El desarrollo económico de PR depende de gente normal con responsabilidad e integridad
La isla está posicionada para aprovechar los próximos 30 años de ciclo económico, pero tiene que hacer cosas que no ha hecho antes.
Mientras el país volvía a ser impactado por las más recientes revelaciones de corrupción pública, las alternativas para seguir adelante se discutían en distintos foros, motivados por la visita a la isla del Nobel en Economía, Joseph Stiglitz.
En los últimos 10 días, Stiglitz participó del Growth Policy Summit del Centro para una Nueva Economía (CNE) y de un foro en la Universidad Interamericana. Pero fue su colega puertorriqueño, Francisco Catalá, el que extendió una emotiva invitación a que cada residente de Puerto Rico haga su parte por el mejoramiento de la economía, sin esperar a que los líderes hagan lo que no han podido hacer hasta ahora, establecer un modelo económico y una visión de país que impulse el desarrollo de la isla.
"[E]l desarrollo (se trata) de vencer restricciones, de conjugar voluntades, de rescatar, sobre todo, recursos extraviados. De mujeres y hombres normales, normales, no de grandes líderes, de mujeres y hombres normales capaces de forjar instituciones sanas orientadas a la producción de bienes y a la superación de males. De conquistar la libertad que obliga la responsabilidad y de asumir la responsabilidad que supone el ejercicio de la libertad. De que cada uno, en solidaridad con el otro, haga lo que le toca", dijo al final de su participación en la actividad del CNE durante la que repasó 80 años de esfuerzos gubernamentales y proyectos fallidos que quedaron "a la vera del camino".
Advirtió que uno de los mayores obstáculos que impide el desarrollo económico, y una de las amenazas a la viabilidad futura de la isla, es la "cacería de rentas", un concepto que el Fondo Monetario Internacional ha definido como como "la búsqueda de valor no compensado de otros agentes económicos, en contraste con la búsqueda de ganancias, donde las entidades buscan crear valor a través de una actividad económica mutuamente beneficiosa". Más coloquialmente, la cacería de rentas se da cuando hay intereses que pueden influenciar al aparato gubernamental para que les beneficie solo a ellos.
"La alianza público privada más grande que existe en Puerto Rico es la cacería de rentas... a los que roban millones de dólares no se les dice ladrones, se les dice 'hombres de visión', 'magos de finanzas'", apuntó con sarcasmo.
De una larga lista de proyectos económicos que quedaron en el olvido, Catalá recalcó dos como ejemplos de proyectos que pudieron haber cambiado el país. En 1945 nació la Corporación Agrícola con el ímpetu para industrializar ese sector y suplir las necesidades de la isla, pero en el 1953 murió ahogada por la intervención de intereses que querían moverse a la importación de bienes. Luego el Puerto de Trasbordo de Ponce, el cual todos los sectores políticos favorecían pero permanece como monumento al inmovilismo causado por la protección de intereses ajenos a lo que más conviene a la isla, dijo.
Lo que ha permanecido como la verdadera estrategia económica han sido dos actividades, que presentan ambas problemas para la isla: la inversión extranjera a base de incetivos contributivos y la inyección de fondos federales. La primera, explicó, no deja actividad económica real y permanente, y la segunda es una adicción que crea dependencia económica.
La isla, enumeró, tiene ventajas competitivas como la ubicación geográfica, las destrezas en la población, el talento empresarial, los recursos naturales y "la red de organizaciones sociales" como las universidades, cooperativas, pymes y sin fines de lucro pero "lo paradójico es que no se emplean a fondo y, peor aun, son ignoradas y despreciadas".
Stiglitz también presentó los recursos naturales de Puerto Rico como el elemento que más podría sustentar el desarrollo económico de la isla debido a que "los próximos 30 años verán una redistribución masiva (de riquezas) entre las naciones desarrolladas" porque la movida hacia una economía basada en energía renovables va a "cambiar de muchas maneras la forma en que la economía funciona".
La economía renovable y los cambios tecnológicos van a provocar que se reduzca el valor del petróleo, de los materiales primarios y de la mano de obra no diestra para dar paso a un aumento en el valor de recursos naturales como el sol y de la inteligencia artificial, explicó el Nobel.
Pero, para aprovechar el momento, Puerto Rico tendría que lograr romper con la mentalidad económica que ha imperado hasta ahora, y que describió Catalá, porque, según comentó Stiglitz, "lo que ha funcionado en el pasado, puede no funcionar en el futuro".
Específicamente, el crecimiento basado en exportación mediante el establecimiento de manufactureras que ha buscado el gobierno por décadas como se va a tornar cada vez más inefectuvo porque los empleos en ese sector están reduciéndose y cambiando en su naturaleza debido a las innovaciones tecnológicas.
Stiglitz también recordó la importancia de velar, no evitar porque no se puede evitar, pero por lo menos mantener bajo control el que "las políticas industriales sean capturadas por intereses especiales", o lo mismo que la "cacería de rentas" que enfocaba Catalá.
Otra cosas que debe suceder para que la isla pueda aprovechar los cambios que se proyectan es salir de su proceso de quiebra y del ajuste de deuda, el cual, reiteró Stiglitz, resultó ser "muy poquito, muy tarde", lo que enfila a Puerto Rico a una segunda reestructuración de deuda en aproximadamente cinco años, si se cumple la experiencia que se ha registrado en otros países que han pasado por una quiebra gubernamental.
Para ver la intervención de Catalá y el resto de los paneles en la actividad del CNE, siga este video.