Dimite por escándalo consejero delegado de Barclays
Londres - El consejero delegado de Barclays, el estadounidense Bob Diamond, dimitió hoy ante crecientes presiones políticas y de los accionistas para que se fuera del banco tras el escándalo por la manipulación de Libor.
En un comunicado, Diamond, uno de los banqueros más ricos del Reino Unido, reconoció que se iba por 'las presiones externas', que 'habían alcanzado un nivel que amenazaba con dañar la reputación de la entidad'.
Antes que él dimitió, el lunes, el presidente de la entidad, Marcus Agius, quien sin embargo ahora se quedará unos meses para supervisar la selección de otro director, que encabezará la reforma interna de la entidad.
La dimisión de Diamond, a quien el exministro laborista Peter Mandelson describió en 2010 como 'la cara inaceptable de la banca' por su desmedida ambición, ha sido aplaudida por el Gobierno, que se esfuerza por actuar con firmeza en una crisis que amenaza con salpicar a la clase política.
La marcha del banquero 'es la decisión correcta para el banco y para el país', declaró hoy el ministro de Economía, George Osborne, quien confió en que el gesto sea 'el primer paso hacia una nueva cultura de responsabilidad'.
El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, señaló que la medida era 'necesaria y correcta', pero insistió en su petición al Ejecutivo de que autorice una investigación casi judicial sobre las prácticas corruptas del sector bancario.
Para evitar ese tipo de pesquisa, el primer ministro, el conservador David Cameron, anunció ayer otra más limitada que efectuará una comisión multipartita del Parlamento presidida por Andrew Tyrie, que examinará los protocolos y la conducta bancaria que posibilitaron la manipulación del Libor.
Paralelamente, otra investigación más técnica analizará el método de cálculo del Libor -tipo de interés interbancario fijado a diario en Londres bajo la supervisión de la Asociación de banqueros- a fin de legislar para mejorarlo y penalizar a quienes lo manipulen.
El escándalo se desató la semana pasada cuando Barclays fue multado por los reguladores británico y de Estados Unidos con 290 millones de libras (360 millones de euros) por manipular el Libor y su equivalente europeo Euribor entre 2005 y 2009, en un caso que afecta también a otros bancos.
Los agentes de Barclays, que en aquel momento dependían directamente de Diamond como jefe de Barclays Capital (área de inversión), falsificaron los tipos para su beneficio económico y, en plena crisis crediticia en 2008, para dar una imagen de fortaleza financiera del banco ante sus rivales.
Otros bancos británicos e internacionales están siendo investigados, entre ellos HSBC y Royal Bank of Scotland (RBS) -propiedad del Estado británico en un 84 %-, el estadounidense Citigroup o el suizo UBS.
Además de la investigación por parte de los reguladores financieros, la Oficina británica contra el fraude ha anunciado que estudiará el caso para ver si se pueden presentar cargos criminales contra los infractores.
Por otra parte, Diamond y Agius han sido citados para comparecer ante la comisión del Tesoro del Parlamento del Reino Unido mañana y el jueves respectivamente, cuando responderán a preguntas sobre su responsabilidad en la crisis.
Con una fortuna personal calculada en 105 millones de libras (130 millones de euros), Bob Diamond, de 60 años, fue nombrado en 2011 el consejero delegado mejor pagado de las empresas que cotizan en la Bolsa de Londres.
Antes de asumir en 2010 la dirección de Barclays, el banquero, que entró en la entidad en 1996, se labró buena fama con la compra de las operaciones estadounidenses de Lehman Brothers, en el pico de la crisis financiera de 2008-09.
Con un sueldo de casi 21 millones de libras (26 millones de euros) el año pasado, Diamond nunca ha eludido la controversia y hace unos meses indignó al Parlamento al afirmar que había llegado a su fin 'el tiempo de remordimiento y contrición' de los banqueros por su papel en la crisis crediticia mundial.
Su dimisión hoy causó la subida en la Bolsa de Londres de casi un 4 % de las acciones de Barclays, uno de los pocos grandes bancos del Reino Unido que no fue rescatado por el Estado en esa crisis.
Judith Mora