Boricuas buscan su identidad en el Viernes Negro
El espectáculo de exceso consumista ha ocurrido en dos ocasiones recientes. Primero fuimos testigos del 'show' cuando se inauguró una tienda de donas hace algunos años. Posteriormente, se volvió a repetir en el 2011 durante la apertura del centro de venta de lencería modelada por Victoria, sus ángeles y sus secretos.
En ambas instancias, el caos y frenesí se apoderaron de cientos de consumidores boricuas.
Sin embargo, ninguno de esos dos eventos se compara con el gran carnaval folclórico protagonizado cada año a tan sólo unas pocas horas después de comer el tradicional pavo relleno con motivo del Día de Acción de Gracias.
El Viernes Negro está de regreso!
Y aunque la proyección de este evento siempre sobresale por su tono celebratorio a nivel mediático, no todo el mundo comparte ese optimismo a la hora de reflexionar sobre esa fiesta consumista con orígenes en Estados Unidos y sus hiperbólicas tiendas por departamento.
De acuerdo a expertos en el tema de consumo, aunque la gran movilización del llamado Viernes Negro no es exclusiva de Puerto Rico, en la isla este evento ha alcanzado gran notoriedad al punto de convertirse en casi un símbolo de progreso y poder individual entre sus participantes.
'En una sociedad de consumo, la parte más importante no es ser, sino tener. En ese sentido, la gente se enamora de artículos de consumo y prefieren comprarlos antes de ahorrar dinero', expresó el psicólogo clínico, Pascual Merlos, en entrevista ofrecida al diario Puerto Rico Daily Sun.
Según Merlos, los consumidores sienten gratificación no sólo por la adquisición de un artículo, sino por saber que lo compraron por un precio más bajo, según lo anunciado en las campañas de mercadeo relacionadas al Viernes Negro.
'Tenemos que diferenciar entre el principio del placer y el principio de la realidad. La realidad de Puerto Rico es que nuestra economía continúa en mal estado, pero el placer cancela esa realidad por medio de la inmediatez y la gratificación temporera', añadió Merlos, quien trabaja en el Hospital Auxilio Mutuo.
Desde la perspectiva de la sociología, este evento anual de consumo presenta una serie de retos para el principio de participación ciudadana democrática y su pertinencia en el Puerto Rico de hoy.
'La democracia está en crisis porque el concepto de ciudadanía ha sido alterado. Ahora somos ciudadanos del mercado y no ciudadanos de la ‘polis' debido a que nuestros valores se centran mayormente en el consumo', opinó el profesor de sociología en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao, Félix López.
Según este académico de la UPR, en la sociedad que vivimos, la gente siente la necesidad de construir identidades personales que sean afines con los discursos promovidos por el mercado y las corporaciones. De acuerdo a López, una visita al centro comercial o al Viernes Negro es parte esencial de esa búsqueda de identidad personal.
'Un producto me distingue a mí de otras personas. El acto de consumir me brinda una apariencia que me distingue del resto. Por tal razón, no es extraño ver gente corriendo hacia los centros comerciales a comprar identidades porque su propia vida está en juego durante esa búsqueda (de identidad)', argumentó López en entrevista con este medio digital.
'No solamente se vende un producto, pero también se vende una experiencia que acompaña a ese objeto de consumo', puntualizó López.
Vea también:
DACO: pocas infracciones y pajaritos preña'os
Puerto Rico: La isla de los televisores (galería)
El Viernes Negro es otro carnaval al estilo Calle San Sebastián
Viernes de Circo, perdón, Negro en Plaza las Américas (galería)
La Venta del Madrugador 2012 en vídeos