Niña de ocho años emprende con gallinas ponedoras para producir huevos de colores
Además, utiliza las aves como terapia para su autismo.
Una niña de ocho años del pueblo de Corozal inició junto con su familia un proyecto de impacto empresarial en la comunidad con la producción de huevos de colores de gallinas ponedoras.
Se trata de Sofía Marmolejos quien, de la mano de la Cooperativa La Sagrada Familia, se ha convertido en la emprendedora más joven de la campaña “Impulsando emprendedores”.
Sofía recibió una inversión y respaldo técnico para transformar el proyecto comunitario en la marca Finca de Colores.
Eddie Alicea Sáez, presidente ejecutivo de la Cooperativa La Sagrada Familia, expresó que quedó cautivado con el espíritu empresarial de Sofía, por lo que decidió apoyar su iniciativa social desde la cooperativa.
La ayuda consiste en fondos para mejorar las instalaciones de la finca y la conceptualización y desarrollo de la marca Finca de Colores, con el fin de impulsar su gestión empresarial a nivel nacional.
Para Sofia, llevar consigo la condición de autismo no ha sido impedimento para hacer crecer su proyecto pues junto a su familia de cinco integrantes han duplicado la producción y el número de gallinas ponedoras.
Al inicio del proyecto, Sofía contaba con sólo tres gallinas y hoy cuentan con más de 70 de diferentes razas, incluyendo gansos y pavos reales.
Sofía narró que los huevos de colores responden a la diversidad de razas que habitan en la Finca de Colores en Corozal.
“Estoy bien contenta en saber que Puerto Rico conocerá mi finca, mi familia y mis gallinas. Yo quiero ayudar a la comunidad y ofrecerle a mi gente los huevos frescos de colores”, expresó Sofía.
El lanzamiento de esta iniciativa empresarial tuvo lugar en la cooperativa en Corozal, donde se dio a conocer la marca Finca de Colores, productos y prototipos de accesorios como camisetas y gorras, que estarán pronto a la venta a través de las plataformas sociales de la Finca de Colores.
La Cooperativa La Sagrada Familia ha mantenido su compromiso de impulsar la gestión emprendedora de sus socios, faena que ha llevado a cabo por más de 60 años y que la ha distinguido como instrumento de justicia social.
Alicea Sáez manifestó que la familia busca expandir la Finca de Colores para que otros niños la visiten y sirva de terapia para menores y jóvenes que llevan la condición del autismo.