente aportan las plantas de energía renovable a gran escala, incluyendo las de energía solar, eólica y de gas metano.
La forma oficial de medir la generación con energía renovable en la isla no incluye los sistemas instalados en hogares, solo incluye lo que llega por plantas a gran escala, mayormente gas natural, carbón y petróleo. Por tanto, la medición oficial de generación de energía solo atribuye cerca de 4% a fuentes renovables, aunque la meta en ley es llegar al 100% para 2050. Sin embargo, cuando los 766 megavatios que pueden general los sistemas solares residenciales se comparan con los 4,182 megavatios que es la suma oficial de la capacidad total de generación que viene por plantas de gran escala, los individuales son igual al 18% de la capacidad total de generación.
Además de la confiabilidad y reducción de costos que los sistemas de generación distribuida representan para los abonados individuales, hay formas en que esos sistemas pueden apoyar la red eléctrica de la isla que no se están usando al máximo. Una es la medición neta, mediante la que el abonado puede venderle su exceso de energía a LUMA, y otra es la planta virtual (VPP por sus siglas en inglés), mediante la que LUMA puede acceder a energía almacenada en las baterías de los hogares para reforzar la generación y pagarle al abonado por ello. Solo 13,596 abonados están inscritos en el programa de medición neta y LUMA apenas comenzó a activar la VPP como una prueba.
Otra estadística que ofreció LUMA que delata el potencial que todavía puede tener la generación distribuida es que la mayoría de esas 110,490 activaciones son de residencias, muy pocas son de sistemas de más de 25 megavatios que se asocian a instalaciones a nivel comercial o industrial.
El total de abonados es aproximadamente 1.4 millones, por lo que las 110,490 activaciones son apenas el 8% del universo de abonados.
El desempeño que reflejó el informe de LUMA ante el NE ocurrió en un año en el que el Departamento de la Vivienda distribuyó vales financiados con fondos federales para que personas de nivel económico bajo pudieran tener la oportunidad de cubrir la mayoría de los costos de la instalación de estos sistemas. En 2023, además, el Departamento de Energía federal ofreció apoyo económico a una empresa privada para que aumentara su capacidad de financiar los sistemas. En 2024, el esfuerzo de energía federal incluye llevar los sistemas a hogares vulnerables, que tienen bajos recursos, están ubicados en áreas susceptibles a apagones y que tienen a algún miembro dependiente de equipo médico eléctrico.
El aumento en el ritmo de instalación de sistemas de generación distribuida es también un factor influyente en las negociaciones de la quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica porque pone en entredicho la capacidad real que tengan los acreedores de esa corporación pública de aumentar la tarifa para conseguir el repago de su deuda. Ya la negociación ha producido el concepto de un cargo fijo que tendría que pagar todo abonado, tenga o no tenga un sistema de generación distribuida.
Vea:
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