Confían en el valor económico de la solidaridad para superar la crisis
Economistas y planificadores coincidieron el martes que ante el colapso del modelo económico arraigado en la atracción del capital extranjero, Puerto Rico necesita otro tipo de estrategia económica basada en la solidaridad y la elaboración de redes comunitarias.
Para la doctora Marta Quiñones, de la Asociación de Economistas de Puerto Rico, el país construyó equívocamente su desarrollo económico sobre el precipicio de la dependencia, en una red capitalista, donde no sólo los pobres, sino 'hasta las grandes empresas, son dependientes' del gobierno.
En un país, con la participación laboral más baja de todo el hemisferio americano (35%), urgen nuevas estrategias cuyo foco sea el desarrollo de iniciativas comunitarias para superar la dependencia y fomentar el desarrollo de empresas locales innovadoras.
Esa fue la postura de varios panelistas en el foro 'La pertinencia de la economía solidaria en la realidad puertorriqueña', que se llevó a cabo en la Universidad Metropolitana como parte de una serie de conferencias en la Primera Semana de la Economía Solidaria en Puerto Rico.
'Es sustancial sustituir los subsidios asistencialistas por la autogestión y empoderamiento comunitario', estableció el presidente de la asociación de economistas de Puerto Rico, Alejandro Silva.
La organización solidaria tiene como centro la creación de empleos dignos, la viabiliazación de iniciativas innovadoras y el desarrollo del capital social como recurso para el impulso del desarrollo económico.
'Entendemos que esta es la punta de lanza para la transformación de los paradigmas del modelo neoliberal. A través de la economía solidaria se crean condiciones para ver el desarrollo económico como uno centrado en el ser humano y no en el capital', abundó el profesor.
Son numerosas las oportunidades de negocio basado en la economía solidaria. Desde fomentar el comercio local a través de la rehabilitación de los cascos urbanos, desarollar turismo ecológico e histórico, promover mercados típicos para la diáspora puertorriqueña, ofrecer servicio de cuido a enfermos y ancianos, así como trasbordo aéreo y portuario de mercancías.
Sin embargo, el escollo está en la falta de centros de investigación e innovación tecnológica, que a su vez dejan un vacío a la hora de tomar decisiones económicas bien funadamentadas. A tales efectos, Quiñones insistió en el peso fundamental de las universidades y de las alianzas entre diferentes sectores. 'Hemos dejado de crear e investigar. Hay que hacer ciencia con conciencia', aseguró.
Por su parte, la planificadora Mari Villariny Marrero compartió que con toda la crisis, los recursos humanos agobiados y los recursos materiales escasos, se puede obtener crecimiento económico si se tiene una visión clara, que estimula la creatividad y el entusiasmo.
'Hay que empezar por el final. Hay que conocer a dónde queremos llegar. Tener una visión, que sirva como semilla del futuro. Por eso, es importante que implementemos la ruta de la economía solidaria en una visión compartida de la sociedad que queremos', sostuvo Villariny Marrero, de la Sociedad Puertorriqueña de Planificación.
'Hay que utilizar la planificación como método para la toma de decisiones y no como requisito para llenar formularios', agregó.