Industria de Cannabis Medicinal pide detener acceso de menores al vaping y CBD
MiCAM alertó sobre los riesgos de la venta desmedida de productos de vapeo y derivados del cannabidiol o CBD a menores de edad en establecimientos de gasolina y otros comercios.
La Asociación de Miembros de la Industria de Cannabis Medicinal (MiCAM) alertó sobre los riesgos de la venta desmedida de productos de vapeo y derivados del cannabidiol o CBD, a menores de edad en establecimientos de gasolina y otros comercios.
El producto, recordó la entidad, es un compuesto que se encuentra en las plantas de cannabis y que generalmente deriva del cáñamo.
La organización, en comunicación circulada este viernes, reclamó que las autoridades correspondientes actúen diligentemente y prohíban la venta de este tipo de productos.
“La industria del cannabis medicinal es una altamente regulada en Puerto Rico. Incluso, la entrada a los dispensarios o venta de cannabis a menores de edad es prohibida. Los productos a los que lamentablemente nuestros niños y jóvenes están teniendo acceso, no son considerados como cannabis medicinal y por lo tanto no son regulados como tal”, expresó Limary Ríos Camacho, directora médica de la MiCAM.
Recalcó que es importante educar a la ciudadanía y aclarar que los artículos que se venden en las gasolineras para “vaping” o vapeo, como el Delta-8 y Delta-9 por ejemplo, en su mayoría son manufacturados mediante una composición sintética de cannabidiol y por esta razón no se regula su venta como en el caso del cannabis medicinal.
“Es vital que se creen leyes que prohíban la venta de estos productos, de manera que se pueda tener mayor control del uso de estos en la población menor de edad”, afirmó.
Recordó la entidad que recientemente la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) reveló los resultados de un estudio que concluyó que 45,080 estudiantes de séptimo a duodécimo grado de las escuelas públicas y privadas del país, o el 22.7%, han usado cigarrillos electrónicos o vaporizadores alguna vez en su vida.
Esta cifra, señalan, representa un aumento sustancial cuando se compara con el 15.8% que se había reportado en 2020.
“Por esto la necesidad de actuar con urgencia para evitar un crecimiento mayor en el uso de este tipo de productos entre los niños y jóvenes. Es importante que los consumidores sepan que los productos de Delta-8 no han sido evaluados ni aprobados por la FDA para su uso seguro en ningún contexto. Sin embargo, los mismos continúan comercializándose, poniendo en peligro la salud pública. Mientras no existan los controles necesarios continuamos exponiendo a nuestra niñez”, añadió Gerard Mazo, miembro también del equipo médico de la MiCAM.