UGT enfrenta crisis fiscal y operacional
Fuentes aseguran que se adeudan millones de dólares y se limitan los servicios al unionado.
La Unión General de Trabajadores (UGT) con una trayectoria sindical de más de 50 años enfrenta una dificultad financiera que está poniendo en riesgo el futuro de la organización, y afecta adversamente los servicios que se ofrecen al unionado.
Entre las deudas más significativas se destaca la acumulada con la organización internacional conocida como Unión Internacional de Empleados de Servicios (conocidos por sus siglas en ingles “SEIU”).
La deuda comenzó a acumularse en el año 2005, y hoy suma más de $7 millones.
Una fuente allegada a la UGT confirmó a Noticel que la deuda inició luego de que la entidad solicitara su afiliación a la SEIU y consintiera pagar una cuota per cápita que en promedio equivale a unos $7.65 por cada unionado por mes. Según detalló la fuente, “eso [pago a la SEIU] se desembolsa de la cuota fija de $17.33 mensuales que se les cobra a los unionados de la UGT”. La fuente añadió que “el último pago emitido para mitigar la deuda se realizó en el 2019 mediante un acuerdo de entendimiento con la SEIU, pero posterior a ese acuerdo, solo se realizaron pagos en meses no consecutivos”.
La situación económica que enfrenta la UGT ha provocado que la entidad no tenga los recursos suficientes para la contratación del personal necesario para servir la matrícula. El gremio sindical actualmente mantiene vacantes las plazas de administrador de la unión, la de la Secretaria General, el Director de Arbitraje, la Secretaría de Arbitraje, personal de entrada de datos y otras plazas clericales. La falta de personal y recursos fiscales han tenido un efecto directo en los servicios al unionado.
Como estrategia para contener los gastos, el presidente de la UGT, Edwin Méndez Cardona, determinó consolidar casos de arbitraje, lo que permite generar economías en gastos legales a corto plazo, aunque a largo plazo, la unión pudiera tener que enfrentar ser demandada por “representación no adecuada”.
La fuente detalló a NotiCel que los Oficiales de Servicio cuyo rol es mantener contacto directo con el unionado y atender sus necesidades laborales, permanecen trabajando desde sus casas y no visitan los centros de trabajo. Esto, alegadamente porque “los Oficiales de Servicio acordaron con Méndez Cardona, continuar cobrando $660.00 mensuales por el uso de sus vehículos aun cuando trabajan parcialmente desde su hogar, en sustitución de un aumento salarial que el propio Méndez les prometió”.
La situación fiscal se agravó con la súbita renuncia de Janet Ojeda, la secretaria-tesorera de la UGT. Ojeda ocupó brevemente el cargo para el que fue electa por los unionados, pero fue sustituida de forma irregular por Leslie Sierra, quien debe ser ratificada por la Asamblea General del gremio sindical.
“La debacle administrativa y financiera que sufre la UGT se debe a la falta de experiencia, conocimientos y capacidad, de las personas que la dirigen. El Presidente y la Tesorera, nunca han tenido experiencia alguna en ese escenario. Nunca fueron ni siquiera Delegados en sus áreas de trabajo, ni participaban de ninguna de las actividades de la UGT”, declaró la fuente.