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Economía

Las incongruencias de LUMA tras el remezón

Bastó la conferencia de prensa de ayer de la empresa, en la que tuvo oportunidad de mostrar una nueva cara, para confirmar que aún se mantienen incoherencias en su discurso.

El presidente de Quanta Service, Duke Austin, para atender quejas y llamados de cancelación de contrato de LUMA Energy.
Foto: Juan R. Costa / NotiCel

Quizás es cuestión de tiempo, pero el CEO de Quanta Services, Duke Austin, aseguró ayer que LUMA Energy va a cambiar tras el remezón que ha sufrido luego de que el gobernador Pedro Pierluisi Urrutia diera un ultimátum a la empresa, la que se mantiene acorralada por las críticas de distintos sectores, entre ellos el económico, sindical y político.

Austin, quien comenzó la conferencia de prensa en las oficinas de la empresa en chaqueta y la terminó con su camisa arremangada tras casi dos horas ante los periodistas, quiso así apaciguar los ánimos ante las exigencias del mandatario, que pidió “cambios significativos” y “medidas correctivas” en la gestión de la compañía.

Desde ya, el primer ejecutivo del país dijo que no estará satisfecho hasta que las medidas anunciadas tengan resultado positivo, algo que requiere de… tiempo, un tiempo que la misma empresa se ha encargado de comprimir al límite con sus incongruencias y deficiencias, las que a la luz de la conferencia de prensa de ayer se mantienen.

Austin sí pidió perdón y se mostró más comunicativo, pero muchas preguntas continúan sin responderse y se mantienen las zonas grises por falta de transparencia, porque la información no se quiere divulgar o simplemente la comunicación sigue fallando en difundir antecedentes tan básicos como el número de empleados (LUMA Energy habla de poco más de 3,000, pero el Negociado de Energía limita la cifra a poco menos de 1,300), el nombre de las empresas dedicadas al trabajo de poda (serían cinco, según lo informó el gobernador, no la compañía), la experiencia de sus trabajadores para llevar a cabo las tareas en el sistema energético y las causas de las averías (una de ellas dejó al país a oscuras).

LUMA Energy intensificará las labores en las líneas principales.
Foto: Facebook

Cuestionado por esta situación y ante la oportunidad de un “nuevo comienzo”, Austin hizo lo que hizo Stensby por más de un año: evadió la pregunta con generalidades y no contestó.

Tampoco lo hizo, al menos abiertamente, cuando se le consultó si el presidente de la empresa, Wayne Stensby, seguía a la cabeza del proyecto.

El ejecutivo, ayudado de una traductora profesional (la empresa tomó esa decisión tras la presión de la prensa y ante los reclamos de la población, no por una iniciativa propia), dijo que va a estar muy presente en Puerto Rico por lo que, marginado aparentemente Stensby de sus funciones como portavoz de la compañía, ¿será entonces el CEO de Quanta Services el encargado de dar la cara? ¿Están esperando el sí de José Ortiz o de otro profesional para hacerse cargo de la presidencia de LUMA Energy? Tal vez por eso el alto ejecutivo habló de una “transición” y evitó por ahora quitar del escenario a Stensby, sin hacer eco del refrán español “Muerto el perro, se acaba la rabia…”.

Falta de comunicación y de tiempo

Puede ser que las respuestas a la situación de LUMA Energy haya que buscarlas en las dos empresas estadounidenses a cargo de las comunicaciones, Keadjian Associated y Park Street Strategies, de las que Austin admitió que “la comunicación tiene que mejorar” y que “no nos gusta la estrategia comunicacional, pero nos ajustaremos. Si alguna firma no tiene que estar, pues no estará. No niego que necesitamos la ayuda de las comunicaciones, por lo que buscaremos lo que sea necesario para mejorar. Estamos viendo todo. Si (las empresas de comunicaciones) no están haciendo su trabajo, serán reemplazadas. Estamos evaluando todo”.

El CEO de Quanta Service reconoció que estaba “decepcionado” por las interrupciones, la falta de comunicación “y por no decirles claramente todo lo que está sucediendo”, pero aseguró que hay “un 95 por ciento de cosas que hacemos bien”.

“Estoy aquí porque sé que no estamos cumpliendo con las expectativas. Quiero que sepan que estoy observando y escuchando. Sé que todo redunda en mí, así que es muy importante lo que yo haga”, agregó.

A más de un año de que la empresa comenzara a operar la transmisión y distribución del sistema eléctrico de Puerto Rico y en plena temporada alta de huracanes, Austin también dio a conocer un plan que LUMA Energy estará lanzando en los próximos 30 días -otra vez más tiempo, que se acaba- para reducir las interrupciones en el servicio en medio de medidas ya oficiales (en la Legislatura) para cancelar el contrato de la compañía y con una nueva protesta hoy contra el consorcio.

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Tras expresiones plagadas de lugares comunes sobre lo que será la labor de la empresa en adelante, y secundado por una veintena de empleados (“yo no los obligué”, aseguró), el alto ejecutivo también se refirió al hecho de que buscará resolver los problemas tomándose “el tiempo que sea necesario”, cuando ya se busca la cancelación del contrato: “Yo tampoco estoy satisfecho. He estado en contacto con todas las personas y sé de la insatisfacción que existe. He hablado con el gobernador, estoy de acuerdo con lo que me están diciendo. Por eso tenemos un plan para remediar las interrupciones. Entiendo lo que dicen todos, pero nada de cancelaciones, nosotros nunca hemos fracasado en ningún proyecto que hayamos tenido en el mundo”.

Para rematar, también se añadió a la conflictiva gestión de LUMA Energy la vertiente política, ya que se cuestionó si la encargada del "task force" para disminuir las interrupciones, Kathy Roure, directora de Iniciativas estratégicas de LUMA Energy y militante del Partido Nuevo Progresista (PNP), tiene la pericia para asumir la labor, algo que reconoció no tiene, pero sí su equipo de trabajo.

Consultada por el asunto, la empleada (quien trabajó 23 años en la AEE) dijo que "yo puedo decir que tengo las ganas que esto cambie. Y las veces que voy, donde están los ingenieros, los directores, donde están las personas que tienen educación, siempre me pongo en el lugar de las personas que no están allí, las que están en sus casas, las personas que no tienen la educación. Y detrás mío esta un equipo que sí tiene la preparación".

El lastre con el que carga la empresa

La empresa carga con una falta de credibilidad evidente, continuos apagones -unos masivos y otros acotados, pero sistemáticos-, alzas en la factura de la luz, dilación en la reparación de las averías y falta de diligencia, todos elementos que han llevado a distintos sectores a sostener que la posibilidad de la cancelación del contrato de LUMA Energy puede ser una realidad.

La medida no sería novel en Puerto Rico, ya que en 2002 el gobierno de Sila Calderón rescindió el contrato de la empresa Ondeo que durante cerca de siete meses se hizo cargo de las operaciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) luego de acordar un contrato por $4,000 millones por diez años.

El presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, ha dicho que el contrato "leonino" con LUMA Energy es "posible" cancelarlo con "penalidades mínimas".

Según el sindicalista los 15 años estipulados en el contrato "no han entrado en vigor (empezaría en noviembre, por lo que el actual es temporal) y las penalidades serían como $60 millones, que ya se han perdido en los apagones".

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Sin embargo, Pierluisi Urrutia dijo el pasado martes que "si aquí no tuviéramos a LUMA, tendríamos que estar buscando a otra que la sustituya y en lo que eso pasa, LUMA tendría que seguir ocupándose del sistema eléctrico y tendríamos que pagarle más de lo que le pagamos actualmente. Así es que entiendan que esto no es cuestión de hablarle a las gradas y decir ¡cancela! ¡cancela!, eso suena bonito, pero yo tengo que velar porque no colapse el sistema eléctrico de Puerto Rico".

Los reclamos de alcaldes, políticos, organizaciones cívicas, sindicales y ambientales, que exigen la anulación del contrato, se basan en hechos como los siete aumentos en la factura de la luz que se han reportado desde enero de 2021, cinco con LUMA Energy.

El primero fue en enero de de 2021 (4.7%), luego en marzo (8.4%), después en junio (7.6%) y finalmente septiembre de ese año (16.4). Las alzas continuaron en enero de 2022 (16.8%), abril (13.0%) y este mes (17.1%), que fue la gota que rebasó nuevamente el vaso y motivó la marcha de hoy.

A lo anterior se suman los apagones sistemáticos, como los ocurridos el 21 de septiembre de 2016, el 18 de abril de 2018 y el 7 de enero de 2020, que afectaron a más de 500,000 clientes y se extendieron más de tres días los trabajos de restauración del servicio eléctrico.

El último de los cortes masivos ocurrió este año, el 6 de abril, y dejó a casi todo Puerto Rico sin electricidad.

También hay otras interrupciones del servicio de energía más acotadas, a nivel de municipios.

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